EL PAíS › QUIéN ES GUSTAVO ARRIBAS, EL ELEGIDO POR MACRI PARA ENCABEZAR LA AGENCIA FEDERAL DE INTELIGENCIA

Los misteriosos negocios del Señor 5

Sin antecedentes en el área, el nuevo titular de la AFI es escribano, amigo personal del Presidente, con una larga trayectoria como empresario vinculado al fútbol y con varias operaciones polémicas.

 Por Gustavo Veiga

En la vida de Gustavo Héctor Arribas son evidentes dos situaciones en apariencia contrapuestas. No tenía antecedentes de aptitud para conducir la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) pero en el mundo de los negocios se movía con el sigilo de un espía. Del Señor 5 se conoce apenas una fotografía, como mucho dos, síntoma de que en el ambiente del fútbol, donde se desempeñaba como intermediario –y que es de alta exposición mediática– meditaba cada uno de los pasos que daba. Al misterio que rodea su figura se suma que estaba radicado en San Pablo, Brasil. Allí tenía domicilio en dos condominios de lujo con todos los amenities desde donde controlaba a tres empresas: G.H.A, especializada en la administración de bienes inmobiliarios; HAZ Brasil, la más conocida y mediante la cual negociaba pases o la representación de futbolistas; y Storm Producciones, dedicada a la fotografía publicitaria.

Entre sus socios había de todo: un abogado que estuvo imputado por lavado de dinero porque integró la sociedad que transfirió a Carlos Tevez y Javier Mascherano al club Corinthians, un agente de jugadores FIFA argentino y una bella mujer que sería su pareja brasileña. También hizo negocios con el senador del PDT Zezé Perrella y ex presidente del club Cruzeiro (ver aparte) y varias de las operaciones que concretó con jugadores pasaron por el Locarno suizo o el Deportivo Maldonado uruguayo, dos clubes pantalla donde se pierden con facilidad los rastros del dinero. Misionero, escribano, bon vivant y amigo íntimo del presidente Mauricio Macri desde los años 90, cuando hicieron varias transferencias de futbolistas en Boca, dejó su actividad de notario en 2007 para dedicarse a tiempo completo al mundo de la pelota. Si bien cobró notoriedad con su intervención en la doble venta de Tevez y Mascherano al Corinthians en 2005, Arribas ya acumulaba experiencia en operaciones polémicas. En junio de 1999, asociado al club Talleres de Córdoba por partes iguales, le cedió el pase del jugador Diego Garay al Racing de Estrasburgo francés. La transferencia terminó mal. El futbolista tenía un pasaporte falso, la FIFA multó con una suma millonaria a Talleres y también castigó al escribano por no poseer licencia de agente autorizado.

La histórica revista deportiva Placar lo ubicó el 15 de julio de 2011 entre los cinco empresarios del fútbol más influyentes de Brasil. Caricaturizado, lo dibujó con un puro en la mano izquierda y una copa de champaña en la otra, junto a sus colegas. En la nota, uno de ellos, el iraní Kia Joorabchian, lo acusó de robarle al Corinthians: “El tomó a Sebastián Domínguez y lo transfirió al América de México sin pagar”. Arribas se defendió explicando que, si fuera así, no hubiera intermediado en la venta de otro jugador de ese club: Thiago Heleno.

Durante su larga estadía en Brasil, el actual jefe de los espías argentinos participó en decenas de operaciones del mercado futbolístico. Varias pasaron por Uruguay, donde Arribas trabajó con el club Deportivo Maldonado. La agencia de información financiera Bloomberg señaló que esta sociedad anónima deportiva (SAD) que controla un empresario inglés, Malcolm Caine, ganó poco más de diez millones de dólares por vender tres jugadores que no jugaron ni un minuto en su equipo. A uno de ellos, Alex Sandro, el escribano lo sacó del Atlético Paranaense y lo llevó al Santos. Lo sugestivo es que trianguló el pase entre clubes brasileños usando al uruguayo. Hoy el defensor juega en la Juventus italiana.

Desde Brasil, Arribas nunca dejó de hacer operaciones en la Argentina, donde conserva viejos amigos. Dos jóvenes con destino de selección, los ex Estudiantes de La Plata Gerónimo Rulli y Guido Carrillo, pasaron como una estrella fugaz por el Deportivo Maldonado con destino a Europa gracias a su intermediación. El presidente del club platense, Juan Sebastián Verón, conoce muy bien al Señor 5. Cuando todavía jugaba al fútbol, su representante era Fernando Hidalgo, uno de los dos socios de Arribas en HAZ. El otro es el israelí Pinhas Zahavi, un poderoso empresario de turbios antecedentes que opera a través de paraísos fiscales.

HAZ tiene sede en Buenos Aires pero también en San Pablo, en el barrio Nuevo Brooklyn. En Brasil inició sus actividades el 22 de agosto de 2005, el mismo año en que Tevez y Mascherano salieron campeones con el Corinthians luego de que los cediera la empresa MSI del iraní Joorabchian. Los socios que figuran en HAZ desde su constitución son Arribas y dos abogados brasileños, Joao Marcos Pilli y Alexandre Verri. Este último fue imputado en una investigación judicial por lavado de dinero y asociación ilícita, porque se le atribuyó haber participado en la creación de la sospechada MSI. En abril de 2014 resultó exonerado de esos cargos y hoy es un letrado que representa a intermediarios como Arribas y pertenece al Instituto Brasileño de Derecho Deportivo.

En G.H.A, la administradora de bienes cuya sede social coincide con uno de los domicilios de Arribas en San Pablo, tiene como socia a una brasileña, Lindamir Sumny. Sería la mujer rubia que, durante una recepción en San Pablo, aparece en una de las escasas fotografías públicas del empresario que ahora es el responsable de la AFI. Esta sociedad comenzó su actividad el 1° de septiembre de 2010, el escribano aportó el 80 por ciento del capital y hasta hoy continúa vigente.

Los datos de las sociedades que integró o integra todavía Arribas fueron obtenidos de las fichas catastrales de la Junta Comercial del estado de San Pablo, un organismo que se ocupa de promover el desarrollo económico. Respecto de HAZ, la información a 2005 sostenía que los cargos de Arribas en la sociedad estaban sujetos a que obtuviera la residencia permanente en Brasil. Esta empresa fue aumentando todos los años su capital, que pasó de mil reales en el primero a 1.589.375,36 en 2007, apenas dos años después, cuando el escribano renunció a manos de HAZ Sport Agency SA. Lo curioso es que mientras se mantuvo en el directorio, en cada asamblea se ratificaba su participación en la sociedad por el simbólico valor de un real.

Storm Producciones es la restante de las tres compañías brasileñas en las que figura el nuevo jefe de los espías. Dedicada a la fotografía (excepto aérea y submarina) y a actividades de intermediación de negocios en general sin contar los inmobiliarios, es la empresa donde Arribas aparece con más socios argentinos. Uno de ellos es el empresario futbolístico Juan Manuel Gemelli, quien junto a su colega estuvo bajo la mira de la AFIP en 2012, cuando les bloquearon el CUIT a 146 agentes FIFA. El otro es Fernando Gabriel Di Filippo, vinculado al mundo de la moda y que está relacionado con la empresa Esmeralda Models.

Como se ve, Arribas no se dedicó a una sola actividad comercial mientras vivía en Brasil. El fútbol era su emprendimiento principal y donde amasó su fortuna. Tenía las conexiones necesarias y la suficiente gimnasia para intermediar en el mercado. Hasta que lo convocó Macri a su gobierno, como en los tiempos de Boca, donde ya era un hombre de bajo perfil. Es probable que por su trayectoria se volcará más a la inteligencia comercial antes que a hacerlo en temas de seguridad nacional o narcotráfico, donde sus antecedentes son nulos. ¿Qué lo movió entonces a regresar al país para ponerse al frente de un área tan delicada como la Agencia Federal de Inteligencia?

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La Agencia Federal de Inteligencia es la entidad que reemplazó a la SI y a la SIDE.
Imagen: Rafael Yohai
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