EL PAíS › UN ESTUDIO MUESTRA UN 53 POR CIENTO DE APOYO A LA PRESIDENTA

Con respaldo mayoritario

Cristina Fernández de Kirchner vuelve mañana a la actividad oficial con una mayoría absoluta de imagen positiva. La lógica política de ese número, las medidas que lo construyeron, el panorama que pronostica.

 Por Raúl Kollmann


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner regresa mañana a la actividad oficial con un colchón importante de popularidad: 53 por ciento de imagen positiva según el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman, y aún más en otros sondeos. Desde hace meses, las opiniones favorables a la mandataria se mantienen altas y estables, según coinciden todos los encuestadores, incluyendo los que trabajan para el oficialismo y los que lo hacen para candidatos opositores. En un año, la imagen positiva de CFK subió ocho puntos y esa mejora se hizo aún más notoria después de las PASO y durante su convalecencia. Se mezclan numerosos elementos en esa evaluación. Por un lado existió solidaridad frente a una persona que sufrió una enfermedad, por el otro lado –quienes la valoran y quienes la critican– perciben que gestiona, decide, tiene una intensidad notoria en la actividad, por lo que su ausencia se hace notar. Hay consultores (ver aparte) que consideran que ya juega el hecho de la inexistencia de reelección, por lo que las tensiones –amores y odios– se dirigen hacia la sucesión presidencial, aunque CFK tendrá fuerte presencia en ese proceso. Lo cierto es que la Presidenta vuelve a escena con un respaldo que tendrá peso en las decisiones que adopte. “Lograr quórum propio, asegurar la gobernabilidad, poseer un piso de votos del 33 por ciento y una imagen positiva del 53 por ciento no son datos menores en los tiempos que corren”, sintetiza.

Las conclusiones surgen de un estudio, especial para Página/12, realizado por el CEOP durante la semana que pasó. En total se entrevistaron por vía telefónica a mil personas de todo el país, respetándose las proporciones por lugar de residencia, edad, sexo y nivel económico-social. La mayoría de los consultores buscan hoy definiciones y tienden a evitar el regular como respuesta, es decir le piden al encuestado que se ponga del lado del positivo o del negativo. Por ello, la encuesta del CEOP y las de otras consultoras presentan resultados nítidos: fuera de quienes opinan en forma positiva o negativa sólo quedan los que no quieren contestar o dicen que no saben.

Como era esperable, los apoyos a CFK son mayores en los sectores de menos poder económico, en que la opinión positiva llega casi al 60 por ciento. En el nivel socioeconómico alto el respaldo cae al 39 por ciento. Desde el punto de vista del sexo del encuestado recoge más opiniones favorables entre las mujeres que entre los hombres, pero no hay diferencias significativas y, en cuanto a la edad, la juventud parece ser el mayor reducto de la Presidenta, con el 55 por ciento de respaldo.

La imagen positiva de CFK creció en el último año. En octubre de 2012 estaba en el 46,1 por ciento, en marzo de este año había aumentado levemente al 46,6 por ciento, bajó en junio, pero subió claramente al 48,4 por ciento después de las PASO y trepó al 53 por ciento en la actualidad, tras la enfermedad. “Los argentinos se preocuparon por la salud de la Presidenta –señala Bacman–, cosa lógica aquí y en cualquier país. Lo particular de la Argentina es que hay que tener en cuenta que es un gobierno con alta impronta presidencial. Y la convalecencia fue larga (duró más de un mes), generando muchas expectativas.”

“También es cierto que existe un sector de la sociedad que no está de acuerdo ni con Cristina ni con las medidas que ha tomado este gobierno –señala Bacman–. Pero la misma encuesta deja al descubierto que en la opinión pública existe un fuerte consenso de que esta gestión ha puesto en marcha una serie de medidas que han definido la década y que desde el punto de vista cuantitativo hasta llegan a superar la propia imagen positiva de CFK. El aumento jubilatorio móvil (dos veces al año), el plan Pro.Cre.Ar, la Asignación Universal por Hijo, la estatización de YPF, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el matrimonio igualitario, Fútbol para Todos y estatización del sistema jubilatorio, obtienen valores de consenso que en todos los casos son más altos que la propia imagen positiva de Cristina. No quedan tampoco dudas de que hay asignaturas pendientes. Y, por lo visto, a lo largo del proceso de las elecciones legislativas de medio término, la inseguridad y la economía son dos grandes preocupaciones que los argentinos esperan que en los próximos dos años se encaminen.”

El listado de temas que tendrá que afrontar la Presidenta es largo, entre ellos la cuestión de las divisas –señalada ayer por la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont– y una eventual reestructuración del gabinete. De todas maneras, desde el punto de vista de las encuestas “se vienen las fiestas de año nuevo, el verano, el aguinaldo, las vacaciones –dice Bacman–. Son tiempos en que el humor social tiende a ser mejor. Buenos tiempos para la política: se presentan nuevas oportunidades. Pero nada es producto del milagro: a dichas oportunidades hay que ayudarlas e impulsarlas”.

Desde ya que para el regreso de CFK, la existencia del quórum propio es un dato fundamental para asegurar gobernabilidad. No es que tiene todo asegurado, pero el panorama en el Congreso no es malo. “Esta circunstancia ha sido aprovechada de manera inteligente por el kirchnerismo a lo largo de estos diez años de gestión. Y en tal contexto, el Código Civil tiende a convertirse en un nuevo hito en el conjunto de medidas transformadoras que impulsa. Ante leyes que generan discusión y controversias, que involucran a políticos y a la sociedad en su conjunto, en estas ocasiones en que se ponen en juego antagonismos, el kirchnerismo se hace fuerte”, razona el titular del CEOP.

La sucesión presidencial está ya presente en la opinión sobre la Presidenta y en el panorama hacia adelante. Hay candidaturas lanzadas, un poco más o un poco menos oficialmente. Y ocurre tanto en la oposición como en el oficialismo. “Cada uno ha comenzado a trazar sus tácticas y estrategias –sostiene Bacman–. Sergio Massa quiere nacionalizar su cosecha electoral de octubre, construyendo de abajo hacia arriba, en la búsqueda de intendentes de todo el país que lo acompañen. Mauricio Macri ya se ha lanzado, no tiene reelección en su distrito ni vuelta atrás: es en el 2015 o nunca. Julio Cobos quiere convertirse en el dirigente radical que recupere los gloriosos tiempos pasados del centenario partido; su triunfo contundente en su tierra natal lo ayudan a soñar. Hermes Binner, otro de los que ganó con comodidad en su provincia, seguramente está pensando en la conformación de un nuevo frente electoral. Y Cristina sigue y seguirá siendo uno de los principales protagonistas, aunque no sea candidata en 2015. El kirchnerismo dominó la escena política de nuestro país desde el año 2003, cuando la crisis social y económica parecía no tener fin. Nació en los tiempos del ‘que se vayan todos’, en un contexto de profunda crisis de los partidos políticos, cuando las lealtades tradicionales del voto estallaron. Nada fue igual que antes. Desde allí, el kirchnerismo construyó un sistema de lealtades (lo que se podría denominar el núcleo duro del votante kirchnerista) que llegó al 54 por ciento en octubre de 2011 (núcleo más periferia cercana) y que en estos últimos comicios redondeó un 33 por ciento. Lograr quórum propio, asegurar la gobernabilidad y poseer un piso de votos de 33 por ciento, con una Presidenta que sigue teniendo una imagen positiva alta, no son datos menores para los tiempos que corren.”

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