ESPECTáCULOS

“Estos videos pueden copiarse, no buscamos privatizar las imágenes”

“Blicero”, un italiano que presenta en el DerHumAlc un film sobre Argentina, propone al videoactivismo como método de cambio.

 Por Mariano Blejman

“Preferiría que no me saquen una foto a mí solo”, dice Blicero, integrante de IndyMedia Italia y uno de los realizadores del documental colectivo Argentina: que se vayan todos. “Este fue un trabajo grupal, por lo tanto es importante que salga el grupo, y no centrar la entrevista en mí”, pide el hombre cuyo nombre es un seudónimo. Blicero es un activista y hacktivista que nació en Milán y ha participado en la construcción de proyectos de autoorganización desde hace 10 años. Es miembro desde hace dos años en la red internacional Indymedia y en el Laboratorio Estudiantil Ocupado Autogestionado Depósito Bulk. Llegó al país para –además de presentar el documental– coordinar una serie de talleres de activismo y descentralización de la información junto a Indymedia Argentina, en el marco del Festival DerHumALC. Desde ayer y hasta mañana, en la Sala E del Centro Cultural General San Martín (por Sarmiento 1551, email [email protected]) y de 10 a 18, IndiMedya coordinará fuerzas junto a varios movimientos sociales argentinos y debatirá, además, el rol del videoactivismo.
El trabajo Argentina: Que se vayan todos –que se verá el último día, en el cierre de los talleres– fue editado en Italia, pero es el resultado de la confuencia de materiales producidos por varios realizadores, agrupados luego de los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001. Entre los participantes se encuentran agrupaciones como Venteveovideo, Argentina Arde y el ADOC (Asociación de Documentalistas). Participará también de los talleres Alex Halkin, directora del proyecto Chiapas Media Project de Estados Unidos y México, además de grupos locales. En entrevista con Página/12, Blicero asegura que “la idea es descentralizar la información, pero coordinar fuerzas”.
–¿Cuál es el rol del videoactivismo?
–La idea es utilizar la producción audiovisual para realizar interpretaciones sobre lo que sucede más allá de los detalles. Intentamos hacer educación popular de manera no vertical, para interactuar con la comunidad de forma directa y no mediada por nadie. Evaluamos formas de coproducción entre el norte y el sur, entre los países “ricos” y los “pobres”. Buscamos la formación de equipos internacionales de producción. En Indymedia utilizamos las imágenes de forma distribuida. Nuestros videos pueden repartirse y copiarse todas las veces que sea posible. No privatizamos las imágenes.
–¿Qué es Indymedia exactamente?
–Es una red de activistas que se concentra sobre la producción y distribución de información de un modo participativo. No es un sistema cerrado sino abierto. Todos pueden pertenecer a Indymedia y desarrollar sus propios proyectos. Es un instrumento para provocar comunicación que tiene dos objetivos: que la información sea producida por las personas directamente relacionadas con los conflictos sociales, y que se estimule la red internacional de activistas.
–¿Es un proyecto político, entonces?
–La manera de participación, su modo de producción, es un hecho político, no es un mero tecnicismo. Eso está claro. Pero no tenemos intenciones políticas de tipo partidarias, ni dogmáticas. No hay una ideología política a seguir. Se trata de ser horizontal y participativo, con los instrumentos de la propia gente. Es un método. O más bien una manera de hacer.
–¿Es una especie de globalización de la antiglobalización?
–Bueno, ese puede ser un concepto un poco trotskista. Pero sin duda el panorama económico y político sobre lo que sucede también debe ser global. Además tenemos una dimensión testimonial: nos interesan las experiencias que se producen en cada lugar, para obtener más experiencia.
–¿Qué campañas realizaron últimamente?
–Venimos haciendo una campaña muy fuerte sobre el anonimato. Existe una discusión en el Parlamento Europeo sobre la aplicación de reglas muy duras en relación a la privacidad en el uso de la web. Entonces, es necesario desarrollar herramientas para fortalecer el anonimato de las personas. En Italia no ha tenido tanto impacto, pero en Holanda las luchas fueron notorias. Sólo se puede activar a nivel global cuando se tienen las redes necesarias.
–¿Por qué no usa su nombre real?
–El nombre es una marca de persona, es simplemente una convención. Y cuando uno está en otro contexto, es bueno que me ubiquen de otro modo. Y es posible que cambie dentro de poco... aunque mi madre me sigue llamando igual que antes.

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El italiano realiza en el Festival un taller sobre videoactivismo.
“Buscamos interactuar con la comunidad de forma directa”, señala.
 
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