EL MUNDO

Si la ONU lo permite, muy bien; pero si no lo permite, también

El gobierno de EE.UU. declaró que se saltará cualquier traba que ponga Naciones Unidas para un ataque a Irak. Gran Bretaña liderará la negociación para el regreso de los inspectores.

Por Patrick Wintour y Julian Borger *
Desde Camp David

La consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, declaró ayer que si la ONU no da el visto bueno para un ataque a Irak, entonces “Estados Unidos actuará unilateralmente”. Por su parte, el presidente George Bush está preparando su ultimátum en el discurso de la Asamblea General de la ONU, el próximo jueves. En una decisión conjunta, Bush y el premier británico Tony Blair acordaron anteayer que la ONU imponga una fecha límite a Irak para cooperar en la inspección de armas o enfrente las consecuencias militares. El desafío probablemente lo deje asentado Gran Bretaña en las resoluciones de la ONU. El equipo de Bush está considerando un tiempo restringido de seis semanas para alcanzar un acuerdo, con otro límite de tiempo para destruir las armas de destrucción masiva de Irak.
La propuesta de “última chance” para Naciones Unidas fue arreglada este fin de semana por ambos líderes en Camp David. Bush marcará el camino en el discurso del jueves, un día después del aniversario del 11 de septiembre en Nueva York. La estrategia compartida fue el eje de la discusión durante las tres horas que mantuvieron juntos Bush y Tony Blair este fin de semana. Ambos acordaron que si Naciones Unidas se negase a actuar, irían a la guerra solos. Blair regresó ayer a Gran Bretaña, antes del discurso de mañana para la conferencia del Congreso de Sindicatos.
Blair alentará a la ONU a que enfrente la nueva amenaza terrorista por parte de los llamados “Estados paria”. Uno de los funcionarios de la Casa Blanca señaló ayer que “la ONU tiene que decidir si es parte del problema o parte de la solución”. La frase se corresponde con la observación del premier británico en Camp David de que “la ONU tiene que formar parte del modo de tratar este asunto, no el modo de evitarlo”. Mientras en teoría el ultimátum abre la puerta a la entrada de inspectores de la ONU –una victoria para el ala moderada de la gestión Bush, liderada por el secretario de Estado, Colin Powell, y posiblemente el gobierno británico-, los halcones han insistido en que Washington no debería quedarse en negociaciones con el Consejo de Seguridad por una nueva resolución sobre Irak. Los diplomáticos británicos cumplirán el rol central en la negociación con la ONU.
Blair fue renuente a discutir sobre fechas límite. Dijo simplemente que “el asunto es presionar. Si vamos a tomar responsabilidades sobre el mismo, tenemos que movernos tan rápido como el tiempo de consultas nos lo permita”. La decisión de Bush de darle la última chance a Naciones Unidas para que exijan a Saddam Hussein atenerse a las resoluciones de la ONU sobre las armas de destrucción masiva fue un alivio para Blair.
Blair espera que los otros miembros de los cinco permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU –Rusia, Francia y China– se convenzan de que la credibilidad de Naciones Unidas corre peligro si permite que el presidente Hussein continúe ignorando las resoluciones que obligan el regreso de los inspectores de armas. Un alto funcionario que acompañó a Blair a su regreso a Gran Bretaña dijo que “la ONU tiene su propia autoridad y su posición, lo que debería ser lo importante”. Y agregó que “la ONU, obviamente, al representar el cuerpo de la comunidad internacional, es el lugar justo para delinear esos temas, pero no se puede tener una situación en la que año a año se está frente a una seria amenaza. Alguien como Saddam burla el sentido de una comunidad internacional”.
Altos funcionarios de la administración Bush, liderados por el vicepresidente Dick Cheney, fueron a los programas políticos de la mañana de ayer para explicar que la nueva prueba de las fuentes de inteligencia ha revelado que el presidente iraquí estaba tratando de forma “activa y agresiva” de adquirir material para enriquecer el uranio, componente fundamental de un arma nuclear. El día anterior, Blair, en declaraciones a la prensa en su viaje a Washington, había admitido que la ausencia deinspectores de armas durante los últimos cuatro años en Bagdad significa que “no tenemos idea de lo que está pasando”.
Cheney declaró que el presidente Saddam posee experiencia técnica y diseños de un arma nuclear, y ha estado buscando un tipo de tubo de aluminio que se necesita para enriquecer el uranio de ese arma. Agregó que “sabemos que tenemos una parte del cuadro que nos dice que el líder iraquí está buscando activa y agresivamente la apropiación de armas nucleares”. Blair destacó que “no es una preocupación exclusiva de Estados Unidos sino que debe ser del mundo entero”.

* De The Guardian, de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Mercedes López San Miguel.

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Condoleezza Rice (centro), el presidente George Bush y el premier británico Tony Blair.
Anteayer, en Camp David, Estados Unidos y Gran Bretaña delinearon el plan de juego sobre Irak.
 
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