ECONOMíA › AFIRMAN QUE APOYAN A LOS RURALISTAS PARA SALIR EN LOS MEDIOS

Metalúrgicos se arriman al sol que más calienta

 Por Sebastián Premici

Desde Armstrong

”La pobreza no atrae a los medios, en cambio la plata sí. Por eso cuando hicimos el primer corte juntos, estuvimos en todas las pantallas de televisión.” Con estas palabras, el obrero metalúrgico de la empresa Crucianelli, Gabriel Muñoz, explicó a Página/12 una de las razones de por qué los obreros y chacareros aparecieron juntos en Armstrong. Los metalúrgicos, que desde hace 30 días están cortando la ruta en la ciudad, critican la falta de apoyo de la UOM y afirman que su respaldo a la Mesa de Enlace, incluida la Sociedad Rural, es por una lógica de supervivencia. “Los metalúrgicos quedamos en el medio de la pelea entre el Gobierno y los colonos. Nosotros tenemos que apoyar a los productores, porque son en definitiva los que terminan dando trabajo”, aseveró a este diario Hugo Varela, también de la metalúrgica Crucianelli.

Buzzi decretó a Armstrong como el escenario nacional de la protesta. Una confluencia multisectorial, cuyos actores ocuparon históricamente diferentes espacios políticos e ideológicos, pero que el conflicto agropecuario unió. “La única diferencia entre ellos y nosotros es que los colonos luchan por las ganancias y los obreros luchamos por un trabajo digno, para poder llevar la comida a nuestras familias. Tenemos que estar juntos para poder sobrevivir”, reflexionó ante este diario Marcelo Carrillo, otro obrero metalúrgico.

–Lo único bueno que dijo la Presidenta es que el único sector que puede estar un año sin vender su producción y no le pasa nada es el agropecuario. Eso es verdad, pero también es verdad que si levantasen un poco las retenciones, quizás los colonos empezarían a comprar un poco más de maquinaria –señaló Varela.

–No creo que sea así, ya perdieron la confianza. Me parece que la solución está en que este gobierno se vaya. Los colonos, hoy como está la situación, si quisieran comprar maquinaria lo podrían hacer tranquilamente. Tienen que vender un poco de soja y listo –respondió Muñoz.

Los metalúrgicos que están sobre la ruta de Armstrong confiesan que una vez que el conflicto agropecuario finalice, deberán tener una discusión política y gremial profunda, “debido a que la conducción nacional de la UOM no tomó partido por nosotros”, señalaron los obreros. “Se borraron, no quieren venir. Dicen que acá no pasa nada pero las fábricas están trabajando un promedio de cuatro horas diarias”, indicó Varela, que también trabaja en un comercio.

La situación de las empresas es dispar. Crucianelli todavía no despidió ni suspendió personal, Gil Metal si despidió obreros mientras que Fabrinol está trabajando a la mitad de su capacidad, por ende, ocupa a los obreros la mitad del tiempo habitual. Los obreros reconocen que este conflicto también es utilizado políticamente por muchos concejales e intendentes.

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