ECONOMíA › SE ACELERA EL INGRESO DE LOS GRANDES FONDOS AL CANJE

Listos para el día después

Los grandes financistas del mercado descuentan el éxito de la operación. En la plaza local, la adhesión ya supera el 90 por ciento. Ahora, los corredores empezaron a estudiar el cupón atado al PIB.

 Por Claudio Scaletta

La adhesión al canje de deuda se encontraba el viernes pasado en torno del 43 por ciento. Así lo informó el Bank of New York (BoNY) a la Comisión de Valores italiana (Consob). En la plaza local, hasta el lunes inclusive, la adhesión superaba el 90 por ciento. Las cifras están en línea con las previsiones de un resultado global por encima del 80 por ciento, al que comenzaron a jugarse consultoras y bancos de inversión luego de conocidos los datos del cierre temprano del 4 de febrero. Aunque desde la Secretaría de Finanzas mantuvieron el hermetismo en materia de números, reconocieron que el ingreso de los grandes inversores del exterior había comenzado a producirse. A menos de 72 horas del cierre de la recepción de ofertas, los operadores del mercado dan por descontado el éxito final. Las discusiones ya se focalizan en el día después, en particular en el negocio de corto plazo que generarán algunos bonos, en el efecto que tendrá el ingreso de los fondos del exterior sobre el tipo de cambio y en el volumen de pagos para el cupón atado al crecimiento, que implica una mejora de la oferta.
Según lo informado por la Consob sobre datos del BoNY, el pasado 18 de febrero la propuesta de reestructuración ya había sumado 40.999 millones de dólares, cifra que no se compara directamente con los 81.800 millones de la deuda elegible, sino con un estimado de 94.500 millones de valor nominal de los viejos bonos. Así, cuando todavía faltaba una semana clave para el cierre del canje, la adhesión superaba el 43 por ciento.
El titular de la Caja de Valores, Luis Corsiglia, dijo a este diario que en la plaza local habían ingresado hasta el lunes 21 de febrero 21.540 millones de dólares netos, el equivalente al 90,5 por ciento del total, y que sólo restaba el ingreso de 2320 millones. Agregó también que desde que empezó el canje se realizaron 71.600 transferencias, de las cuales 60.700 fueron sobre el bono par, 10.300 por el descuento y 600 por el cuasi par.
Una de las discusiones que ya comenzaron entre quienes se preparan a jugar en el mercado de los bonos post canje es por el nivel de ganancia esperada. De acuerdo con el último informe semanal del Banco Río, las AFJP se posicionaron fuertemente en los bonos en default durante los últimos dos meses. La razón es que esperan competir entre ellas por la rentabilidad de corto plazo que tendrán los títulos post canje. A la cabeza de las preferencias estarán los nominados en pesos. Algunas estimaciones hablan de ganancias de hasta el 15 por ciento en el primer mes. Los bonos en pesos son los únicos que se ajustan por inflación y se prevé una doble combinación de revaluación del peso y aumento del índice general de precios, lo que potenciará la ganancia final en dólares.
Pero más allá de la lógica de esta previsión, habrá algunos incentivos extra que agrandarán el tamaño del nuevo mercado. Los bancos internacionales señalan que los papeles nominados en moneda extranjera engrosarán el EMBI, el índice de rendimientos de los bonos de mercados emergentes que elabora el JP Morgan. Este indicador es utilizado como referencia de rentabilidad por muchos fondos de inversión internacionales que, por esta razón, querrán tener bonos argentinos en cartera. El Deutsche Bank calculó que el peso de estos bonos en el indicador será marginal, de apenas el 1,6 por ciento; sin embargo, se trata del 1,6 por ciento de un mercado gigantesco. Un dato a tener en cuenta es que muchos de estos fondos entrarán después del canje, ya que por cuestiones regulatorias no pueden adquirir papeles que tengan la calificación de default.
Otra de las cuestiones que se discute es la mejora implícita de la oferta que se pagará por las “unidades atadas al crecimiento” del Producto. Este mecanismo de retribución extra a los bonistas se paga cuando el PIB crece por encima de un valor base establecido en el prospecto de la oferta de canje. Para 2005 la base es de 4,3 por ciento. Dado el fuerte crecimiento del segundo semestre de 2004, año que cerrará con una suba del PIB cercana al 9 por ciento, quedará para el año en curso un arrastre estadístico de alrededor del 3,6 por ciento. Con este dato se prevé que el crecimiento para 2005 podría fácilmente llegar al 7,5 por ciento. La promesa de pago es del 5 por ciento de la diferencia entre la base, 4,3 por ciento, y el crecimiento efectivo, 7,5 por ciento. Según la consultora MVA Macroeconomía esto implicará un pago extra de 370 millones de dólares que revaluarán el valor presente de la deuda nueva.

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Los financistas estiman que los nuevos bonos crecerán un 15 por ciento en las primeras jornadas.
 
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