EL PAíS › CRUCE DE DECLARACIONES DEL FMI Y LAVAGNA EN UNA NEGOCIACION LARGA, LARGA...

Sin el Fondo Monetario también hay vida

Como si repentinamente se hubiera dado cuenta, luego de meses de negociación y pagos por unos 4100 millones de dólares, Roberto Lavagna afirmó que se puede “vivir sin acuerdo con el Fondo”. A su vez, el FMI difundió un pronóstico caótico para Argentina.

 Por David Cufré

“Podemos seguir viviendo sin un acuerdo con el Fondo”, afirmó ayer Roberto Lavagna. La frase fue dicha al pasar en medio de una conferencia de prensa en la que abundaron definiciones del ministro de Economía, relevancia de esos dichos que merecen ser destacados por dos motivos. En primer lugar, porque Lavagna está avisando que no debe esperarse mucho más de la negociación con el organismo de crédito, que en rigor sólo se sostiene porque ninguna de las partes quiere dar el primer paso para cortarlas. Esto era más o menos sabido desde hace un mes. La novedad es que ahora es el Gobierno el que lo admite con bastante transparencia. El segundo punto es que el Gobierno reconoce que “el mundo no se acaba” por no firmar, como también dijo Lavagna, después de que durante nueve meses estuvo obsesionado en conseguir ese acuerdo, lo que marcó su gestión. Fue por ello que se derogó la ley de Subversión Económica y que se modificó la de Quiebras, o que el propio Lavagna embistió contra la banca pública, por citar algunos ejemplos.
El cambio de planes quedó ratificado desde el Congreso. El Senado aprobó anoche dos proyectos de resolución por los cuales se expresa que sería ilegal que la Argentina pague los vencimientos de la deuda con reservas y, en segundo lugar, se recomienda poner en vigencia un nuevo mecanismo de negociación. Los proyectos fueron presentados ayer mismo por Oscar Lamberto y estuvieron acompañados por el presidente de la bancada justicialista, José Luis Gioja, y por el menemista Angel Pichetto. Si bien estas resoluciones no son vinculantes para el Poder Ejecutivo, constituyen un hecho político destacado.
Las declaraciones de Lavagna de ayer se conocieron un par de horas antes de que el FMI presentara su informe económico mundial. El documento, que el organismo suele difundir antes del inicio de su asamblea anual, sostiene que la economía Argentina caerá este año un 16 por ciento. Este dato fue tomado por el equipo económico como “una declaración de guerra”.
“Hay una evidente intencionalidad política en presentar a la Argentina ante el mundo mucho peor de lo que está”, enfatizó un colaborador de Lavagna a Página/12.
La indignación es porque aquella proyección es la misma que el Fondo hizo en junio pasado, y que quedó desmentida poco tiempo después. Los técnicos del organismo estimaban que en el segundo trimestre de este año el Producto Interno Bruto (PIB) bajaría un 20,3 por ciento contra igual período de 2001, y que en la comparación contra el trimestre enero-marzo, el descenso sería del 4,3 por ciento, sin tomar los factores estacionales. Los cálculos fallaron bastante: en el primer caso, el retroceso fue del 13,6 por ciento y, en el segundo, en lugar de caída hubo un alza del 0,9. Con esos datos ya era bastante improbable que el año terminara con un -16 por ciento. Pero a esta altura ya se conocen varios indicadores del tercer trimestre, que mantienen la tendencia del segundo. En conclusión, para que Argentina finalice con el PIB al nivel que dice el Fondo, entre octubre y diciembre la economía debería atravesar una crisis doblemente más grave de la que hubo a fines de 2001. Si bien la situación actual es complicada, no parece aquel el escenario más probable.
La interpretación política que hicieron en el Palacio de Hacienda de esta discusión técnica es que la relación con el Fondo está en su peor momento. Lavagna fue contundente en la respuesta. “Se equivocaron en 2001 creyendo que iban a poder contener la situación y nos dieron 9000 millones de dólares que sólo sirvieron para financiar la fuga de capitales y llevarnos al colapso”, acusó. “Se equivocaron en 2002 –siguió enumerando- cuando afirmaron que iba a haber un descontrol de la situación y, por el contrario, seguimos solos y les pagamos 3800 millones (de la deuda a los organismos). Hemos hecho un cambio importante y ellos no lo perciben o si lo perciben, no lo transmiten.”
Después remarcó: “Nuestra tarea es decirles ‘señores, esta es la realidad, ustedes se equivocan’, pero sin generar conflictos ni caer enexabruptos”. De lo que no se privó fue de la ironía, ya que aseguró que “la burocracia es muy dura, y a algunas estructuras les cuesta mucho adaptarse cuando han cometido errores”.
El jefe de la cartera económica adoptó una posición de enfrentamiento. Más allá de las declaraciones, que el propio Lavagna demostró cuán rápido pueden cambiar de rumbo, su gesto más firme es negarse a cubrir con reservas los vencimientos de octubre con los multilterales. En Economía no descartaron que la estrategia sea mantener los pagos de intereses por montos chicos, como una demostración de que se quiere evitar una ruptura, y cancelar las grandes erogaciones.

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Roberto Lavagna, ministro de Economía, desnudó las contradicciones del discurso del Gobierno.
 
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