ECONOMíA › MEDIDAS DE PROTECCION CONTRA LA
INVASION DE ELECTRODOMESTICOS BRASILEÑOS

Suban los puentes, que Brasil ataca

Economía tomó medidas en defensa de los productores locales de cocinas, heladeras, lavarropas y televisores, prácticamente arrinconados por el avance de los productos brasileños en el mercado local. El choque se produce a apenas 48 horas de un nuevo encuentro de Kirchner y Lula.

 Por David Cufré

Dos días antes de que Néstor Kirchner y Lula da Silva se encuentren en una nueva cumbre del Mercosur, el Gobierno anunció medidas para restringir las importaciones desde Brasil. En particular, las de heladeras, lavarropas, cocinas y televisores. Es la segunda vez que la actual administración interviene en defensa de los productores nacionales. En enero lo había hecho con cuatro rubros del sector textil. “Estas acciones evidencian un cambio respecto a la política para el Mercosur que se siguió en los ‘90”, se entusiasmaron en Economía. “Si Brasil no quiere sentarse a negociar instrumentos para regular el comercio, nosotros no vamos a dejar pasivamente que las importaciones sigan destruyendo sectores”, agregaron. Roberto Lavagna remarcó que el bloque regional debe volver a la filosofía de posibilitar el desarrollo industrial en todos los países que lo componen.
El ministro de Economía y el secretario de Industria, Alberto Dumont, anunciaron para los productos de línea blanca la aplicación de “licencias no automáticas”, que obliga a los importadores a solicitar autorización para ingresar heladeras, cocinas y lavarropas. El Gobierno, de ese modo, podrá regular la entrada, poniéndole un freno. Es lo mismo que hizo con los textiles, hasta que los empresarios de ambos países se pusieron de acuerdo en la cantidad y en los precios de las importaciones. Los productores locales lograron esos convenios gracias al respaldo de la restricción oficial. El objetivo en esta oportunidad es el mismo. Lavagna destacó que la medida se adoptó luego del fracaso de largas negociaciones entre los industriales de línea blanca. La acción venía siendo reclamada por el grupo Techint, principal proveedor de las firmas afectadas.
En el caso de los televisores, el Gobierno encarece las compras desde la zona franca de Manaos con la imposición de aranceles. Serán del 21 por ciento. Hasta ahora, esas importaciones estaban libradas de cualquier impuesto. Lavagna aclaró que la normativa del Mercosur permite fijar aranceles cuando los productos salen de zonas francas. La medida regirá durante 200 días, durante los cuales se deberá buscar una solución de fondo al conflicto. “La Comisión de Comercio hizo una investigación y llegó a la conclusión de que las importaciones estaban produciendo daño a la producción nacional, tomando en consideración los parámetros que utiliza la Organización Mundial de Comercio (OMC)”, se amparó Lavagna.
La utilización de distintos instrumentos para regular el ingreso de mercaderías es común en los países industrializados. En algunos casos se aplican de manera transitoria para solucionar problemas puntuales, como lo está haciendo el gobierno argentino en esta oportunidad. Pero la Unión Europea y Estados Unidos también recurren a esos mecanismos para proteger sectores y facilitar su crecimiento. Incluso, otorgando subsidios, como parte de una política de desarrollo global. El problema del Mercosur es la carencia de esas herramientas, por lo que cada conflicto desemboca en situaciones de gran tensión o directamente en crisis. Kirchner y Lula deberán afrontar una vez más esa situación en la cumbre regional que comienza mañana en Iguazú.
La concepción del gobierno argentino durante el menemismo era contraria a la intervención del Estado en la economía. Eso se tradujo en la estructura normativa del Mercosur, con el acento puesto en eliminar aranceles e incentivar el comercio pero sin crear instrumentos e instituciones para arreglar conflictos sectoriales. En el fondo, porque la idea era que los sectores que no podían competir debían desaparecer por “ineficientes”. No se planteaba la aplicación de una política que les permitiera desarrollarse. El Gobierno ahora está dando señales importantes en otra dirección, aunque las medidas proteccionistas también pueden resultar insuficientes si no van acompañadas de toda una estrategia de expansión. La falta de avances considerables en este terreno es lo que cuestionan economistas progresistas a Lavagna. El ministro se plantó ayer en conferencia de prensa con vocación de responder a quienes pudieran cuestionarlo por derecha. Resaltó que las medidas adoptadas respetan los parámetros de la OMC y que tienden a “facilitar el comercio intraindustrial, como se había planteado en la creación del Mercosur en 1986”. En ese año, el actual ministro era secretario de Industria y Comercio Exterior de Raúl Alfonsín. “El Mercosur será exitoso en la medida en que permita el desarrollo intraindustrial”, insistió Lavagna. Eso quiere decir que la industria crezca en todos los países del bloque.
Dumont precisó que entre enero y mayo las importaciones de lavarropas crecieron 179 por ciento, las de heladeras 126 y las de cocinas 121. La comparación es respecto a igual período de 2003. El grueso de esas compras se hacen desde Brasil, cuyos productores controlan el 62 por ciento del mercado local de heladeras, el 51 en lavarropas y el 31 en el de cocinas.

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Roberto Lavagna, ministro de Economía. Una resolución desafiante y de fuerte contenido político.
 
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