EL MUNDO › OPINIóN

“Socialistas”

 Por Atilio A. Boron

Un cable publicado el día de ayer en este diario (“Críticas del socialismo”) dio origen a una lamentable confusión debido a que en él se reproducían textualmente los infundios y descalificaciones que la Internacional Socialista (IS) dirigiera, ¡en nombre del socialismo!, en contra del gobierno del presidente Hugo Chávez. Tal como lo demostrara Lenin, la IS dejó de ser socialista hace 99 años, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, y desde entonces su orientación se inscribió claramente en el horizonte político e ideológico de la burguesía y el imperialismo, abjurando de toda pretensión de construir el socialismo.

La actitud cómplice de los gobiernos y partidos socialdemócratas con el belicismo de la Casa Blanca, su desembozada colaboración en las guerras de saqueo y (re)conquista de Irak, Afganistán, Libia, Siria y ahora Mali, y su asumido papel de gestores de las políticas del FMI para enfrentar la crisis capitalista son más que suficientes para enjuiciarla por bastardear una noble divisa, “socialista”, y manipularla para convalidar las peores ignominias de nuestro tiempo. Reunidos en Portugal, esos partidos se hicieron eco de las acusaciones del desprestigiadísimo Movimiento al Socialismo de Venezuela y su ideólogo e inspirador, ahora desde fuera de las estructuras orgánicas, Teodoro Petkoff, y descargaron todo su odio en contra de un gobierno que hizo por los pobres de su patria y por la soberanía nacional más que todos los que le precedieron, razón por la cual el MAS y la Acción Democrática, el otro representante oficial de la IS en Venezuela, quedaron reducidos a una penosa insignificancia política.

El cable dice, erróneamente, que “los socialistas venezolanos obtuvieron también el respaldo de la organización en su denuncia del ‘autoritarismo’ de Chávez, su ‘caciquismo’ y la supuesta burla a la Constitución” que estaría siendo perpetrada por el gobierno bolivariano. También acusan a Caracas de sembrar “la confusión en sectores del movimiento democrático internacional” que lo apoyan. En realidad, si hay alguien que hace casi un siglo viene sembrando confusiones no es otra que la IS. Los socialistas venezolanos no son los que fueron al cónclave de la IS, sino los que se agrupan en el mayoritario Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y en las fuerzas aliadas. Los “críticos socialistas” del caciquismo y autoritarismo del gobierno bolivariano, preocupados por las sucesivas reelecciones de Chávez, jamás dijeron una palabra acerca de los catorce años continuados durante los cuales ejercieron el poder dos de las principales figuras de la IS: Felipe González, empeñoso lobbista de las transnacionales españolas, y François Mitterrand, o por los dieciséis del democristiano y socio de tantas tropelías, el alemán Helmut Kohl. Tampoco emitieron sonido alguno para condenar la inmoral campaña de prensa contra Chávez, sobre todo la que conduce el impresentable diario El País con aquella foto del escarnio y la vergüenza.

Sólo en medio de la confusión ideológica reinante podrían calificarse como “socialistas” las críticas que Petkoff, ex guerrillero reconvertido al neoliberalismo y fundador e inspirador del MAS, dirige con saña desde su periódico Tal Cual en contra de Chávez. Como verdadero “superministro” del gobierno ultraneoliberal de Rafael Caldera, el “Cavallo venezolano” aplicó a rajatabla las recetas del FMI, produciendo como su homólogo argentino las políticas que en ambos países culminaron con la mayor crisis social y los mayores índices de pobreza de la historia. En 2006, Petkoff intentó presentar su candidatura a presidente, pero ante la inocultable indiferencia ciudadana selló un pacto con Manuel Rosales, el equívoco candidato de la oposición antichavista. Poco después de las elecciones, el favorito de Petkoff huyó clandestinamente de Venezuela para no afrontar una acusación de enriquecimiento ilícito. Prófugo de la Justicia de su país y buscado ya por la Interpol, encontró nada menos que asilo político –una institución no precisamente concebida para dar refugio a delincuentes comunes– en el Perú de Alan García, otro santo varón de la IS y amigo del MAS venezolano. Estos son los autoproclamados socialistas que critican a Chávez.

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