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La recesión en Estados Unidos abrió debates y rompió el hielo en Davos

Soros auguró el fin de la era del dólar. Condoleezza Rice aseguró que la economía estadounidense “es resistente”. Predominó el pesimismo.

En tono desafiante, el financista húngaro norteamericano George Soros aseguró ayer en Davos que la actual crisis financiera estadounidense tendrá como consecuencia el fin del reinado del dólar como moneda de reserva mundial. Fue en la jornada de apertura del Foro Económico Mundial, en Suiza, donde todas las conversaciones y debates estuvieron dominados por la preocupación ante la perspectiva de recesión en la principal economía del planeta. La contracara de las advertencias de Soros y los pronósticos de diversos analistas, que consideraron que una recesión será inevitable, fue la exposición de Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana, quien expresó la convicción de su gobierno en que la economía de su país “es resistente, su estructura es sólida y sus fundamentos económicos a largo plazo están sanos”, confiando en que “seguirá siendo un motor destacado del crecimiento económico mundial”.

Según el multimillonario Soros, “la crisis actual no es solamente el fracaso que sigue al boom inmobiliario, es básicamente el final de un período de 60 años de expansión crediticia continua basada en el dólar como moneda de reserva”. En respaldo a su apreciación, agregó que “ahora el resto del mundo cada vez tiene menos voluntad de acumular dólares”.

La participación del dólar en las reservas internacionales de las bancas centrales cayó en el tercer trimestre de 2007 a 63,8 por ciento, su menor nivel en la historia, a medida que la demanda de activos estadounidenses decreció, luego del colapso del mercado inmobiliario, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). En el trimestre anterior, la participación del dólar en las reservas era del 65 por ciento.

George Soros advirtió que será “muy difícil” evitar una recesión en Estados Unidos. Y ante una consulta de medios londinenses, expresó que tampoco Gran Bretaña podría evitar caer en el mismo fenómeno. Su opinión no difirió de la expresada por el director de la prestigiosa London School of Economics, Howard Davies, según el cual “no hay ninguna posibilidad de evitar una recesión en Estados Unidos” y muy difícilmente podrá evitarse en Gran Bretaña “porque tenemos muchos de los rasgos que caracterizan a la economía estadounidense”.

Le tocó a Rice tener que confrontar la posición del gobierno estadounidense con el desánimo que cunde entre los hombres de negocios reunidos en Davos. “Sé que muchos están preocupados por las recientes fluctuaciones en los mercados financieros y por la economía estadounidense”, dijo la secretaria de Estado del gobierno de George W. Bush, a lo que respondió que “la economía de Estados Unidos es resistente, su estructura es sólida y sus fundamentos económicos a largo plazo están sanos (...). Nuestra economía seguirá siendo un motor destacado del crecimiento económico mundial”.

En su intervención en la inauguración oficial de la cita anual del Foro Económico Mundial, Rice defendió las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para tranquilizar los mercados financieros que, dijo, “impulsarán el gasto y apoyarán las inversiones este año”, el último de la actual administración.

Intentando salir de la incómoda coyuntura, Rice buscó plantear una visión estratégica sobre el papel de Estados Unidos en el mundo actual. “En este siglo, el realismo estadounidense le da forma a nuestro liderazgo en tres áreas críticas: la promoción de un modelo económico de desarrollo, la promoción de un mundo más democrático y más libre, y la función de la diplomacia por las diferencias entre las naciones”, describió en su discurso ante el Foro. Criticó las desigualdades de la economía mundial, a las que calificó de “inaceptables”. “La mitad de los seres humanos vive con menos de dos dólares al día”, recordó Rice, quien no dejó de pasar el aviso en favor de las políticas impulsadas por su país, al enfatizar que cuando los estados escogen el libre comercio y la apertura de los mercados, contribuyen a la “creación de prosperidad”.

Tanto esfuerzo, sin embargo, no alcanzó para cambiarles el eje a los debates del Foro, que continuarán hasta el fin de semana y seguirán teniendo como cuestión sustancial la suerte de la economía mundial de la mano de lo que suceda en Estados Unidos. La puesta en cuestionamiento de su liderazgo, formulada por Soros, seguramente merecerá un mayor debate teórico afuera de Davos que en el propio Foro, ya que de alguna forma recoge los pronunciamientos de diversos sectores de izquierda que han venido advirtiendo, en los últimos tres años, sobre el fin de la hegemonía del dólar en el sistema monetario mundial.

Los 2500 líderes políticos y empresarios que participarán de este encuentro en los Alpes suizos tuvieron la posibilidad de asistir a otros análisis igualmente desalentadores, aunque con enfoques menos profundos que el de Soros. “Estados Unidos no sólo va a estornudar y coger un resfriado, tendrá una larga neumonía”, había pronosticado Nouriel Roubini, profesor de Economía de la Universidad de Nueva York, poco antes de la intervención de Rice, en un debate que trazó una serie de sombríos pronósticos. “Habrá una grave recesión en Estados Unidos, una desaceleración en los países emergentes y una fuerte desaceleración en Europa”, añadió este experto, uno de los pocos que el año pasado anticipó en Davos la crisis financiera.


Pérdida del rumbo

La falta de “respuesta coordinada y de liderazgo” fue destacada por los participantes en el Foro de Davos como uno de los mayores peligros para el crecimiento económico global en el año 2008. El segundo factor de riesgo mencionado en la encuesta realizada a los concurrentes al foro fue “la mala gestión de la crisis actual”. En orden decreciente, le siguen “un amplio colapso de la confianza”, “una recesión en la economía de Estados Unidos” y “una crisis de crédito global severa”. Los ítems elegidos por los concurrentes a Davos, mayoritariamente empresarios y ex funcionarios políticos, ponen un punto de severa atención sobre la pérdida de confianza en los dirigentes justo en el momento en que más se necesita de pilotos de tormenta.

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Condoleezza Rice, secretaria de Estado del gobierno de Bush, buscó despertar confianza.
Imagen: AFP
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