ECONOMíA › SUBIO LA MORTALIDAD INFANTIL EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES MIENTRAS BAJA EN EL RESTO DEL PAIS. LAS CAUSAS

El alto costo que se paga por descuidar el gasto social

Corta duración de la gestación y bajo peso al nacer son algunos de los síntomas que observan los especialistas entre la población más pobre de la ciudad. La desnutrición, o mala nutrición, como causa inmediata. Los planes sociales existen, pero no se ejecutan.

 Por Roberto Navarro

Mientras en el país la mortalidad infantil disminuyó un 9 por ciento en los últimos tres años, en la ciudad de Buenos Aires la cantidad de niños muertos en su primer año de vida aumentó un 10 por ciento entre 2007 y 2010. Así, el año pasado en el distrito administrado por Mauricio Macri fallecieron 396 niños recién nacidos. Si la evolución de la ciudad hubiese sido similar a la del promedio nacional, se habrían evitado 76 muertes. Según el Ministerio de Salud porteño, la mayor causa de la mortalidad infantil “es la corta duración de la gestación y el bajo peso al nacer”. Los especialistas consultados por Página/12 aseguran que “estos problemas son, fundamentalmente, producto de la desnutrición o de la mala nutrición”. La situación de los niños está directamente relacionada con el deterioro de los indicadores sociales en la ciudad. Según un informe de la Fundación para el Análisis de Políticas Públicas, dirigida por Leonardo Botto, “mientras en el resto del país disminuyeron el desempleo y la pobreza, entre el tercer trimestre de 2007 y el mismo período de 2010, el desempleo en la ciudad subió un 10 por ciento y la pobreza aumentó un 10,5 por ciento”.

La tasa de mortalidad está directamente relacionada con las condiciones socioeconómicas y con el sistema de salud. Máximo Diosque, viceministro de Salud de la Nación, señaló a Página/12 que “en Capital no se sostuvo el plan de atención a las embarazadas y hay un mal manejo en la atención a prematuros. Es muy evidente la diferencia de evolución con el resto del país. En el sur de la ciudad el sistema no está funcionando, porque la gente no está teniendo acceso a una buena atención. De todas maneras, nacer en un lugar desfavorable y luego ir a un hospital igual es peligroso para el bebé. En esos lugares no hay un buen cuidado del embarazo. El nivel de ejecución de programas de la ciudad es muy bajo. En el Plan Nacer, Macri recibió los recursos y no los usó”. Por su parte, el doctor Jorge Selser, ex director del Hospital Argerich, explicó: “La mortalidad infantil es, fundamentalmente, producto de la desnutrición, de la mala nutrición, de las deficientes condiciones de embarazo de la madre y porque falla el control de salud materno-infantil”.

Aunque aún no se conocen los datos desagregados por comunas, este diario confirmó con una fuente de la ciudad que la mayor mortalidad infantil en 2010 se verificó en Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati, zonas en las que creció fuertemente la cantidad de habitantes de villas y asentamientos, ante la nula política de urbanización de la administración macrista. Es en esos barrios, abandonados por el gobierno porteño, en donde la desnutrición y la falta de condiciones sanitarias se paga con la pérdida de vidas de los más chicos.

Las razones por las que la evolución de la mortalidad infantil de la ciudad va a contramano del resto del país son múltiples: disminución del gasto en salud, desarrollo social y saneamiento; falta de política de urbanización de villas; aumento del desempleo y la pobreza; el veto de Mauricio Macri a leyes que hubiesen beneficiado a madres y niños y la no ejecución del Plan Nacer, diseñado y financiado por el gobierno nacional para todo el país, entre otras.

Renglón por renglón, la forma en que las diferentes falencias de gestión afectaron en la mortalidad infantil es descripta por los especialistas del siguiente modo:

Gasto en Salud: Según un estudio de la Fetyp, la fundación de estudios económicos liderada por el viceministro de Economía, Roberto Feletti, en 2007 el presupuesto del Ministerio de Salud de la Ciudad representaba el 24 por ciento del presupuesto total porteño; en 2010 cayó al 19,4 por ciento. Un primer dato que da una idea de la importancia que le otorga la gestión macrista a la salud y de por qué aumenta la mortalidad infantil en la ciudad. Además de restarle recursos en el proyecto de presupuesto a la salud, Macri subejecutó en los tres años los gastos presupuestados: en 2007 gastó sólo el 68 por ciento del dinero con el que contaba para la salud; en 2008, el 72 por ciento; en 2009, el 73 por ciento y en 2010, el 71 por ciento. Según los especialistas, las condiciones sanitarias son fundamentales en los primeros años de vida. La ejecución del presupuesto 2010 en obras de saneamiento de la ciudad fue del 1,5 por ciento del total.

Nacimientos y subsidios: El Plan Nacer introdujo una nueva forma de relación entre el gobierno nacional y las provincias, y entre éstas y los efectores públicos. La transferencia de recursos se realiza a partir del cumplimiento de metas, las cuales son nominalizadas, consensuadas y auditadas. De esta manera, el Plan Nacer ha contribuido, desde su inicio en 2005, a planificar y coordinar de manera eficaz las estrategias nacionales y provinciales de salud. Esta política pública busca disminuir la tasa de morbimortalidad materna e infantil y favorecer la accesibilidad a los servicios de salud a madres embarazadas, puérperas, niños y niñas hasta 6 años sin obra social. En los últimos tres años, la ciudad de Buenos Aires sólo cumplió con el 19 por ciento de los objetivos de inscripción estimados sobre el padrón de la Asignación Universal por Hijo de la Anses. Sobre el total de fondos cedidos en concepto de transferencias capitadas, 1.137.957 pesos, la ciudad sólo ha transferido a los efectores la suma de 39.161 pesos, lo que implica que el 96,6 por ciento de los recursos transferidos por la Nación a la ciudad se encuentran inmovilizados (ver aparte).

Empleo: En el tercer trimestre de 2007, cuando Mauricio Macri asumió la Jefatura de Gobierno porteño, la desocupación en la ciudad era del 5,1 por ciento. Un año después, con la economía creciendo a todo vapor, el de-sempleo en la ciudad había saltado al 5,3 por ciento. Durante la crisis de 2009 fue el distrito en el que más se disparó el desempleo: la tasa llegó al 7,8 por ciento. En el tercer trimestre de 2010 se redujo al 5,6 por ciento, un 10 por ciento arriba del índice que heredó Macri. En los últimos tres años el desempleo nacional bajó del 8,5 por ciento al 7,5 por ciento. Y ya hay provincias, como La Rioja y Jujuy, que están por debajo de la ciudad por primera vez en la historia, con un desempleo del 5 por ciento.

Pobreza: Al igual que con el empleo, la falta de políticas específicas de la ciudad derivó en que durante la crisis de 2009 se incrementara fuertemente la pobreza. Así, el índice de pobreza pasó de un 5,3 por ciento en el segundo semestre de 2008 a un 6,1 en el segundo de 2009, un incremento del 18 por ciento en un año. En el mismo período, Salta bajó su índice de pobreza del 22,7 al 13,5 por ciento, Neuquén del 12,7 al 8,1 y Santa Cruz del 2,2 al 1,1 por ciento. En el primer semestre de 2010, el último índice conocido, con la economía otra vez creciendo al 9 por ciento anual, la pobreza en la ciudad fue del 5,9 por ciento, más de un 10 por ciento arriba que en 2008.

Viviendas: En la ciudad, 129 mil personas viven en 23 villas y asentamientos; en 2007 eran 95 mil. Macri no tiene política de urbanización de villas y apenas construye viviendas. Desde 2007, el nivel de ejecución del gasto en vivienda cayó significativamente: pasó del 86 por ciento hace tres años al 52 por ciento en 2009. El retroceso de este año fue fortísimo: en los primeros diez meses sólo se ejecutó el 18 por ciento. Poco más de 70 millones de pesos. De ese total, 60 millones de pesos fueron gastos administrativos. El gobierno de Macri no utilizó el dinero que le cursó la Nación: 139 millones de pesos. Ese monto es un 200 por ciento superior a los giros del Tesoro nacional para viviendas de 2007, año en que la ciudad recibió por ese concepto 43,7 millones de pesos.

Vetos: Mauricio Macri, que se presentó a la sociedad como el hombre que venía a cambiar la política, en tres años ejecutó 71 vetos a leyes surgidas de la Legislatura porteña. Varios de ellos impulsaban una mejora en la salud. La Ley 3332 incluía fondos para las libretas de salud de niños, niñas y adolescentes para el control sanitario imprescindible para cobrar la Asignación Universal por Hijo. Macri la vetó. La Ley 2566 impulsaba la creación de un laboratorio estatal de medicamentos que hubiese abaratado los remedios que compran los hospitales y que, cuando los pacientes lo necesitan, son entregados para tratamientos ambulatorios. Macri la vetó.

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Los indicadores sociales de la ciudad se retrasaron a partir de 2007 respecto del resto del país. Vivienda, salud y empleo, focos preocupantes.
Imagen: Alejandra Elias
 
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