EL PAíS › GOSTANIAN, ROUSSELOT Y ALDERETE, ENTRE OTROS

Viaje en el tren fantasma

 Por Diego Schurman

No hubo caso. Le sugirieron otra butaca. Pero Adelina de Viola se apoltronó en las primeras filas de la platea San Martín y nadie pudo correrla. Ese sector del estadio de River pretendía ser la vidriera del “nuevo menemismo”. Pero terminó convirtiéndose en la pasarela de los viejos y controvertidos funcionarios de los ‘90.
El olor a naftalina no era propiedad exclusiva de Adelina. El dirigible de UPAU que se anunciaba en el cielo completaba el “encanto” de esa reunión familiar. La foto color sepia la completaba, unas hileras más arriba, el ex intendente de Morón, Juan Carlos Rousselot. Y a pesar de su inefable sonrisa Odol, lo que despertó la atención fue su camisa de raso a rayas. Era una cábala: la había utilizado en el ‘88, en el “otro” cierre de campaña de Menem en el Monumental de Núñez.
Haciendo caso a los organizadores, el resto de la “vieja guardia” se distribuyó en lugares menos visibles, o al menos apeló al bajo perfil. Armando Gostanian, Matilde Menéndez, Herminio Iglesias, Luis Ferreira, Víctor Alderete, Claudia Bello, Paco Mayorga, Jorge Rodríguez, Pedro Pou, Andrés Cisneros, Diego Guelar y Javier Mouriño fueron algunos de los precavidos.
De todos modos, no por ello dejaron de festejar las pleitesías del cantante de Los Zarzas a Menem por ser “el hombre que tiene los huevos más grandes de la Argentina”. Horas antes, ante periodistas de agencias nacionales, el ex presidente se promocionó como un “semental”. Más de uno se tentó en relacionar las frases.
Hubo varias “líneas” bien definidas. La ucedeísta, con Carlos Castellani a la cabeza. La cordobesa, con Oscar González. La sindical, con Amadeo Genta y Jorge Goyeneche, entre otros dinosaurios (nadie vio a Luis Barrionuevo). Y la deportiva, dominada por hombres del boxeo como “Látigo” Coggi y la “Hiena” Barrios.
Carlos Reutemann no estuvo, como era de prever. Pero el titular del PJ Santa Fe, Angel Baltuzzi, y la legisladora María del Carmen Alarcón no se perdieron la cita. El cuadro reutemista lo completaba un enorme cartel colgado en la bandeja alta de esa misma platea. “Menem-Romero, Santa Fe, Lole”. No fue la única mojada de orejas a Eduardo Duhalde: también sorprendió la presencia del su ex ministro de la producción Carlos Brown. Al ritmo de la banda de El Tula, el bombista oficial del menemismo, se animó a algunos pases de baile el empresario Francisco De Narváez. Por su sector, en un extremo de la “zona VIP” por la cual muchos erogaron 150 pesos, se mostraba coqueta Martha Alarcia, Kelly Olmos, el Pato Galmarini, Martín Menem, uno de los hijos de Eduardo Menem, y Mirta Pérez, compañera de fórmula de Alberto Pierri en la provincia de Buenos Aires. También se mostró el empresario de medios Constancio Vigil.
El viejo trípode del poder menemista Kohan-Bauzá-Corach mostró una actitud heterogénea. El ex secretario de la Presidencia fue el puntal del acto, y eso lo hizo saber a través del más grande cartel que se vio en el campo de juego. Su desafío fue doble, ya que la gran mayoría se opuso a la realización del acto, entre ellos su enemigo interno Pierri. A Bauzá no se lo vio. Y Corach estuvo ausente con aviso. Nadie se animó a cuestionar su doble excusa: el festejo en familia de su cumpleaños 68 y la celebración de la última noche de Pesaj, las pascuas judías.

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