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Entre los pasillos

- Con el paso del tiempo, algunas conductas se vuelven hábitos. Al igual que en las anteriores ocasiones en las que Kirch-
ner se presentó ante la Asamblea Legislativa, el riojano Eduardo Menem llegó temprano, saludó a sus pares y se sentó al lado de su coprovinciana Ada Maza. Cuando la comitiva de parlamentarios se encaminaba para recibir al santacruceño, se retiró. Además de evitar el discurso presidencial, esquivó un cruce con Cristina Fernández de Kirchner, de quien se quejó por su “destrato”.
- “Cómo se salvaron el domingo”, lo atajó el consultor Ricardo Rouvier cuando el jefe de Gabinete intentaba acelerar su salida del Congreso. “Fue un resultado justo”, fue la única respuesta a la que atinó Alberto Fernández, reconocido fana de Argentinos Juniors. No conforme con la respuesta, el consultor insistió en recordarle el claro predominio que River Plate había ejercido durante todo el partido.
- Un gesto político se esconde detrás de cada ausencia en la Asamblea Legislativa. Una de ellas fue la de Jorge Yoma. Partícipe de la mayoría de las movidas que los kirchneristas impulsaron en el Congreso desde que llegaron a la Rosada y de reconocida cercanía con Cristina Kirchner, el riojano tomó distancia del gobierno nacional luego de que éste se aliara con el gobernador Angel Maza en la interna partidaria que definirá los futuros candidatos a diputados y senadores nacionales.
- La ausencia de Hilda “Chiche” González de Duhalde también se destacó. Los más cercanos bonaerenses habían dicho presente. Algunos como Mabel Müller hasta tuvieron elogiosos conceptos para el discurso presidencial. La tirria de la esposa de Eduardo Duhalde con la pareja presidencial parece que fue más fuerte que la disciplina partidaria.
- Otro ausente fue el efímero ex presidente Adolfo Rodríguez Saá. Identificado con la interrupción de pagos de la deuda externa en el 2002, el puntano sacó el cuerpo de la sesión para evitar que la mención de Kirchner a la salida del default lo tuviera como uno de sus destinatarios.
- El sindicalista Saúl Ubaldini lo vio acorralado entre sillas y en una bandeja reducida y entonces se levantó de su banca y fue a su encuentro. Luego del efusivo y largo abrazo que se prodigó con el titular del Ejército, Roberto Bendini, los hombres, como viejos conocidos, continuaron su animado diálogo, agarrados de los hombros. Los ministros del gabinete miraban para otro lado.
- Se lo vio entrar apurado. No le fue difícil encontrar una banca vacía dentro de su bloque. Disimuladamente, el salteño Juan Manuel Urtubey se sentó entre los suyos cuando promediaba el discurso presidencial. Esto no le impidió entregar a la prensa comentarios sobre una exposición que casi no escuchó.

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