EL MUNDO › EL PARTIDO DEL PREMIER ABE PERDIO LA MAYORIA EN EL SENADO

Duro revés para la derecha japonesa

El “halcón” Shinzo Abe dijo que no se irá del poder, pese a la renuncia del secretario general de su Partido Liberal Demócrata.

La coalición conservadora del gobierno japonés sufrió ayer una derrota aplastante en las elecciones del Senado al perder la mayoría que ostentaba. Por su parte, el primer ministro, Shinzo Abe, aseguró que quiere permanecer en el poder, pese a la dimisión del secretario general de su Partido Liberal Demócrata (PLD), como consecuencia de la mala campaña. Si bien el Partido Conservador de Abe quedará con mayoría en la Cámara de Diputados, encargada de elegir al primer ministro, ahora deberá lidiar con la hegemonía del Partido Demócrata (PD) en la Cámara alta, necesaria para aprobar las reformas que el mandatario prometió impulsar desde su asunción. También el mandatario podría llegar a cambiar su gabinete. La derrota electoral, que también afectó a Fujimori, se produce en momentos de una caída de la popularidad de Abe, luego de una serie de escándalos que opacaron la gestión de su gobierno.

Es la primera vez en nueve años que el PLD pierde la mayoría en una de las dos Cámaras del Parlamento nipón. De acuerdo con las proyecciones de la televisión pública NHK, el PLD y el partido de inspiración budista Nuevo Komeito, integrantes de la coalición oficial, pasaron de 76 a 44 escaños en unas elecciones que convocaron a los japoneses para elegir 121 senadores, es decir, la mitad del Senado, que cuenta con un total de 242 asientos. El PLD y su socio necesitaban 64 escaños para mantener su mayoría, pero no llegaron. Por su parte, el ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, tampoco fue elegido como senador tras presentarse con el Nuevo Partido del Pueblo (ver recuadro). En cambio, la principal fuerza de la oposición, el PD, progresó espectacularmente con la obtención de al menos unos 60 escaños frente a sus 32 actuales, según los primeros resultados a boca de urna. En tanto, el gran triunfador de la jornada, el jefe de la oposición, Ichiro Ozawa, no pudo celebrar su éxito. El experimentado político de centroizquierda, de 65 años, tuvo que mantener reposo tras una extenuante campaña electoral.

En sus declaraciones televisivas, Shinzo Abe dijo que no se va a retirar, como lo terminó haciendo Hidenao Nakagawa, el número dos del partido gobernante y manager de la campaña, que abandonó sus filas al tomar la responsabilidad del fracaso. “Cuando fui nombrado primer ministro, prometí que continuaría con las reformas para construir una nueva nación. Tengo la responsabilidad de mantener esa promesa”, afirmó el mandatario.

A sus 52 años, Abe se convirtió en el primer ministro más joven de la reciente historia de Japón al llegar al poder en septiembre de 2006. La mayoría que tiene el PLD y el Nuevo Komeito desde 2005 en Diputados permite en teoría a Abe mantenerse en el poder, pero podría hacer cambios en su gabinete posiblemente a fines de agosto, informó la agencia japonesa de noticias Kyodo. “Aún sigo creyendo que muchas personas apoyan la política del gobierno”, aseguró el primer ministro. “Pero también hay muchas críticas sobre cómo manejó los asuntos el partido, así que tenemos que aceptarlo humildemente”, añadió.

“Halcón” en el terreno de las relaciones exteriores y firme aliado de Estados Unidos, Abe inició el proceso de reforma de la Constitución pacifista de 1947, que el país norteamericano obligó a promulgar después de la Segunda Guerra Mundial y que para los nacionalistas coarta las ambiciones de Japón. La política patriotista del premier consistiría en volver a contar con un ejército nacional, que Japón perdió por imposición de Estados Unidos tras concluir la guerra.

Sin embargo, ese programa “ideológico” parece haber tenido poca llegada en la mayoría de la población, afectada por la creciente desigualdad entre ricos y pobres. Desde 1955, el PLD domina la vida política nipona, pero los comicios de ayer podrían provocar un bloqueo político y un retraso en la legislación por parte de la mayoritaria oposición en la segunda economía mundial. Según analistas, el gobierno no tendrá más remedio que intentar asegurarse el apoyo de pequeños partidos o de miembros del opositor PD para aprobar proyectos de ley. “Necesitamos discutir las cosas de cerca con el Partido Democrático en la Cámara alta y escucharlos cuando sea necesario”, dijo Abe ayer.

Aunque el primer ministro arrancó con una gran popularidad heredada de su predecesor, el atractivo Junichiro Koizumi, perdió el rumbo prácticamente desde sus inicios. Dos ministros abandonaron el gobierno, y otro se suicidó ante acusaciones de malversación de fondos. El primer ministro vio además cómo estallaba un escándalo de gran magnitud: la pérdida por parte del sistema nacional de seguridad social de los expedientes de 50 millones de trabajadores. Este increíble fallo fue vivido como una tragedia por la mayor parte de los habitantes de Japón, un país con un elevado índice de envejecimiento en su población.

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La derrota electoral se produce en momentos de una caída de la popularidad de Shinzo Abe.
 
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