EL MUNDO › EL PREMIER HABLó DEL ROL QUE TUVO EL REINO UNIDO CON LOS NIñOS POBRES POR DéCADAS

Brown se disculpó por el destino de los niños

El primer ministro británico, Gordon Brown, se disculpó ayer por el papel del Reino Unido en el envío durante décadas de decenas de miles de niños pobres a países de la Commonwealth, sobre todo a Australia y a Canadá, donde muchos sufrieron malos tratos y abusos sexuales. “A todos los antiguos niños emigrantes y a sus familias les digo hoy que lo sentimos de verdad. Los hemos abandonado”, declaró Brown ante la Cámara de los Comunes, donde reconoció “el costo humano asociado a este episodio vergonzoso de la historia, el fallo del primer deber de una nación: proteger a sus niños”.

Los filántropos que enviaron cientos de miles de “huérfanos” británicos al exterior, a granjas en Australia y Canadá, creían que estaban haciendo una obra de caridad. Entre las décadas de 1920 y 1960, unos 150.000 niños de entre 3 y 14 años fueron enviados a los países del Commonwealth (Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Zimbabwe) a instituciones y a casas de padres adoptivos en el exterior para que pudieran comenzar vidas más felices en los lugares poco poblados del Commonwealth.

Pero en realidad, muchos eran hijos de madres solteras que se habían visto obligadas a darlos en adopción en una época en que su posición de madre soltera era considerada un grave estigma social. El nuevo comienzo que se les prometía a los niños degeneró en años de servidumbre y trabajos duros en granjas remotas y en orfelinatos estatales. A menudo eran abusados física y sexualmente, separados de sus hermanos y hostigados por ser “hijos de mujeres de mala vida”.

El Programa de Niños Emigrantes, en vigor desde el año 1920 y que terminó hace cuarenta años, arruinó la vida de los más vulnerables. Pasaron décadas para que el daño físico y emocional fuera reconocido.

El primer ministro se disculpó por la crueldad del Programa de Niños Emigrantes. También anunció la creación de un fondo de cinco millones de libras esterlinas para intentar restaurar las familias que fueron separadas por el plan. En su declaración, Brown dijo: “A todos los ex niños emigrantes y a sus familias, a aquellos que están hoy con nosotros y a los que están en el exterior, a cada uno de ellos, les digo hoy que realmente lo sentimos mucho. Fueron defraudados. Lamentamos no haber escuchado sus voces pidiendo ayuda”.

El primer ministro australiano, Kevin Rudd, también se disculpó públicamente en noviembre pasado. Dijo que se había cometido un “gran mal” y era una “horrible historia” y que esperaba que el perdón público ayudara a curar a los sobrevivientes.

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Gordon Brown condenó el Programa de Niños Emigrantes.
 
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