EL PAíS › EL CANCILLER EN LA COMISION EJECUTIVA DEL EPISCOPADO

Otro paso hacia la distensión

La primera visita a los obispos que Taiana concretará hoy como ministro es un nuevo gesto que busca aceitar las relaciones del Gobierno con la Iglesia. Mañana y el miércoles se reunirá la Comisión Permanente del Episcopado, con Baseotto y las papeleras en la agenda.

 Por Washington Uranga

La semana que está comenzando será de intensa actividad para la jerarquía católica y muchos ojos estarán centrados en la reunión que la Comisión Permanente del Episcopado, que preside el cardenal Jorge Bergoglio y de la que participan otros 21 obispos, celebrará en Buenos Aires entre mañana y miércoles. El encuentro cobra notoriedad también por razones políticas, después de que el lunes anterior el ministro del Interior, Aníbal Fernández, concurrió a la sede de la Conferencia Episcopal por expresa indicación del presidente Néstor Kirchner, para participar de la presentación que hizo Bergoglio del libro Iglesia y democracia. Tanto en círculos políticos como episcopales, el hecho se leyó como una señal hacia la sociedad, construida por ambas partes, buscando desmentir presuntos enfrentamientos entre la Iglesia Católica y el Gobierno. La voluntad de generar gestos se pondrá de manifiesto también hoy cuando el canciller Jorge Taiana, de quien depende la Secretaría de Culto, visite a la Comisión Ejecutiva del Episcopado en su sede capitalina. Si bien no se revelaron los temas a abordar en la ocasión, oficiosamente se supo que habrá un diálogo “a agenda abierta”. El pretexto será la voluntad de Taiana de saludar oficialmente a los obispos dado que se trata del primer encuentro episcopal desde que el ministro se hizo cargo de la cartera sustituyendo a Rafael Bielsa.

Del encuentro con el canciller participarán sólo los miembros de la Comisión Ejecutiva, que integran, además de Bergoglio, los vicepresidentes primero y segundo, Luis Villalba y Agustín Radrizzani, y el secretario general, Sergio Fenoy. ¿Cuáles son los posibles temas entre Taiana y los obispos? Es casi inevitable que Taiana y los obispos conversen sobre el caso del obispo castrense Antonio Baseotto, desconocido en sus funciones por el Gobierno, pero sostenido por la Santa Sede. Tanto el Gobierno como el Episcopado argentino están muy molestos con la situación y no encuentran una solución que remueva lo que consideran un obstáculo para la relación. Si Baseotto no tiene respaldo del Episcopado local y cuenta con el repudio del Gobierno, ¿quién lo sostiene? Este interrogante siempre encuentra la misma respuesta: el Vaticano, en particular el secretario de Estado. Angelo Sodano y el sustituto de esa secretaría, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, actuando en alianza con los sectores más conservadores del Episcopado argentino y con el apoyo del ex secretario de Culto y ex embajador argentino ante la Santa Sede en tiempos de Carlos Menem, Esteban Caselli.

Tanto el Gobierno como la conducción del Episcopado quieren allanar el camino porque temen que éste pueda convertirse en un problema mayor que ninguna de las partes desea. Para el Gobierno, la salida de Baseotto se convirtió en una bandera que no es posible replegar sin costos. Existe incluso disposición para denunciar el acuerdo entre el Vaticano y la Argentina buscando eliminar la figura de los capellanes militares. Los obispos no defienden a Baseotto, pero tampoco quieren enfrentarse con el Vaticano y seguramente reaccionarían en forma corporativa si desde el Gobierno se adoptara alguna decisión que pudiera leerse como recorte o avasallamiento de la libertad de la Iglesia. Una posibilidad es que Baseotto presente su renuncia, algo que el obispo no está dispuesto a hacer pero a lo que podría allanarse si el Vaticano se lo pide o se lo sugiere. En las actuales condiciones es improbable que esto ocurra. Se exploró también la posibilidad de nombrar un obispo castrense en calidad de “coadjutor con derecho a sucesión”, es decir, un virtual reemplazante de Baseotto, quien quedaría prácticamente sin funciones y apenas con un título formal. Pero esta alternativa no fue bien vista en su momento por el Gobierno, que insiste en desterrar a Baseotto del cargo que ocupa. Así planteadas las cosas, el camino del acuerdo es difícil, pero el encuentroentre Taiana y la Comisión Ejecutiva puede ser una ocasión más para seguir trabajando el asunto. El tema, sin duda, ocupará también parte del tiempo de los 22 obispos de la Comisión Permanente entre martes y miércoles.

En el ámbito episcopal, y más concretamente en el marco de la Comisión de Justicia y Paz que asesoran el obispo de San Isidro y presidente de Pastoral Social, Jorge Casaretto, se exploró también la posibilidad de una contribución de los episcopados de la Argentina y Uruguay para facilitar el diálogo entre los dos países a raíz del diferendo de las papeleras. Tanto Bergoglio, en su calidad de presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, como Pablo Galimberti, el obispo que preside la Conferencia Episcopal Uruguaya, firmaron días pasados junto con otras personalidades de los dos países, una carta promovida por Adolfo Pérez Esquivel, en la que solicitan a Kirchner y a Tabaré Vázquez que extremen esfuerzos para buscar una salida negociada al conflicto. La decisión adoptada en Chile por ambos presidentes, abriendo la posibilidad de un compás de espera para avanzar en la negociación, facilita las cosas. Sin embargo, Jorge Lozano, quien el sábado asumió como nuevo obispo de Gualeguaychú, aprovechó para encontrarse con el obispo uruguayo Carlos Collazzi, titular de Mercedes, quien viajó especialmente para participar de la ceremonia. Los ambientalista que cortan la ruta le abrieron paso al auto del obispo uruguayo. Lozano se había reunido con los ambientalistas para respaldar sus demandas, pero buscando también acercar posiciones de diálogo. Hoy los obispos podrían explorar también con Taiana esta posibilidad y ofrecer, en el caso de que sean útiles, sus buenos oficios en la materia.

Otro gesto entre Iglesia y Gobierno se produjo el sábado cuando el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, presidió un acto en el cual la secretaría a su cargo colocó una placa de homenaje a la Iglesia de Santa Cruz, en Buenos Aires, un simbólico lugar donde durante la dictadura recibieron acogida las Madres de Plaza de Mayo y desde donde fueron secuestradas las monjas francesas. “Porque la memoria de la pasión de Jesús los impulsó a opciones valientes”, dice el texto de la placa de reconocimiento a los sacerdotes pasionistas, una comunidad sumamente comprometida en la lucha por la justicia. En la plaza San Martín, el 21 de marzo, Taiana descubrirá otra placa “en homenaje a las religiosas y religiosos de todos los credos víctimas del terrorismo de Estado”.

Entre martes y miércoles los obispos de la Comisión Permanente, además de despachar cuestiones institucionales, se dedicarán también a realizar “un intercambio pastoral en el que compartirán la situación en sus áreas de responsabilidad”, según se informó oficialmente. Este es el tiempo que los miembros de la jerarquía católica dedican habitualmente a dialogar y analizar la realidad del país desde su perspectiva y con sus propios parámetros. En esta ocasión, según lo aseguraron varios de los participantes en la reunión, tanto los temas anteriores como el aspecto de las relaciones entre la Iglesia y el gobierno de Néstor Kirchner estarán en el centro de la mira.

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Jorge Bergoglio preside la Comisión Permanente del Episcopado, en la que participan 21 obispos.
 
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