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“No tengo a dónde ir”

“No tengo a nadie ni sé a dónde ir.” Con vos trémula, Natalia Muesa admitió ayer que tenía documentos falsos, al igual que muchos inmigrantes que compran papeles para poder trabajar. Asesorada por un abogado del Consulado argentino, ayer la mujer manifestó su intención de presentarse ante la Justicia.
En la operación lanzada el martes por el FBI y el Departamento de Migraciones de Estados Unidos para detectar indocumentados en los aeropuertos cayó el marido de Natalia junto con otras 19 personas, entre argentinos, colombianos, uruguayos y mexicanos. Natalia pudo zafar porque ese día no estaba trabajando y tampoco la encontraron en su casa.
Todos ellos trabajaban en un servicio de limpieza en el aeropuerto de Palm Beach y en la Corte de Justicia de ese condado, y ahora están acusados de falsificación de documentos y violación de las leyes de inmigración.
“No somos terroristas –dijo ayer Natalia–. Teníamos carnets falsos para poder trabajar, como la mayoría de los inmigrantes que recién llegan a Miami. Todos compramos papeles falsos, hay muchísima gente que lo hace. Apenas llegás te los ofrecen. Cuestan entre 200 y 1000 dólares”.
La mujer, de 26 años, dijo que cuando inicialmente concurrió al Consulado argentino para solicitar ayuda “no me llevaron el apunte, me dijeron que no podían hacer nada, que había que respetar las leyes del país”.

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