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El tomate ya pasó de 12 pesos y se hará desear al menos un mes más

Más caro que un kilo de colita de cuadril, destacaban ayer los comerciantes, marcando una proporción sin precedentes. La restricción de oferta se mantendría por lo menos hasta fin de mes.

 Por Fernando Krakowiak

El precio del tomate no tiene freno. El cajón de 18 kilos se vendió ayer en el Mercado Central a un piso de 150 pesos (8,30 pesos por kilo), un 80 por ciento más que hace apenas un mes. En las verdulerías se conseguía a 12 pesos, casi tan caro como un kilo de colita de cuadril, una relación que no registra precedentes en la historia argentina. Sólo durante la hiperinflación de 1989 subió de manera similar, pero nunca les había hecho sombra a los principales cortes de carne vacuna. Los especialistas consultados por Página/12 aseguraron que estos valores seguirán al menos hasta fin de mes. La suba responde a una restricción de la oferta provocada por las heladas y a maniobras especulativas de productores y minoristas que quieren salvar el año acelerando las remarcaciones. También volvieron a subir la papa, el zapallo anco y la lechuga.

Entre agosto y septiembre, el 65 por ciento de tomates que se consumen en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano proviene de Salta y Jujuy, provincias que han sido duramente afectadas por las heladas. Las plantaciones a cielo abierto fueron arrasadas en casi toda la región noroeste, salvo algunas localidades puntuales como Orán. Esto provocó una disminución en los ingresos que hizo subir los precios a partir de septiembre. No obstante, en los últimos días la situación se desmadró porque la producción del noroeste se está terminando antes de que comiencen a llegar masivamente los tomates de Corrientes, donde también hubo problemas.

En el Litoral, la mayor parte de las plantaciones está bajo cubierta, pero el frío de julio y agosto igual retrasó la formación de frutos nuevos. Por lo tanto, es probable que esos tomates recién comiencen a ingresar con fuerza en noviembre. La producción de Buenos Aires tampoco es una opción porque recién está prevista para diciembre. Esta situación crítica se potencia con el aumento del consumo que suele registrarse a partir de la primavera.

Frente a la escasez de la oferta, los productores que salvaron su mercadería comenzaron a remarcar sin pausa. A fines de octubre del año pasado, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, había manifestado su preocupación en el Mercado Central cuando el cajón de tomates llegó a 45 pesos (2,50 pesos por kilo) debido a un faltante registrado durante algunos días. Ayer, en cambio, se vendió entre 150 y 180 pesos (8,30 a 10 pesos), hasta un 300 por ciento más caro.

Las verdulerías también aprovecharon el momento y estaban cobrando 12 pesos el kilo de tomate. En los supermercados todavía se podía conseguir un poco más barato. Según un relevamiento realizado anoche por la asociación de consumidores Deuco, se estaba vendiendo a 9,90 pesos en el Disco de Ramos Mejía, a 9,29 en el Carrefour de San Justo, a 8 en el Jumbo de Morón y a 12,90 en el Coto de Ramos Mejía.

Los especialistas del sector consultados por este diario sostuvieron que si el precio record que ayer se registró en el Mercado Central se mantiene, habrá más subas minoristas en los próximos días. La suba del tomate genera preocupación porque su incidencia en el segmento verduras del índice de precios que elabora el Indec es apenas inferior al de la papa (15,8 contra 18,3 por ciento).

Con los valores actuales, una alternativa es importar el producto de Brasil para aumentar la oferta y así desacelerar las remarcaciones, pero allí también hubo heladas que disminuyeron la superficie cultivada y afectaron su calidad, situación que se agrava al tener que transportar la mercadería en distancias largas.

En octubre del año pasado, la Secretaría de Comercio Interior desembarcó en el predio de La Matanza cuando la suba en el precio de las verduras todavía era incipiente. El objetivo era vigilar de cerca a los puesteros para evitar mayores sobresaltos, pues se suponía que ese mercado concentrador era determinante en la formación de precios. La realidad se mostró más compleja. Desde entonces, se registraron las subas más espectaculares de los últimos años, dejando en ridículo a la intervención oficial.

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El cajón de 18 kilos ayer se comercializaba a 150 pesos, 8,30 por kilogramo.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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