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Para Carrió, el giro de Lavagna la confirma como “única oposición”

“Era absolutamente previsible.” Con esa frase, la dirigente de la Coalición Cívica (CC), Elisa Carrió, salió al cruce de la decisión del ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, de sumarse al proceso de normalización del Partido Justicialista (PJ) que encabeza el ex presidente Néstor Kirchner. Se anunció a ella y su partido como “la única oposición” y aprovechó para hacer un llamado “para comenzar a hablar con lo mejor del radicalismo” (ver aparte), que en realidad ya había abandonado a Lavagna apenas se enteraron del resultado adverso en las últimas elecciones presidenciales de octubre.

Mientras planea su desembarco para presidir la mesa de conducción que encabezará la estructura partidaria de la CC, Lilita Carrió se despachó contra el acuerdo al que llegaron Kirchner y Lavagna para el rearmado del PJ. “Todo el mundo me preguntaba por qué no hacía un acuerdo con Lavagna; ahí está, porque no es opositor y porque tiene las mismas prácticas del Gobierno”, afirmó ayer al enterarse de la novedad. “Jamás voy a tener algún tipo de actitud que denote alguna forma de acuerdo que haga que la Argentina se quede prácticamente sin oposición”, dijo la fundadora del ARI. Así, sostuvo que “por eso es tan difícil construir la oposición, por los quiebres, los pases, las mentiras”, aseguró que “clarifica mucho la cuestión hacia adelante en la Argentina”.

Con la mira puesta en juntar todo lo que pueda sumar a su proyecto, el anuncio oficial de la ruptura de la relación de Lavagna con la Unión Cívica Radical (UCR) le vino como anillo al dedo. Recordando que el ex ministro había sido candidato presidencial por la alianza UNA (Una Nación Avanzada), aseguró que “era el candidato principal del radicalismo, con lo cual hay una estafa enorme a los radicales que votaron a su partido”, y no dejó pasar el momento para adelantar que ahora había que “hablar con lo mejor del radicalismo que no es kirchnerista y ayudar a los gobernantes que tienen una posición mínimamente distante del Gobierno”, dejando abierta la puerta reconciliarse con el partido que la vio hacer sus primeras armas. Entre los dirigentes que se encuentran al frente de algunas provincias con los que le interesaba mantener un diálogo en común incluyó a la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos; al gobernador socialista de Santa Fe, Hermes Binner, y al jefe de Gobierno porteño y referente de la derecha, Mauricio Macri.

Sin dejar de posicionarse ni un solo momento reflexionó: “Ahora me digo: menos mal que volví”, en referencia a su anuncio de retirarse de la arena política después de las últimas elecciones para dedicarse al Instituto Hannah Arendt, fundado por ella. Advirtió que iban “a ser una durísima oposición” porque “ahora somos el 50 por ciento de los argentinos que quieren una alternativa; queda sólo la Coalición Cívica”, y sentenció: “A nosotros no nos van a cooptar”, no sin aclarar que “a lo mejor cooptan a un dirigente”.

Después de perder a un grupo de nueve diputados del ARI por diferencias políticas, la dirigente se apresta a tomar formalmente el liderazgo de la CC en las próximas semanas. En el armado de la alianza está previsto que exista una mesa de conducción de la que participarán los representantes de los distintos partidos políticos y sectores sociales y una coordinación operativa. Las mesas estarán distribuidas en: Interpartidaria, Social, Interreligiosa, Intercultural, de la Nueva Generación, Sociedad Civil y Mujeres por la Paz.

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Elisa Carrió, dispuesta a convertirse en eje de la oposición con la Coalición Cívica.
Imagen: Bernardino Avila
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