Israel permitió a Egipto entregar armas automáticas a los partidarios del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbas, para reforzarlo en su disputa con el movimiento radical Hamas. En tanto, a diferencia de lo que había insinuado en su encuentro con Abbas de la semana pasada, el premier israelí Ehud Olmert informó que no liberarán presos palestinos con motivo de la fiesta musulmana del sacrificio del cordero.

Funcionarios israelíes de seguridad dijeron ayer que el envío de 2000 fusiles automáticos, 20.000 paquetes de municiones y dos millones de balas fue aprobado por Israel y pasó por territorio israelí en cuatro camiones escoltados por la policía militar. Las fuentes pidieron anonimato porque el embarque no fue confirmado oficialmente por Israel, Egipto ni los palestinos. Según los funcionarios, los camiones avanzaron después a Gaza. La entrega de armas, sin embargo, fue categóricamente desmentida por el portavoz de la AP, Abu Rudeina, quien se encuentra en Jordania.

Las armas tendrían el objetivo de reforzar a los servicios palestinos de seguridad afiliados con el movimiento Fatah de Abbas, el cual libra una lucha violenta de poder con el grupo Hamas, que controla el Parlamento y el gabinete. La entrega se produce además antes de la visita de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, prevista para enero. Yuval Steinitz, un diputado del derechista Likud, protestó por la entrega de las armas. “Se volverán contra nosotros”, afirmó.

Mientras tanto, la canciller israelí, Tzipi Livni, anunció la elaboración de una nueva iniciativa de paz. “Mi visión es una solución entre dos estados. No me refiero simplemente a una visión. Hablo de un plan detallado y listo para ser aplicado”, aseguró Livni. Pero un importante miembro de la oficina del premier Olmert desmintió la existencia de una nueva iniciativa de paz. “Ni la propia Livni sabe que tiene un nuevo plan”, aseguró.

Lo que más teme actualmente Olmert es abrir el diario y enterarse, como ha sucedido en los últimos dos días, de la existencia de nuevos planes de paz que se cocinan en su propio Ejecutivo, sin su permiso y contradiciendo su política. Si el jueves se enfadó al leer del plan de paz propuesto por Livni, ayer también tuvo conocimiento de que el ministro de Defensa y líder laborista Amir Peretz también actúa por su cuenta, esta vez para negociar con Siria. En contra de la postura oficial del gobierno, que se niega a entablar negociaciones con ese país mientras éste no retire su apoyo a los grupos islamistas Hamas y Hezbolá y no se aleje de Irán, Peretz es de la opinión de que “hay que buscar ideas originales” para romper el hielo con Damasco.

En su círculo más cercano, Olmert usa términos como “rebelión” o “feas maniobras políticas” para definir el comportamiento de los que son, en teoría, sus principales socios en el Ejecutivo. “Olmert ya está acostumbrado a la forma de actuar de Peretz, que hace unos meses conversó sin su consentimiento con Abbas sobre una posible tregua. Pero a fin de cuentas es el líder del partido rival, mientras que Livni debería ser más fiel ya que es su número dos en el gobierno y en el partido Kadima”, afirmó una persona cercana a Olmert.