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Por Daniel Guiñazú

Llegó la pelea del año. Esta noche, en el Arena Grand Garden del MGM Hotel de Las Vegas, y con televisación en vivo y por cable de Space desde las 22, los estadounidenses Oscar de la Hoya y Bernard Hopkins le darán vida al choque más esperado del boxeo mundial en 2004. Estará en juego el título de los medianos de las cuatro entidades más importantes y mucho más que eso: quizá la condición de mejor púgil libra por libra de la actualidad.
Hopkins, de 39 años, es el campeón del Consejo, la Federación y la Asociación, hizo 18 defensas de su corona y acumula un invicto que ya se extiende a once años. De la Hoya, de 31, reina en la Organización y es el único boxeador en la historia que ha podido ser campeón en seis divisiones diferentes. En el ring del MGM Hotel de Las Vegas habrá dos cracks frente a frente, repletos de pasado y presente. Por eso, la topada de esta noche resulta apasionante, imperdible.
Cuando el promotor Bob Arum le anunció al mundo la pelea a principios de año, Hopkins arrancó como claro favorito. Y mucho más lo fue después de la desalentadora actuación que tuvo De la Hoya en su combate ante el alemán Félix Sturm, el 5 de junio pasado cuando conquistó la versión OMB de la corona de los medianos. Tan flojo resultó lo exhibido por el Golden Boy aquella vez en Las Vegas que la rigurosa prensa especializada de Estados Unidos llegó a vaticinar que Hopkins le haría pasar vergüenza a De la Hoya y que lo noquearía con rapidez y facilidad. Hoy, Hopkins sigue siendo favorito por 6-1 en las apuestas de la capital del juego y, por primera vez en su carrera, De la Hoya subirá a un ring como candidato a la derrota. Pero de allí al papelón hay un largo trecho que la clase y el orgullo del séxtuple campeón mundial harán lo posible por no recorrer.
En las 160 libras (o en los 72,574 kilos), De la Hoya da ventajas indescontables de talla, fuerza y velocidad. Es más: esta noche regalará peso porque le resulta imposible llegar al límite de la categoría. Puede ganar porque los fenómenos como él siempre tienen una chance. Pero en la previa, las mejores posibilidades están del lado de Hopkins. Es un mediano natural, de brazos largos y, estratégicamente, sabe todo: puede pelear, boxear, atacar y contraatacar sin resignar eficacia. Si además anda inspirado, vencerlo será imposible o casi.
La única chance del Golden Boy será mantenerse activo todo lo que dure el combate. Sólo podrá aspirar a un final feliz si logra anticiparlo a Hopkins, si tira mucho, variado y con velocidad, si nunca se queda parado sobre el ring. El hipotético triunfo de Hopkins está dentro de la lógica pura. En cambio, la eventual victoria de De la Hoya habrá que enmarcarla dentro de la categoría de una hazaña.