EL MUNDO › DURAS CRíTICAS DE AMNESTY INTERNATIONAL POR LA GUERRA EN AFGANISTáN Y EL ATAQUE A LIBIA EN EL INFORME ANUAL

EE.UU. en deuda por el cierre de Guantánamo

Amnesty lamentó que persista “la ausencia de rendición de cuentas y de reparación por las violaciones de derechos humanos cometidas dentro del programa de detención secreta” del gobierno del republicano George W. Bush.

En su informe anual, publicado hoy, Amnesty International sumó otra voz en contra del campo de concentración norteamericano de Guantánamo. Además, su secretario general, Salil Shetty, calificó la invasión a Libia como una hipocresía.

La organización de derechos humanos denunció ayer que en Estados Unidos persisten situaciones de injusticia y abuso en las cárceles, específicamente en la prisión de Guantánamo.

En su Informe Anual sobre Derechos Humanos en el Mundo de 2011, Amnesty destacó que aunque el 22 de enero se cumplió el plazo de un año fijado por el presidente Barack Obama para el cierre de ese centro de detención, para finales de 2010 aún persisten 174 hombres recluidos en la cárcel ubicada en la isla de Cuba. Además, el informe difundido ayer en Londres criticó una reglamentación del Pentágono. “(La reglamentación) confirma que el nuevo gobierno estadounidense, al igual que su antecesor, se reserva el derecho a mantener recluida a una persona por tiempo indefinido, incluso en el caso de que hubiera sido absuelta por una comisión militar”, señala el documento.

El informe de Amnesty también dio cuenta de los abusos a los derechos humanos cometidos por el gobierno de Estados Unidos, desde la administración de Bush en adelante, dentro de Afganistán. Señala que Amnesty y otras organizaciones escribieron en junio al secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, para expresarle su preocupación por las aparentes torturas y malos tratos que se les aplican a los prisioneros en la nueva cárcel de Parwan.

Por otra parte, Amnesty lamentó que persista “la ausencia de rendición de cuentas y de reparación por las violaciones de derechos humanos cometidas dentro del programa de detención secreta” del gobierno del anterior presidente, el republicano George W. Bush.

Con respecto a la invasión en Libia, el secretario general de Amnesty, Salil Shetty, lanzó duras críticas al grupo de aliados de la Unión Europea y Estados Unidos que comandan la operación bélica en el país norafricano. “Los gobiernos occidentales deberían estar avergonzados de su propia hipocresía”, ya que, mientras que han decidido atacar al gobierno de Muamar Khadafi, “en otros países prefieren promover lo que llaman ‘estabilidad’ por encima de los derechos humanos”.

“Ya sabemos que los Estados occidentales siempre han tenido una doble moral en su manera de abordar cuestiones de derechos humanos, lo que me sorprende es que no hayan aprendido de los errores del pasado”, declaró sin tapujos el secretario general de Amnesty International.

En ese sentido, Shetty señaló a los regímenes de Hosni Mubarak en Egipto y Zine Ben Alí en Túnez. Dichos dictadores fueron derrocados en revueltas populares, pero tuvieron respaldo durante muchos años por gobiernos occidentales. “No te puedes poner agresivo en el caso de Libia y luego tener una actitud pasiva cuando se trata de Bahrein, Siria o Arabia Saudita”, prosiguió el secretario general.

Shetty criticó que, como ocurrió en el caso libio, se recurra a la intervención militar como primera opción bajo pretexto de proteger a los civiles. “Hay muchas maneras de protegerlos, y la agresión debería ser la última opción, ya que con esa acción se obtienen algunos beneficios geopolíticos a corto plazo, pero a largo plazo es contraproducente, y no beneficia a nadie”, concluyó el secretario general de Amnesty.

Con respecto a la llamada “Primavera árabe”, que significó la revuelta popular más grande en los últimos tiempos en algunos países musulmanes, Amnesty International pidió aprovechar esa coyuntura histórica para impulsar un cambio global en la situación de los derechos humanos.

El informe señala el gran ejemplo en la lucha por la libertad y la justicia que han supuesto los levantamientos populares en Túnez, Egipto, Siria, Bahrein, Libia o Yemen, posibilitados en buena parte por el uso de las nuevas herramientas de comunicación, como las redes sociales.

“La revolución de los derechos humanos se encuentra en el umbral de un cambio histórico”, declaró Salil Shetty. “En los países árabes la gente ha demostrado con valentía sus ganas de luchar por un futuro mejor frente a regímenes dictatoriales y represivos.” Sin embargo, Shetty alertó que, debido a la crudeza de la represión de las protestas, ese cambio “pende de un hilo”.

En cuanto a las empresas que proporcionan acceso a Internet, telefonía celular y sitios de redes sociales que fueron una herramienta para las revueltas que se dieron en llamar “Primavera árabe”, el informe de Amnesty International subrayó que se “debían respetar los derechos humanos y no convertirse en cómplices de gobiernos represivos que desean sofocar la libertad de expresión, y espiar a su pueblo”.

El informe anual de Amnesty difundido hoy se centró principalmente en el derecho a la libertad de expresión que, según la ONG, se encuentra bajo amenaza en al menos 89 países, incluidos China e Irán. Amnesty documenta casos de presos de conciencia en 48 países, tortura y malos tratos en 98 y juicios injustos en al menos 54. Miles de defensores de los derechos humanos fueron amenazados, encarcelados, torturados y asesinados en Afganistán, Angola, Brasil, China, México, Rusia, Tailandia, Turquía, Uzbekistán, Vietnam y Zimbabue.

Uno de los momentos emblemáticos de 2010 para Amnesty fue la entrega del Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo, pese a los intentos del Partido Comunista Chino por impedir la ceremonia.

Compartir: 

Twitter

En enero venció el plazo para el cierre de Guantánamo, pero Obama incumplió su promesa.
Imagen: AFP
 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.