EL PAíS › LAS PARITARIAS, SEGúN EL MINISTRO DE TRABAJO

“Nadie paga lo que no puede”

 Por Javier Lewkowicz

“Lo que importa para evaluar el resultado de una negociación salarial es la capacidad adquisitiva del salario final, es decir el valor absoluto al que llega el salario, no los porcentuales de variación anual. Las patronales y algunos medios de comunicación masivos quieren fogonear números de escándalo al tomar solamente la suba porcentual, pero las negociaciones serían más fluidas si se utilizaran otros parámetros”, indicó a Página/12 el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Puso el ejemplo de los trabajadores metalúrgicos, que están reclamando una fuerte suba superior al 40 por ciento en el salario inicial, aunque eso supondría elevarlo a 3500 pesos, un salario que está muy lejos de los niveles “astronómicos” que le atribuye la patronal al planteo gremial.

“Infinidad de veces se hizo escándalo, títulos de tapa, a partir de incrementos salariales solicitados o conseguidos por determinado gremio. ¿Y luego pasó algo tan grave? ¿Cerró alguna empresa? No, en realidad sucedió la contrario. Desde 2003 a 2010 fue el período donde se crearon más empresas en la Argentina, fueron 140.000. Entonces queda claro que los aumentos salariales no van en contra de las empresas. Por eso considero que el hecho de que las paritarias y la negociación colectiva se hayan convertido en una suerte de capital social, que la sociedad procesa casi con naturalidad, es algo fantástico, uno de los mayores logros”, dijo Tomada. “En la Argentina nadie paga lo que no puede y nadie pide lo que sabe que no le van a pagar”, agregó.

En relación con la marcha de las negociaciones en el año, el ministro consideró que “vienen avanzando bien, a un ritmo normal”. Puntualizó el caso de los metalúrgicos y alimentación, donde “resalta la mala lectura que se quiere hacer de los porcentuales de aumento”. “Que el salario inicial de un obrero industrial sea 3500 pesos parece algo razonable. Pero para llegar a ese nivel, el punto de partida de los gremios es muy diferente. Por ejemplo, en el calzado se debería dar un aumento del 60 por ciento. También son muy relevantes los plazos, porque hay negociaciones escalonadas donde se llega al número final recién el año que viene”, explicó el funcionario.

En el caso metalúrgicos y alimentación, de-sarrolló Tomada, buena parte de la dificultad de la negociación radica en que las patronales argumentan no poder afrontar el pedido de los gremios en función del alto porcentaje que reclaman como aumento. “Las patronales y algunos medios quieren fogonear números de escándalo. Si estuviera claro que hablamos de la capacidad del salario, se podría hablar de otra manera y las negociaciones serían bastante más fluidas. Yo espero que eso podamos destrabarlo”, manifestó.

“Nosotros no demonizamos el salario. En cambio, creemos que el salario y el empleo son políticas de inclusión social y también factores de crecimiento económico, como siempre dice la presidenta, Cristina Fernández. Por eso yo preferiría que los diarios titularan que los metalúrgicos cerraron en 3500 pesos como salario base, en lugar de jugar con los porcentajes, que terminan confundiendo”, cerró el ministro.

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