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Si se lo mira desde un costado positivo, Boca se trajo un punto importante de Ecuador en su debut en la Copa Libertadores y estuvo cerca de ganar. En cambio, desde una óptica algo más rigurosa, el equipo de Benítez dejó pasar una buena ocasión ya que apenas empató 0-0 con el Deportivo Cuenca, un equipo muy flojo, que ni siquiera pudo hacer valer su condición de local.
Los ecuatorianos salieron decididos a impresionar desde el comienzo, con mucha presión por parte de sus mediocampistas. Sin embargo, muy rápido dejaron en claro sus limitaciones técnicas. Por eso, sus llegadas al arco de Abbondanzieri sólo aparecieron por envíos aéreos o por remates desde afuera del área, en especial a través de Quiñones. Del otro lado, Boca superó sin problemas ese temporal inicial y, de a poco, fue consiguiendo el control del juego, con Rodrigo Palacio como principal bandera. Y fue así que contó con las ocasiones más claras de la primera parte. Una buena jugada colectiva que culminó con un remate alto de Baiano y una corrida de Palacio que finalizó con una mala definición de Delgado por encima del travesaño bien pudieron ser la apertura en favor del equipo de Benítez, que igualmente no jugó bien.
Entre la altura, que hacía que la pelota corriera muy rápido, y las imprecisiones de los jugadores, que no podían encontrar con los pases a sus compañeros, el trámite del juego se hizo trabado. La historia se repitió en segunda mitad, con el Cuenca intentando presionar bien arriba, aunque la situación duró cinco minutos y tres corners consecutivos. Hasta que nuevamente Boca logró dormir el trámite, para no pasar sobresaltos y llegar al empate que fue a buscar. Y de contra pudo ganarlo, como en esa habilitación de Delgado para Palacio, que definió débil a las manos de Klimowicz, con el pase de Escalada para el Chelo, que remató al hombro del arquero, o con el preciso tiro libre de Baiano que rebotó en el palo. Muy poco ante un rival tan débil.