EL MUNDO › EL MOVIMIENTO 15-M PLANEA MANIFESTACIONES CONTRA RATZINGER

Indignados con la visita papal

Benedicto XVI llegará a España el día 18 para la Jornada Mundial de la Juventud. Habrá un fuerte dispositivo de seguridad.

Unos 10 mil agentes custodiarán al Papa durante su próxima visita a España, en un marco de agitación social fogoneado por la crisis económica y las protestas de los indignados. La delegada del gobierno de Madrid, Dolores Carrión, y el concejal de Seguridad de la capital, Pedro Calvo, presentaron el dispositivo policial que se desplegará entre el 16 y el 21 de agosto cuando Benedicto XVI viajará a Madrid para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud. Esta visita ya fue considerada por las autoridades como de máximo riesgo.

Benedicto XVI aterrizará el día 18 en Barajas y permanecerá 79 horas en la capital española, donde pronunciará ocho discursos ante jóvenes, religiosos, sacerdotes y autoridades. A tres meses de las elecciones generales, el Pontífice se reunirá con los reyes, los príncipes, el jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Durante cinco días, la capital amanecerá militarizada por un fuerte dispositivo policial conformado por 6150 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y 4000 efectivos de la Policía Municipal de Madrid desplegados para controlar celosamente la zona del Aeropuerto de Barajas y San Lorenzo del Escorial, ciudad que el Papa visitará el 19 de agosto. Habrá cortes de tránsito en el sector del Prado y muchas líneas de transporte cambiarán su recorrido o serán suspendidas por cierres en el tráfico. El acto central se realizará el 20 de agosto en Cuatro Vientos. Se calcula que el costo de la visita ascenderá a 50 millones de euros, lo que despertó la crítica del Foro de Curas de Madrid y los sindicatos.

Además de los 1.300.000 visitantes que se prevén se sumen a los festejos de los fieles, los indignados españoles también se preparan para recibir al líder de la Iglesia Católica. El movimiento 15-M trabaja en la elaboración de un calendario de protestas que prevé la escenificación de un vía crucis reivindicativo, la ubicación de puestos de información en los lugares que albergarán a los peregrinos y una manifestación en Neptuno paralela a la misa en la plaza de Cibeles, con la que se inaugurarán las Jornadas Juveniles. Para reunir fuerzas, los miembros del movimiento de indignados se contactaron con asociaciones y organizaciones laicas y feministas con un discurso crítico a la visita del Papa.

Estos temas fueron tratados durante la tarde del sábado en el II Foro Popular Intercalles del 15-M. Tras horas de debate se acordó que el 11 de setiembre se realizará el III Foro Intercalles. Una semana después, se espera que los indignados salgan a la calle para protestar contra la privatización de los servicios públicos. Otra cuestión que se abordó fue el papel de la policía durante las marchas de la semana pasada y que cargaron sobre los manifestantes frente al Ministerio del Interior dejando un saldo de 20 heridos y 4 detenidos. Todos los arrestados quedaron en libertad después de pasar por los juzgados de la plaza de Castilla. Fueron acompañados por medio centenar de indignados.

Quien seguramente no será recibido con los brazos abiertos por los indignados, cuando aterrice en Barajas, será Benedicto XVI. El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, es quien ha informado al Papa sobre las preocupaciones del episcopado español y un panorama social y político que los obispos consideran desolador. La reunión con el líder conservador, Mariano Rajoy, tendrá lugar el día del cumpleaños de Rouco, el mismo 20 de agosto. Rajoy mantendrá una charla con Ratzinger después de que éste ofrezca una misa en la catedral de la Almudena ante 5000 seminaristas.

No se descarta que Benedicto XVI critique en su discurso aquellas legislaciones que la Iglesia considera contrarias a la vida, poniendo especial énfasis en la línea de los últimos documentos de la Conferencia Episcopal, que determina que no deben ser acatadas las iniciativas sobre el aborto, la reproducción asistida, el divorcio, los matrimonios entre personas del mismo sexo o la muerte digna. La preocupación ante el tono del mensaje del Sumo Pontífice llegó hasta el mismo Zapatero. El ministro de presidencia, Ramón Jáuregui, uno de los funcionarios que recibirán al pontífice en Barajas, aseguró el viernes que no sería aconsejable ni oportuno que Ratzinger criticara la actual legislación española.

Del mismo modo, instituciones como Europa Laic solicitaron a la Fiscalía General del Estado que actúe ante posibles declaraciones de Benedicto XVI que pudieran ser consideradas delito contra la salud y el orden público. En su visita a Barcelona en noviembre, Benedicto XVI criticó el supuesto “laicismo radical” de España y comparó el actual choque entre fe y laicismo con el de la Segunda República. Se espera, además, que el Papa haga un llamamiento a los jóvenes para trabajar por la castidad y el matrimonio tradicional, orientado a la vida.

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La visita de Ratzinger es considerada de máximo riesgo.
 
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