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Las tareas que desempeñaban los inspectores de la dirección disuelta serán asumidos por un nuevo cuerpo, los Profesionales Verificadores de Habilitaciones (PVH). Esta unidad se conformará en un plazo de dos meses: estará integrada por arquitectos, ingenieros (civiles, mecánicos, electricistas e industriales) y agrimensores, que deberán inscribirse en un registro, con intervención de los colegios profesionales. En cuanto a los controles de los negocios ya habilitados estarán a cargo de la actual Unidad Polivalente de Inspectores (UPI).
–¿Tercerizar la verificación significa que el Estado resigne el control de las habilitaciones? –preguntó Página/12.
–No. Porque la última palabra la tiene la Dirección de Habilitaciones, que emitirá su dictamen de acuerdo con la opinión del verificador –explicó la secretaria de Gobierno y Control Comunal, Silvana Giudici.
En forma paralela, el jefe de Gobierno envió a la Legislatura un proyecto tendiente a agilizar el mecanismo de habilitación: “Con la presentación de una declaración jurada del responsable, el local quedaría habilitado automáticamente”, explicó Ibarra. El proyecto había sido presentado hace dos años, pero perdió estado parlamentario. Ahora va por su revancha.
Actualmente, son automáticas las habilitaciones de locales con una superficie inferior a los 200 metros cuadrados. El resto de los trámites será asignado al futuro organismo verificador. Hasta que se ponga en marcha el nuevo sistema, los expedientes quedarán en suspenso.
La disuelta Dirección de Verificaciones y Control era el área encargada de la habilitación e inspecciones periódicas de locales comerciales e industrias instalados en la ciudad. Se encargaba también de los controles relacionados con el uso y la ocupación de la vía pública, como la publicidad y la venta ambulante, además de la verificación en estadios deportivos, geriátricos, hoteles y espectáculos públicas. Entre sus atribuciones está la de disponer o ratificar clausuras y dar respuestas a las denuncias y reclamos de los vecinos.
Al margen de la dirección disuelta ayer, el gobierno porteño conserva otras áreas de control con equipos de inspectores: seguridad alimentaria (bromatología), policía del trabajo, calidad ambiental y obras civiles.
–¿Por qué se supone que eliminando una dependencia se termina la corrupción, si quedan otras áreas con inspectores? –preguntó este diario.
–Esperamos que esta medida sirva de advertencia a las otras áreas, para demostrar que estamos dispuestos a ir a fondo contra la corrupción –dijo a este diario una fuente del gobierno porteño.
Con los Profesionales Verificadores de Habilitaciones, el gobierno apunta a repetir las experiencias realizadas desde 2001 en la verificación de obras en construcción y desde este año en la verificación de fachadas de edificios. Una vez anotados en un registro, a cada verificador se le asignará una obra por sorteo: estarán a cargo de la habilitación inicial y de una inspección anual.
En cuanto a los controles de los locales ya habilitados, quedarán a cargo de la Unidad Polivalente de Inspección, encargada de realizar inspecciones tanto de rutina como a partir de denuncias formuladas por vecinos.
“El poder de policía final queda en manos del Gobierno de la Ciudad, pero como política de Estado, no como método de chantaje a particulares o de enriquecimiento personal”, dijo una fuente del gobierno porteño.