El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso congelar los sueldos de los empleados públicos durante los próximos dos años, con el objetivo de reducir el déficit y la deuda pública. “La realidad es cruda”, dijo el mandatario demócrata, señalando que esta es otra acción para poner la deuda bajo control.

La iniciativa, de la que están excluidos los militares –no así los civiles del Pentágono–, se traducirá en un ahorro de 2000 millones de dólares en el año fiscal 2011, 28.000 millones en los próximos cinco años y más de 60.000 millones en diez años. “A causa de la irresponsabilidad de la última década, el presidente ha heredado un déficit de 1,3 billón de dólares y una crisis económica que ha amenazado con arrastrar al país a una segunda Gran Depresión”, indicó la Casa Blanca al hacer pública la propuesta.

La administración de Obama señaló que el congelamiento de los salarios es una “decisión difícil” y agregó que esta medida “es la primera de muchas acciones que tomaremos para volver a encauzar nuestras cuentas públicas”. La decisión “no fue tomada a la ligera” y “no es para castigar a los empleados federales o por falta de respeto por el trabajo que hacen”, aclaró el gobierno estadounidense.

Obama se refirió a estos anuncios señalando que es necesario, a raíz de la crisis económica, que demócratas y republicanos trabajen en conjunto para intentar la reactivación. Para poner las cuentas públicas del país en orden, “el sacrificio debe ser compartido por los empleados del gobierno federal”, señaló desde Washington.

De este modo, el gobierno estadounidense intenta frenar el aumento del déficit de las cuentas públicas, que según las proyecciones de la Casa Blanca podría ascender a 1,4 billón en 2011.

La comisión bipartidista para el déficit había propuesto un congelamiento de tres años para los salarios federales y un recorte de 10 por ciento en la plantilla de empleados públicos.

El panel deberá entregar un reporte final al respecto el próximo miércoles y el congelamiento propuesto requerirá la aprobación del Congreso para ser puesto en marcha.

En este contexto, el líder del Partido Republicano, John Boehner, de Ohio, expresó su apoyo al congelamiento de las contrataciones del Estado y de los salarios de los empleados públicos. El legislador republicano por California Darrell Issa consideró que “hace mucho que es necesario” tomar esta medida y recordó que la incorporación de empleados del sector privado se encuentra paralizada. Issa, que será el presidente de la Comisión de Vigilancia y Reforma de Gobierno, señaló que el ahorro de dos mil millones de dólares de este año es minúsculo en relación con un presupuesto de 3,8 billones de dólares.

La administración ya ordenó un congelamiento de tres años en los programas de seguridad nacional y de otras áreas en el presupuesto lanzado el 1º de febrero y ordenó a algunas dependencias recortar sus presupuestos en un 5 por ciento para 2012.