ECONOMíA › ENTREVISTA A CARLOS PAZ, TITULAR DEL INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGíA AGROPECUARIA

“Las estimaciones son auspiciosas”

En diálogo con Página/12, el funcionario se mostró optimista frente a los resultados que arrojará la próxima cosecha y aseguró que el conflicto con las entidades rurales obedece a motivaciones políticas y a la puja por la extraordinaria renta sojera.

La próxima campaña agropecuaria presenta una mejora en las perspectivas a partir de la suba de los precios internacionales, la baja promedio en los insumos y las condiciones climáticas más favorables. “El panorama es auspicioso”, afirmó a Página/12 Carlos Paz, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Pese a ello, el conflicto con las entidades rurales se mantiene latente, aunque el funcionario lo atribuye a motivaciones políticas y a la puja por la distribución de la renta extraordinaria que ofrece la soja.

–¿Qué condiciones se esperan para la campaña agrícola 2009/10?

–Las estimaciones son auspiciosas. Los precios de los commodities son los mayores en la última década (excepto el escenario especulativo del primer semestre de 2008). También hay una reducción en los costos promedio de los cultivos y las perspectivas climáticas han mejorado. Por ejemplo, en el maíz, las lluvias en la zona núcleo de las últimas semanas mejoraron la intención de siembra. En este cultivo la producción total estaría cerca de la campaña 2007/08. Además, el efecto de la devolución de retenciones será fuerte.

–Y en el caso del trigo, ¿habrá saldo exportable? ¿Cuál será el efecto de la devolución en las retenciones?

–Para el trigo mejoró el rendimiento esperado, incluso será mayor al de la última campaña. La ecuación para el sector arroja tasas interesantes. Pero la sequía del primer semestre tuvo un efecto muy grande sobre la superficie sembrada y el saldo exportable no será abultado. A nivel interno se consumen entre 6 o 7 millones de toneladas y la producción estaría en 8,5 millones. Por lo tanto, las compensaciones tendrán efecto positivo sobre ese escaso saldo.

–¿Cuál es la situación para la soja?

–Aumentará el área sembrada y la producción será record. Esto se produce por una fuerte baja en los costos directos, en torno del 44 por ciento, sumado a un rinde normal y el repunte de los precios internacionales.

–El escenario se presenta proclive a que aumente la sojización.

–Mientras la soja sea más rentable, es difícil influir sobre la intención del productor. Tiene precios altos y costos bajos. Sin embargo, el Gobierno decidió actuar elevando la rentabilidad al maíz y el trigo. En el caso del trigo, la siembra ya se produjo, pero los productores de maíz tendrán una intención de superficie sembrada mayor de la que hubiesen tenido sin la devolución en las retenciones.

–Frente a este escenario dispar pero relativamente positivo, ¿por qué las protestas del sector son tan intensas?

–El problema es que desde las entidades gremiales del sector hay una puja política. Tiene más que ver con eso que con la rentabilidad.

–Pero también hay un problema de rentabilidad.

–Sin duda. Pero está asociado sobre todo a la sequía, tanto por bajos rendimientos como por la merma en la cosecha. Esto también generó un mal humor general en el sector, pero en buena medida es algo externo a la política. Creo que hay que salir del círculo vicioso de la queja permanente, para ver que, independientemente de la sequía, la Argentina tiene una oportunidad por la importancia que tienen y seguirán teniendo la energía y los alimentos a nivel global.

–Si el inconveniente mayor se asocia a la sequía, ¿cuál es su lectura del conflicto previo al problema climático?

–Tuvo que ver con diferencias entre el sector representado por la Mesa de Enlace y el Gobierno sobre cómo se distribuye la renta extraordinaria, fundamentalmente de la soja.

–¿Cuál es la situación de las economías regionales?

–La situación es heterogénea. Depende de qué mercado de destino tiene cada producción. Acá hay que evaluar el impacto de la crisis internacional. Las economías regionales mejor posicionadas están más ligadas al mercado interno. Por ejemplo, el algodón presenta una intención de siembra muy buena. Esto tiene que ver con la reactivación de la industria local.

–Desde las patronales indican que va a haber que importar carne. ¿Cuál es su evaluación del tema?

–No creo que debamos importar carne. Sin embargo, la ganadería está muy afectada por la sequía, aunque el problema no se restringe únicamente a la seca. Por el avance de la agricultura, la ganadería se fue concentrando en los sitios más marginales. Es un fenómeno mundial, porque la rentabilidad es mucho mayor para el agro. Por ello, hay que repensar la ganadería. Es decir que aquí hay una doble situación que hay que revertir. Una sobrecarga de esos terrenos, agravados por la sequía. También hay que poner atención sobre nuestros índices de producción, más allá del stock total de vacas. Un aumento en la eficiencia puede mejorar la situación.

–¿Cuál es el rol que para usted debe tener el sector agropecuario en el desarrollo nacional?

–Tiene un rol importantísimo. En muchas economías regionales el productor tiene una función de ocupación del territorio y son fuertes demandantes de mano de obra. Pero el gran desafío es agregar valor. En las economías regionales esto está relativamente instalado. Pero la gran deuda aparece en la Pampa Húmeda, con los cultivos más tradicionales. En ese sentido estamos trabajando desde el INTA, con la intención de agregar valor en origen. No transportar materia prima exclusivamente sino más valor agregado. Por ejemplo, la soja que se produce en Córdoba, que se procese allí. Que los granos se transporten en la forma más elaborada posible o lograr vender, en vez de granos, más harinas, aceites o producción animal. Ese es el desafío.

–Esto constituye otra visión que la que se propone desde la dirigencia del agro en torno de volver a ser “el granero del mundo”.

–El granero del mundo es un slogan. La Argentina tiene capacidad para producir tranquilamente más de 100 millones de toneladas, lo que en términos históricos sería el granero del mundo. Pero también hay capacidad para que gran parte se venda con un grado de procesamiento alto.

–También permitiría desligarse de los vaivenes de precios.

–Absolutamente. En la medida que uno crea valor genera desarrollo, encadenamientos, servicios, insumos, equipamiento, entre muchos otros. El slogan del granero se puede mantener, en el sentido de los volúmenes producidos, pero cambiando el paradigma de venderlos como producción estrictamente primaria.

Entrevista: Javier Lewkowicz.

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“Los precios de los commodities son los mayores en la última década”, remarcó Paz.
 
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