ECONOMíA › FUE SUSPENDIDO EL ACUERDO DE LIBRE COMERCIO CON MéXICO

Luz roja para automotrices

Varias automotrices importan de México los principales modelos que venden en el país. La caída del acuerdo, denunciado por Argentina tras un frustrado intento de reformulación, impondría gravámenes del 30 al 35 por ciento al intercambio con ese país.

 Por Javier Lewkowicz

El Gobierno suspendió por tres años el acuerdo de libre comercio de autos con México. En lo inmediato, eso supone que la importación de vehículos desde ese país pasa a tributar un arancel del 35 por ciento, como sucede en el caso de la adquisición de autos desde cualquier país de extrazona, mientras que las exportaciones argentinas quedarán gravadas con el 30 por ciento. Ante este panorama, las automotrices mostraron en general preocupación, ya que varios modelos centrales en su estrategia de venta en el mercado local son importados actualmente de México. La situación sería circunstancial para el Gobierno, porque la intención es lograr una renegociación del convenio. México dijo que denunciará el hecho ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Argentina también lo hará, con el argumento de la discriminación comercial a favor de Brasil, que sí logró cerrar una renegociación del acuerdo.

A partir del Acuerdo de Complementación Económica Nº 55 (ACE-55) que se firmó en 2002, el comercio de autos, camionetas, un conjunto de autopartes y maquinaria agrícola entre los países del Mercosur y México goza de beneficios arancelarios, y en 2006 se alcanzó el libre comercio. Desde ese momento se registró un deterioro de la balanza comercial sectorial tanto en Argentina como en Brasil en el intercambio con México. En el caso nacional, el rojo el año pasado llegó en vehículos livianos a 832 millones de dólares, cuando en 2007 se registraba un superávit de 200 millones.

Las importaciones desde México hacia Argentina crecieron de unos 50 millones de dólares en 2004 a 1000 millones en 2011, un avance que está muy por encima del alza promedio que mostraron en ese período el total de las compras externas. En cambio, en 2004 Argentina exportó 490 millones, cuando el año pasado ese valor se ubicó en 195 millones. Diferentes ritmos de crecimiento económico y en la competitividad de los países y decisiones estratégicas de las multinacionales automotrices explican esa situación. Brasil reaccionó en diciembre de 2011 y solicitó a México renegociar el convenio. De ese modo, en marzo introdujo un cupo para el libre comercio. Por encima de ese nivel, las importaciones son gravadas con aranceles.

A partir del cambio en la relación comercial entre Brasil y México, Argentina pidió en marzo rever las condiciones de su acuerdo, ante lo cual México reclamó beneficios arancelarios para una serie de productos alimentarios y algunas autopartes. El resultado fue negativo. Ayer, finalmente, se decidió a través del decreto 969, publicado en el Boletín Oficial con la firma de la presidenta, Cristina Fernández, la suspensión por tres años del acuerdo automotor. “Al limitarse el comercio entre Brasil y México se favorece el desvío del flujo comercial hacia los otros países del área de libre comercio, como la Argentina”, explicaron a Página/12 desde el Ministerio de Industria. En el decreto, el Gobierno advirtió que la situación de disparidad en relación a Brasil “afecta al desarrollo de las inversiones en Argentina”.

“Se pretendía establecer un cupo para el libre comercio. Una vez que se excediera, el intercambio debía ser de 1 a 1. También se planteó compensar el déficit con la exportación de otros productos”, afirmó a este diario una fuente que participó de la frustrada negociación. En las próximas semanas se reunirán los gobiernos que forman parte del ACE-55, donde Argentina llevará su planteo, que ahora con mayor fortaleza relativa a partir de la suspensión del acuerdo que beneficiaba a México.

Las automotrices adquieren de México algunos modelos de relevancia en el mercado local. Ford importa el Fiesta Kinetic, uno de sus autos más vendidos, mientras que Chevrolet trae el Aveo y Honda hace lo propio con su CRV. Volkswagen importa el Bora y el Vento, y exporta cajas de cambio, la Amarok y, en menor medida, la Surán. También Nissan compra todos los modelos en México, Dodge adquiere el Journey y la camioneta RAM y Fiat su modelo Fiat 500. “Si se traslada al precio final el arancel del 35 por ciento, esos modelos quedarían afuera del mercado, porque hay mucha competencia y quizá por el mismo dinero el consumidor puede acceder a un vehículo más equipado”, explicó a este diario Marcos Ferrario, analista de Abeceb.com.

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“Si se traslada al precio final el arancel, esos modelos quedarían afuera del mercado”, indican los analistas.
 
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