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La comisión Arslanian se prepara para entregarle mañana al presidente Eduardo Duhalde las propuestas para enfrentar el delito que más inquieta a la sociedad en los últimos tiempos: el secuestro. El plan Arslanian se conocerá en detalle en el momento de la entrega –que todavía no está del todo confirmada– y, al parecer, va a incluir novedades de importancia. Por ejemplo, la creación de la figura del arrepentido para casos de secuestros, es decir integrantes de la banda que no hayan tenido responsabilidad directa y que aporten elementos claves para el esclarecimiento. Al arrepentido se le daría una reducción de condena. También se piensa en recompensas y en los llamados agentes encubiertos, o sea personas que se infiltren en las bandas. Una de las claves estará en la Dirección de Inteligencia Criminal, que tendrá una división especial para acumular datos sobre bandas de secuestradores. La Policía Federal hizo una movida para quedarse con la conducción del área de inteligencia criminal, pero finalmente dependerá del propio secretario de Seguridad, actualmente Alberto Iribarne. Otra novedad sería la extensión de la jurisdicción de los jueces, algunas atribuciones inéditas y la creación de un cuerpo especial de fiscales que se ocuparía de los casos de secuestros.
La comisión Arslanian fue puesta en marcha a raíz del recrudecimiento de los secuestros. Sucede que en los bancos ya no hay grandes sumas de dinero porque debido al corralito la gente puede hacer sólo retiros chicos. Tampoco hay sumas importantes en los camiones blindados. Los que antes llevaban a pasear gente por los cajeros ahora protagonizan secuestros express: tienen a la víctima en el auto durante varias horas mientras consiguen que la familia junte el dinero. En el caso de las grandes bandas, se han volcado a secuestros extorsivos. Arslanian fue convocado para aportar un plan que confronte con este delito en auge y el ex juez a su vez convocó a especialistas en seguridad, inteligencia y derecho.
El plan Arslanian consistiría en un conjunto de leyes que van a tener que pasar por el Congreso y que el Gobierno tiene en mente impulsar con velocidad. De las medidas que se propondrían, sólo una –la conformación de la unidad de inteligencia– no requiere de una ley: para el resto será imprescindible el voto de diputados y senadores.
Los aspectos más salientes y menos conocidos del plan serían los siguientes:
- El arrepentido: esta figura ya existe para los casos de narcotráfico y terrorismo, pero la propuesta es que se aplique también a los casos de secuestro. Es un tema muy polémico porque muchos dicen que es utilizada habitualmente para blanquear a algún integrante de la banda. Habrá que ver en concreto cómo se plantea, pero en principio se dice que se considerará arrepentido a una persona que hay sido parte de la banda, pero sin responsabilidad directa en los hechos. Por ejemplo, no puede ser un jefe de la banda. Además, el arrepentido no será eximido de pena, sino que tendrá una reducción.
- Recompensas: se crearía un fondo de recompensas para quienes aporten elementos decisivos en el esclarecimiento de un caso. El ejemplo en el que supuestamente funcionó la recompensa es el del caso Cabezas.
- Agente encubierto: también existe para los casos de narcotráfico. Se trata de hombres que las fuerzas de seguridad infiltran en las bandas. Es un tema polémico ya que muchas veces se ha argumentado que el agente encubierto, el infiltrado, es el que instiga, alienta a cometer el delito.
- Extensión de jurisdicción de los jueces: si un juez porteño investiga un secuestro y necesita detener a alguien en el territorio bonaerense, ya no necesitará la autorización de un juez de esa jurisdicción. Con notificarlosería suficiente. También regiría el mismo criterio para ordenar escuchas telefónicas.
- Fiscales especiales: son los que estarían a cargo de la instrucción. Se trata así de darle mayor agilidad a la investigación.
- Unidad de inteligencia: según las versiones, toda la información sobre las bandas de secuestradores será manejada por la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, bajo la órbita del secretario de Seguridad. Sería un instrumento clave para enfrentar a las bandas, pero la mayor duda es si la Federal y la Bonaerense, la Gendarmería y la Prefectura, efectivamente van a aportar las informaciones que tienen o si las van a usar, como hasta ahora, para la competencia y el boicot entre ellas.
Supuestamente después de entregar el informe, la comisión Arslanian se disolverá. En su momento, el ministro de Justicia, Juan José Alvarez, amenazó con renunciar porque adujo que le quitaba atribuciones. Al final, Duhalde apaciguó la crisis, pero habrá que ver ahora cómo sigue la historia.