El Fondo Monetario llegará hoy a Buenos Aires para realizar la auditoría de rutina sobre la macroeconomía que efectúa una vez por año en todos sus países miembros. La delegación, compuesta por una decena de funcionarios, es encabezada por el subdirector del Departamento para el Hemisferio Occidental y responsable del caso argentino, Ranjit Teja. Los encargados de recibirlos serán los titulares de las secretarías de Finanzas y de Hacienda, Alfredo Mac Laughlin y Carlos Mosse. La titular de la cartera, Felisa Miceli, no tiene previsto un encuentro formal, aunque se descuenta un saludo protocolar.

Ranjit Teja asumió como encargado de las cuentas argentinas por pedido del director gerente del Fondo, el español Rodrigo Rato, con quien trabajaba como su jefe de gabinete. Durante la última reunión conjunta del FMI y el Banco Mundial, Teja afirmó que el gobierno de Kirchner debería poner en marcha un plan más amplio con varias medidas macroeconómicas para enfrentar la inflación.

En enero de 2006 la Argentina canceló la totalidad de la deuda que mantenía con el organismo, unos 10.000 millones de dólares, pero esto no significó una ruptura de relaciones ya que se mantuvo como integrante del organismo. El trabajo de los técnicos se encuentra dentro de las pautas que establece el “Artículo IV” de su estatuto, por el cual se debe evaluar todos los años la marcha macroeconómica de los países miembros.

Al no tener compromisos pendientes de pago el resultado de la evaluación no condiciona ninguna operación financiera, incluidas las vinculadas con otras instituciones como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Las conclusiones de la auditoría podrían ser difundidas durante julio, luego de ser analizadas por la gerencia del organismo.

El último contacto entre la Argentina y el FMI se remonta a comienzos de abril durante la Asamblea Anual del organismo que se desarrolló en Washington. Allí la ministra de Economía, Felisa Miceli, volvió a cuestionar el papel que tuvo el Fondo durante la última crisis que sufrió la Argentina y pidió que se reformule su función, tal como venía diciéndolo su antecesor, Roberto Lavagna. Por su parte, el FMI insistió en que la Argentina debe poner especial atención en el control de la inflación y reiteró sugerencias para la “normalización” de la situación financiera.