ECONOMíA › RETENCIONES MOVILES A
EXPORTACION DE CRUDO PARA FRENAR SUBA EN LA NAFTA

Protección a usuarios del ataque petrolero

La guerra desatada en el mercado del crudo amenaza llevar los precios a niveles incalculables. El Gobierno salió al cruce de la intención de las petroleras locales de trasladar el impacto al precio interno de los combustibles. Habrá retenciones flotantes a las exportaciones: cuanto más suba el precio, mayor será el porcentaje que paguen. Hoy se anuncia.

 Por Raúl Dellatorre

Con la decisión ya tomada de subir las retenciones a las exportaciones de petróleo, el Gobierno definía anoche el esquema para su implementación. El criterio finalmente resuelto es aplicar retenciones móviles o “flotantes”, es decir que el porcentaje del gravamen crecerá en la medida que aumente el precio internacional del crudo, tal como ya anticipó Página/12. El incremento de las retenciones a las ventas externas de crudo apunta a bloquear el traslado de esa suba a los valores internos de los combustibles y, a la vez, posibilitar que una parte de la enorme renta petrolera quede en poder del fisco. “Esto también es una medida redistributiva”, se oyó decir ayer en Casa de Gobierno, enfatizando así en el aspecto político de la resolución.
Mediante un mecanismo de retenciones móviles o flotantes, que subirían cada vez que el precio internacional pase a un escalón superior de precios, el fisco se apropiará de una porción creciente del aumento en el valor exportado. Cuando el crudo retome sus valores anteriores a su último raid alcista, las retenciones volverían automáticamente a su nivel actual, del 25 por ciento sobre el valor FOB de exportación.
“Estamos estudiando alternativas que permitan garantizar la producción necesaria para el mercado doméstico”, deslizó ayer temprano Alberto Fernández, jefe de Gabinete, sugiriendo con ello que el Gobierno se cuidará de no provocar una reacción de las petroleras, como podría ser la de reducir sus volúmenes de producción. Las compañías que producen petróleo en el país reclaman que se les reconozca el precio internacional y se les permita trasladarlo libremente a las refinadoras. Desde este punto de vista, consideran “insostenible” por más tiempo el precio de las naftas en los mismos niveles que dos años atrás, cuando el barril de crudo se disparó por encima de los 43 dólares.
Sin embargo, Fernández intentó ayer poner la discusión en otro plano, al puntualizar que “está muy claro que Argentina tiene costos de extracción y producción petrolera interna que no tienen nada que ver con el precio internacional del petróleo”. Por ello, se manifestó partidario de “alentar la idea” de desenganchar unos de otros, “para que la Argentina siga elaborando combustibles, naftas en particular, a partir de sus costos internos”. “Estamos buscando que esa locura que se vive en los mercados internacionales con el precio del petróleo no repercuta en la economía interna argentina, porque no hay ningún argumento para que eso ocurra”, agregó.
En horas del mediodía, el ministro de Planificación, Julio De Vido, ratificó que la suba de las retenciones sería el mecanismo a aplicar y que, a partir de esa decisión, sería el Ministerio de Economía el que le diera forma técnica. Poco después de las seis de la tarde, Roberto Lavagna ingresó al despacho presidencial en la Casa Rosada, presuntamente con el proyecto de decreto para subir las retenciones bajo el brazo. En ese momento, se informó que la resolución se daría a conocer inmediatamente después de terminado el encuentro con Kirchner. Pero no fue así. Cerca de las 8, Lavagna dejó el despacho principal del gobierno sin hacer declaraciones, el mismo que una hora y media después sería visitado por De Vido. Allí se habría repasado la forma de implementar la suba en las retenciones que, finalmente, se oficializará hoy.
Las naftas de alto octanaje bordearon los dos pesos por litro con el ajuste de precios producido en la última semana por las cuatro petroleras que controlan el mercado, con diferencia de horas en las decisiones de unas y otras. El Gobierno busca ponerle un techo al traslado del aumento del crudo a los precios internos. A través de una suba en las retenciones a la exportación cuando el precio internacional aumenta, se apunta a que el precio neto resultante para las petroleras exportadoras no sea muy diferente al valor que obtenían en las ventas internas a las refinerías antes de la suba. Algunas fuentes oficiales hablaban anoche de un valor de referencia para los productores de 32 dólares: el resultante de aplicarle un 25 por ciento de retención a un precio por barril de 42,66 dólares. Con el precio internacional por encima de ese valor –ayer estaba más de un dólar arriba–, las retenciones aumentarán al 28 por ciento. Pero si el precio pasa de un segundo escalón –por caso, de 45 dólares–, las retenciones pasarán al 31 por ciento, en una proyección siempre creciente. Cuando el precio descienda, el porcentaje de retenciones volvería automáticamente al nivel anterior. Este sería, en definitiva, el esquema de retenciones que hoy se anuncie.

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Con los últimos aumentos, el precio de la nafta de mayor octanaje llegó a casi dos pesos por litro. Pretenden que pare ahí.
 
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