EL MUNDO › MIENTRAS ENTERRABAN A LAS VICTIMAS DEL ATAQUE AL SUBTE DE MOSCU, LA INSURGENCIA VOLVIO A GOLPEAR

Nuevo atentado mortal en el Cáucaso Norte

Al menos dos personas murieron y otra más resultó herida en una nueva explosión en la región de Dagestán, cuando un auto cargado de explosivos estalló cerca de la frontera. Medvedev prometió en Dagestán castigo y mano dura.

Continúa la ola de atentados en Rusia. Al menos dos personas murieron y otra más resultó herida en una nueva explosión en la región de Dagestán, en el Cáucaso Norte. Según informaron fuentes locales, un auto cargado de explosivos estalló cerca de la frontera de manera espontánea, sumando con este otro acto de violencia en la tumultuosa provincia rusa. Horas más tarde, en una sorpresiva visita a la capital de Dagestán, el presidente ruso, Dimitri Medvedev, hizo un llamado a endurecer las medidas contra la insurgencia terrorista. “Hay que castigar. El rango de medidas antiterroristas debe expandirse. No sólo deben ser más eficaces, sino duras, severas y preventivas”, exhortó el mandatario en una reunión con líderes regionales del Cáucaso Norte, un día después del doble atentado suicida que dejó un saldo de 12 muertos y más de 30 heridos en la provincia.

“Debemos dar golpes profundos a los terroristas. Matarlos y destruirlos a ellos y sus escondites”, dijo un encolerizado Medvedev durante la reunión que mantuvo con jefes de seguridad y líderes del Cáucaso ayer en Majachkala, capital de Dagestán. “Hemos arrancado las cabezas de los bandidos más infames, pero parece que esto no ha sido suficiente. A su debido tiempo los vamos a encontrar y los vamos a castigar, tal como lo hicimos con los anteriores. Sólo actuaremos de esta forma”, aseguró el jefe de Estado, en una jornada de gran conmoción por la celebración del funeral de las 39 víctimas de los atentados suicidas en Moscú (ver recuadro).

El recrudecimiento de la violencia en manos de la insurgencia islamista ha provocado la inmediata reacción de la dirigencia rusa, que teme por más atentados en el corazón de su país. En consonancia con los dichos de su premier, Vladimir Putin, el presidente reconoció que Moscú se encuentra hoy en estado de máxima alerta.

“Tenemos que ayudar a quienes decidan abandonar las filas de los terroristas, desarrollar la economía, la educación y la cultura. Tenemos que fortalecer la moral y el espíritu. Sólo si aunamos todos estos principios conseguiremos vencer”, reconoció el presidente, en alusión a la complicada situación que se vive en las tumultuosas regiones del Cáucaso Norte y que llevan a la proliferación de terroristas.

La retórica liberal del jefe del Kremlin sobre cómo lidiar con la insurgencia quedó de lado ayer, dando lugar a un discurso más duro y crítico con el accionar terrorista. La amenaza del Cáucaso Norte supone un nuevo desafío para Rusia, tras los ataques del lunes en el subterráneo de Moscú y el doble atentado suicida de anteayer en Dagestán. En lo que va de la semana, el número de muertos en manos de la insurgencia se eleva a por lo menos 50, mientras que las informaciones dadas por las fuentes de seguridad del gobierno indican que una célula con más de 20 suicidas entrenados estaría activa, a la espera de perpetuar más atrocidades.

En este contexto, un nuevo episodio de violencia ocurrió ayer, cuando un auto cargado con explosivos estalló cerca de la frontera entre Dagestán y Chechenia, causando la muerte de dos de sus ocupantes. Aparentemente, la bomba que transportaba el vehículo habría explotado espontáneamente antes de tiempo.

En este clima cargado de nerviosismo, miles de personas fueron evacuadas ayer en San Petersburgo, luego de que una serie de amenazas de bomba fueran realizadas en estaciones de tren, centros comerciales y en una catedral, según indicó la policía. El director del Servicio de Seguridad Federal (FSB), Alexander Bortnikov, aseguró que los organizadores de los ataques en Moscú fueron identificados como insurgentes norcaucásicos y que varios sospechosos fueron detenidos.

“La hipótesis según la cual los atentados fueron cometidos por ciertas bandas vinculadas con el Cáucaso del Norte está confirmada. Conocemos personalmente los cerebros de los actos terroristas”, declaró el funcionario. Según fuentes de la investigación, citadas por el diario ruso Kommersant, las dos mujeres kamikazes que perpetraron los atentados en la capital de Rusia llegaron a Moscú en autobuses procedentes precisamente de la ciudad daguestana de Kizliar.

En un video de 4 minutos y medio dado a conocer anteayer, el grupo islamista Emirato del Cáucaso, liderado por el rebelde Doku Umarov, reivindicó la autoría de los atentados que azotaron el metro de Moscú. El jefe de la insurgencia islamista, al que las fuerzas de seguridad rusas han intentado atrapar en varias ocasiones, afirmó que los atentados fueron hechos en represalia por los continuos asesinatos de civiles en el Cáucaso Norte en manos de las fuerzas del gobierno.

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Un nuevo atentado en Dagestán se sumó a otros dos perpetrados menos de veinticuatro horas antes.
Imagen: EFE
 
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