DEPORTES › LA CRISIS ECONOMICA “LIMPIO” EL PECHO DE LOS FUTBOLISTAS

Hay que transpirar para cobrar la camiseta

La moda de poner publicidad en las casacas de los equipos de Primera, surgida a comienzos de los ‘80, está desapareciendo con la recesión. Boca y River mantienen sponsors pero pierden dinero, Racing no tiene publicidad y San Lorenzo lleva una inscripción por la que no cobra, algo que pronto hará Vélez.

 Por Gustavo Veiga

No es lo mismo transpirar la camiseta que transpirar por la camiseta. El primer acto está reservado a los jugadores desde que se inventó el fútbol. El segundo, más contemporáneo, es practicado por los dirigentes que penan para conseguir una publicidad que les arrime unos pesos. Desde que la economía argentina se hundió, los clubes vieron esfumarse un recurso que les reportaba un ingreso por demás atractivo. Equipos como Racing, Estudiantes, Gimnasia, Talleres y Chacarita, entre otros, no tienen un sponsor que se haya interesado en los colores de toda la vida para comercializar sus productos. Otras instituciones mantienen sus auspicios sin recibir nada a cambio, por diferentes razones. Y las que consiguieron firmar nuevos contratos vieron reducidos los montos que percibían hasta la temporada anterior o cobran en especias. Si a comienzos de los años ‘80 lo novedoso era ver la propaganda de caramelos Mu mu sobre el pecho de los futbolistas de San Lorenzo –fue una de las primeras que se conocieron en el país–, ahora resulta curioso observar cómo se regresa, por efecto de la crisis, a la época de las camisetas limpias, sin mensajes.
Ni siquiera los más poderosos se salvaron de una quita considerable en los ingresos que recibían hasta diciembre de 2001. Con la pesificación de todos los contratos, Boca y River dejaron de cobrar en divisas después de que la cervecera Quilmes los abandonara. El primero cerró trato con Pepsi por 4.000.000 pesos la temporada, mientras que su último convenio con Quilmes le reportaba 4.500.000 dólares. En la devaluada moneda nacional, eso significa 12.200.000 pesos menos por año. Los datos se conocen desde hace tiempo, aunque el responsable del departamento de marketing de Boca, Gabriel Kweller, se excusó de confirmarlos por una cláusula de confidencialidad que tiene el convenio con la empresa de gaseosas.
River también sufrió las consecuencias del derrumbe económico. Si bien cambió de marca pero no de bebida –su sponsor es la cerveza Budweiser–, el acuerdo presentado en marzo de este año estableció un pago de 2.400.000 pesos y 500.000 más porque el equipo que conducía Ramón Díaz salió campeón en el torneo pasado. La pérdida, en este caso, ronda los 7.000.000 pesos. Pese a la fuerza de venta que se le atribuye a la camiseta con la banda roja, al club le costó decidirse por una marca, ya que antes de firmar con Budweiser se exploraron acuerdos con ARG, Ford, Toyota, Bimbo, Isenbeck y el grupo Torcello. Pero ninguno sedujo a los dirigentes como el de la compañía yanqui.
Chacarita retrasó por unos días su primer partido en el campeonato porque jugó un amistoso contra el club Querétaro en México. El único motivo del viaje no había sido hacerse de unos dólares por ese compromiso; hubo una reunión con ejecutivos de la empresa Bimbo para ofrecerles la publicidad de sus productos en la camiseta. Armando Capriotti, el vicepresidente del club, comentó que “en los primeros días de septiembre vendrán a la Argentina porque quieren hacer más inversiones acá”. Para entonces, Chacarita espera recomponer la situación que le provocó la cadena televisiva Sky, cuando se alejó de la Argentina. Desde su retirada, dejó de cobrar unos 40 mil pesos mensuales por el auspicio que lucía el equipo. Esa partida también dejó sin sponsor a Racing. En Blanquiceleste, la gerenciadora que conduce el empresario Fernando Marín, informaron que, hasta hoy, no hay señales de un nuevo cliente.
Independiente aún no estrenó sponsor, aunque ya acordó con Juntas Taranto, una empresa autopartista, la publicidad en su camiseta que hasta el partido de ayer contra Olimpo era ocupada por su propio portal de Internet. A cambio, recibirá una suma que ascendería a 450.000 pesos anuales. Huracán todavía no tiene propaganda en su indumentaria e inició tratativas con Juan José Zanola, su ex presidente y máximo dirigente sindical de los bancarios, para conseguir una publicidad que reemplace a Fox Sports, el canal de cable deportivo.
El declive comercial de las camisetas de Estudiantes y Gimnasia se entiende más por las características de sus antiguos auspiciantes,pertenecientes al inestable sector financiero. Al primero, lo apoyaron sucesivamente el Banco Crédito Provincial (BCP) –luego liquidado–, Carta Automática y Carta Franca, mediante contratos pactados en dólares y que fluctuaron entre los 200 mil y 330.000 de la divisa norteamericana. El club del bosque platense estuvo asociado al Banco Municipal de La Plata por espacio de ocho años, entre 1993 y el 28 de agosto de 2001. En su mejor momento, Gimnasia llegó a recaudar por su camiseta 350 mil dólares en una temporada. Gracias a los buenos oficios de su ex técnico, Carlos Griguol, Fideos Manera fue el último y efímero sponsor del Lobo, a razón de 50 mil dólares por diez partidos, más agua mineral y tallarines para las inferiores y el plantel profesional. Estudiantes tuvo una experiencia semejante con Parmalat, que llegó a pagarle 250 mil dólares y hasta se involucró en el pase del delantero Luciano Galletti al Napoli italiano. Pero a comienzos de este año, la multinacional alimentaria se retiró.
En Córdoba sucede otro tanto con Talleres. Sus dirigentes interesaron a Arcor y a La Voz del Interior, pero hasta ahora no pudieron cubrir el vacío dejado por CTI Móvil, cuyo contrato venció el 31 de julio. Lo más probable es que esta compañía de telefonía celular continúe por algunos partidos, ya que las pretensiones del club por un vínculo anual a cambio de 300 mil pesos espantaron a las otras empresas.
Dos clubes que mantienen a los sponsors de la temporada anterior, aunque por diferentes razones no pueden cobrar un centavo por la publicidad en la camiseta. Lanús continúa con el Bingo Royal, cuyo propietario es un español que vendría por estas horas a Buenos Aires para renegociar el contrato. Según Carlos González, el presidente del club, “los últimos seis meses no recibimos un peso bajo la promesa de que seguirían. Antes de eso, nos pagaban 40 mil dólares por mes”.
El caso de San Lorenzo es más complicado. El sponsor es Cablevisión, pero al club no ingresa dinero porque Fernando Miele se lo gastó por adelantado. El contrato data de la época del ex presidente, quien, cuando gobernaba, consiguió, entre otras cosas, que la empresa de cable le pagara una pretemporada al plantel en Miami.
Una innovación en materia publicitaria es la que introdujo Vélez por el acuerdo que alcanzó con Canal 9. La sociedad integrada por Daniel Hadad, Fernando Sokolowicz y Benjamín Vijnovsky, que adquirió lo que antes era Azul, no pagará con dinero: el club recibirá segundos de publicidad en la programación del canal que, según Juan Carlos González, su vicepresidente, equivalen a “600 mil pesos por seis meses”. Resta determinar si el canje potenciará más al alicaído fútbol de Vélez o, sí por el contrario, la pantalla sacará el rédito mayor.
Imposibilitados de tentar a las multinacionales, otros equipos buscaron en el pago chico la mano que les tendiera una ayuda para no dejar la casaca en blanco. Así ocurrió en Rosario con Central y Newell’s, que son apoyados por el mismo auspiciante, el grupo Transatlántica, diversificado en varias áreas de negocios como el turismo mayorista y minorista, la bolsa, el cambio de divisas y la administración inmobiliaria. La compañía, fundada en 1966, opera en ciudades de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires y se expandió mediante franquicias. Su titular es Horacio Angeli, un hincha de Central que se mencionó como candidato a la presidencia del club a fines del año pasado.
El monto del acuerdo publicitario rondaría los 150 mil pesos anuales. Una versión le asigna al dueño de Transatlántica la propiedad de algunos jugadores que integran el equipo dirigido por César Luis Menotti.
La contracara de Racing o Gimnasia son un par de equipos con menos historia en Primera y a los que, sin embargo, les sobran sponsors. Nueva Chicago tiene vendida su camiseta a la compañía de seguros Liderar, el pantalón corto a la empresa de lácteos Vacalin y las mangas a la firma YBK. Además, consiguió a Flecha Bus, que se hace cargo de los traslados del plantel. Olimpo de Bahía Blanca presentó en uno de los principales hoteles de esa ciudad a sus cuatro socios comerciales, Carta Automática,Manera, Preti y Kalong (esta última es la indumentaria deportiva). Ese día hubo desfile de modelos, cena, baile y hasta un partido amistoso con Huracán de Tres Arroyos que sirvió para el lanzamiento. Banfield mantiene a la firma Carta Sur y Arsenal, uno de los debutantes en Primera, no posee auspicio. Por último, los clubes santafesinos, Colón y Unión, comparten el mismo sponsor: Flecha Bus.
El fútbol, refractario en otras épocas a “ensuciar” la camiseta, hoy transpira porque no consigue un anuncio sobre el pecho, aunque se trate de un canje por comida o segundos de publicidad. Es la postal de una etapa donde no ha quedado nada sin ofrecer. Ni siquiera los pantalones que unos cuantos se bajaron hace tiempo.

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River recibe menos de tres millones de pesos de su sponsor, Vélez no lo tiene aún.
 
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