EL PAíS › KIRCHNER VOLVIO DEL SUR Y SE REUNIO CON FAMILIARES DE LAS VICTIMAS

Voces por la justicia en la Rosada

Unos 120 familiares se reunieron ayer con el Presidente y tres de sus ministros. Plantearon sus quejas y recibieron promesas de respaldo. Kirchner comprometió respaldo legal y social.

 Por Miguel Jorquera

La reunión empezó tensa pero después logró distenderse. Sobre todo cuando el presidente Néstor Kirchner se sumó a la reunión que en la Casa Rosada mantenían unos 120 familiares de víctimas de la tragedia del barrio porteño de Once con los ministros Aníbal Fernández (Interior), Alicia Kirchner (Desarrollo Humano), el viceministro de Salud, Héctor Conti, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. “Para venir hasta la Casa de Gobierno no hace falta que hagan marchas porque esta casa está abierta para ustedes”, les dijo el Presidente, que también se comprometió a considerar los problemas que afectan a las víctimas “caso por caso” y a brindarles respaldo legal. “La justicia debe caer sobre los responsables”, aseguró.
Poco antes de la siete de la tarde, los familiares comenzaron a llegar a la Casa de Gobierno. Muchos de ellos lo hicieron en vehículos particulares, mientras que una gran parte lo hizo en transportes oficiales que aportaron tanto el gobierno nacional como los municipios de La Matanza e Ituzaingó, acompañados por sus respectivos intendentes: Alberto Balestrini y Alberto Descalzo. Balestrini estuvo presente porque muchas de las víctimas fatales en la tragedia eran de su municipio, especialmente porque los integrantes del grupo Callejeros y la mayoría de sus fans son de La Matanza. A Descalzo le pasó algo parecido, pero además la hija del presidente del Concejo Deliberante de ese distrito (Cecilia Roumieux) también falleció en la tragedia.
La mayoría de los familiares convocados por el gobierno habían sido contactadas por los equipos de trabajos de los ministerios presentes en la reunión: los voluntarios (Desarrollo Social), médicos y hospitales (Salud), y bomberos y Policía Federal (Interior).
Los familiares que perdieron a sus seres queridos en el trágico recital del grupo Callejeros en el boliche República Cromañón, repartieron de entrada sus críticas contra el empresario Omar Chabán, dueño del lugar, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por la “falta de prevención” y la morgue judicial por el “maltrato” que recibieron en cuando debieron retirar los cuerpos de las víctimas para velarlos e inhumarlos. Antes, Aníbal Fernández explicó las razones por las cuales el gobierno nacional no había emitido opinión sobre la tragedia: “haber hecho un mensaje (presidencial) hubiese sido una canallada, un insulto, un cachetazo, para la gente que aún no había enterrado a sus familiares”.
Algunos de los tramos de esa tensa conversación trascendieron el “ámbito privado” de la reunión porque el sistema de sonido del salón estaba conectado con la sala de prensa de Casa de Gobierno, hasta que el mismo fue cortado. Allí Fernández afirmó que el tema de los controles sobre las habilitaciones “no es un tema nuestro, es de la Ciudad (de Buenos Aires)” y que el gobierno nacional “no podía decirle a la Ciudad qué debe hacer con sus funcionarios”.
Hubo un tema que abordó calmo pero contundente uno de los familiares de las víctimas: “No queremos que ningún funcionario se vaya antes de saber si tiene alguna responsabilidad en el hecho, antes que se hagan cargo y si tienen que pagar e ir presos, que vayan presos”.
Alicia Kirchner eligió un tono personal para su intervención, y enseguida recorrió el salón para hablar con cada uno de los presentes y recoger sus datos personalmente.
Cuando se incorporó el Presidente el clima del encuentro ya estaba más distendido. Néstor Kirchner abordó a los familiares desde un costado humano y resaltó “el dolor que siente cualquier padre frente a un drama como este”. Repitió que no habló porque “no quise sumarme al show mediático mientras ustedes enterraban a sus muertos”. Después aclaró que se sentía “un ciudadano más”, y que como tal se sumaría a los esfuerzos de todos para lograr justicia y encontrar a todos los responsables. En ese sentido, se comprometió a poner a disposición de todas las víctimas el respaldo legal que necesiten. “Yo sé que hay cosas, en estas circunstancias, que no se pueden hablar en público y que necesitan un diálogo caso por caso”, insistió el Presidente y repartió sus teléfonos para que hablasen con él cuando cada uno de ellos lo consideren necesario. La apreciación fue bien recibida por los familiares que a partir de ahí comenzaron a hacer públicos sus sensaciones. Uno resaltó que no están dispuestos a que los utilicen políticamente y otro explicó porqué “les cuesta confiar en la justicia en un país en que este tipo de hechos nunca se esclarece”. También se plantearon algunas experiencias personales: desde el conocimiento de la forma que actuaba Omar Chabán para “coimear” a los inspectores hasta la situación de alguna familia extranjera indocumentada que tuvo problemas para retirar de la morgue a su familiar fallecido en República Cromañón.
La conversación giró luego en torno a la situación judicial. Los familiares se mostraron disgustados por la carátula de la causa y arreciaron las críticas a la justicia. Kirchner les aseguró que “aunque se enfrenten con intereses poderosos” el gobierno respaldará el reclamo de justicia y que seguirá de cerca “junto a los familiares” el proceso judicial. Antes de la despedida, en que algunos familiares, visiblemente conmovidos, le mostraron las fotos de sus parientes muertos, el Presidente recibió un último pedido: que viabilice la posibilidad de un encuentro también con el Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra.

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Kirchner al arribar de El Calafate. Desde allí fue a la Rosada para recibir a familiares de las victimas.
 
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