SOCIEDAD › UNA ENCUESTA REVELA QUE SIETE DE CADA DIEZ PERSONAS TEMEN CONTAGIARSE LA GRIPE A

Los temores y fantasmas de la pandemia

Según un estudio de la Untref, más del 80 por ciento de la población en Capital y el conurbano se muestra “preocupado” por la gripe A. El 73 por ciento dejó de concurrir a lugares públicos. Y la mitad suspendió los planes para las vacaciones de invierno.

 Por Soledad Vallejos

En Capital Federal y Gran Buenos Aires, más del 80 por ciento se reconoce preocupado por la epidemia, apenas un poco menos cree que probablemente se contagie, y alrededor del 60 por ciento ve como posible que la situación “se complique y desencadene la muerte” del enfermo. Las mujeres, además, se manifiestan más preocupadas que los varones. Las afirmaciones surgen de un estudio de opinión pública realizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) a lo largo de los primeros cinco días de julio en Capital y Gran Buenos Aires, y vehiculan, además, un ánimo favorable a las medidas preventivas que incluyan suspender actividades, e inclusive parecieran alentar mayores restricciones.

La encuesta abarca casi 700 casos en el Area Metropolitana, con encuestas telefónicas.

Mientras la práctica de nuevos hábitos de higiene, o el reforzar algunos anteriores, queda fuertemente asociada a nuevos consumos (de barbijos, de alcohol en gel), los grupos identificados como de riesgo son, vaya casualidad, aquellos socialmente más vulnerables (“personas de bajo nivel de instrucción, desocupados, estudiantes y jubilados o pensionados, personas sin cobertura de salud, los jóvenes de hasta 29 años”). “No hay señales de preocupación exagerada, no registramos una sensación como de ‘se acaba el mundo’, pero sí creo que a lo largo de estos últimos días, coincidentes con el cierre del estudio, se ha ido profundizando la idea de que es necesario implementar cuidados especiales”, explicó María Leonor Pérez Bruno, directora del Centro de Investigaciones en Estadística Aplicada (Cinea), la unidad de Untref que realizó el estudio. En un ranking de cuestiones cotidianas, ¿la preocupación sanitaria desplazó del debate a la inseguridad? “No podría afirmar que operó un traslado en la agenda, pero sí está claro que se convirtió en un asunto prioritario, que concita preocupación y un fuerte interés por autopreservarse, por lo que la gente va adoptando situaciones de cuidado”.

Casi la mitad de las mujeres encuestadas dijo estar “muy preocupada” por la epidemia, mientras que entre los varones esa respuesta fue dada sólo en el 34,4 de los casos. Tres de cada cuatro encuestados creen que es posible sucumbir a la gripe que circula en el ambiente, y seis de cada diez (el 62,2 por ciento) cree que es muy alta o alta la “probabilidad de que la gripe A se complique y desencadene la muerte de quien la padece”. Y sin embargo, notablemente, la preocupación se incrementa “a medida que aumenta el nivel de educación de los entrevistados”, por lo que el estudio concluye que esa correlación entre mayor nivel educativo y mayor acceso a la información “evidencia la predisposición a estar alerta frente a problemas de este tipo: mientras que la mitad de las personas con instrucción terciaria o universitaria respondió estar muy preocupada, entre las personas con nivel primario o sin instrucción esta proporción es 10 puntos menor”.

De todas maneras, a esta altura de la pandemia, el temor a que tras el contagio y la enfermedad sobrevenga la muerte no parece tener correlación con la cantidad de víctimas mortales que, efectivamente, se registraron desde que la epidemia llegó al país. “Habría que tomar los datos en perspectiva –señala Pérez Bruno–. Tal vez esa sensación pueda deberse al impacto que tuvieron las noticias de los primeros casos de muerte, que se habló de chicos muy sanos y jóvenes que en dos o tres días caían enfermos de neumonía... Pero frente a ese número que pareciera hablar de miedo fuerte, de todas maneras, los demás resultados hablan más bien de reacciones controladas, preventivas”.

El 78 por ciento de la muestra ve con buenos ojos la suspensión de actividades en espacios públicos, en calidad de medida preventiva: el 73 por ciento de quienes participaron del estudio dejó de concurrir a ámbitos en los que pudiera cruzarse con cantidades masivas de desconocidos, como shoppings, cines, teatros, y el 49 por ciento suspendió los planes que tenía para vacaciones de invierno (el 21 por ciento no lo hizo, mientras que el 30 no los tenía). El impulso que favorece la restricción de la vida social como medida necesaria para impedir que la epidemia se extienda va más allá: consultados “sobre con qué medidas estaban más de acuerdo para prevenir el contagio”, el 41 por ciento respondió que “habría que acompañar la suspensión de clases con la suspensión de otras actividades”, y el 37 por ciento que “habría que suspender todo tipo de actividades por un tiempo determinado”, con lo que una abrumadora mayoría (el 78 por ciento) se muestra a favor de eso, mientras que sólo el 15 por ciento negó avalar alguna de esas dos. Por otra parte, la suspensión de las clases afectó al 65 por ciento de los encuestados, mientras que al 35 por ciento no le hizo mella y el 10 por ciento, en cambio, afirmó haber sido muy afectado.

Estos números, señaló Pérez Bruno, indican una opinión pública favorable a las medidas: “Son cifras que dicen que, aunque a algunos les afectó la suspensión de las clases, eso no generó un ánimo crispado”.

Curiosamente, la opinión sobre los medios de transporte no necesariamente acompaña el nivel de precaución que despiertan otros espacios públicos propensos a generar situaciones de contacto: mientras que el 36 por ciento cree que “en todos los medios de transporte conviven las mismas posibilidades” de contagiarse, el 35 por ciento señaló como más peligroso el subte, seguido de lejos por el tren (15 por ciento) y el colectivo (11 por ciento)... pero el avión y el taxi prácticamente no aparecen entre los ámbitos temibles (0,8 por ciento mencionó al primero, el 0,7 al segundo).

La manera en que los medios de comunicación abordan la epidemia, por otra parte, genera opiniones divididas: el 59 por ciento dice que “le dan el espacio que merece”, pero el 21 por ciento cree que “le dan más importancia de la que merece”, y el 17 que “minimizan el problema”.

¿Cuáles son las prácticas cotidianas más habituales para conjurar el temor al contagio? Sólo el 12 por ciento respondió que recurre al barbijo, pero el 91 por ciento se lava frecuentemente las manos y el 68 usa alcohol u otros productos similares, y algo empieza a reflejarse en las cuentas hogareñas: “Sólo dos de cada 10 entrevistados opinan que la economía de su hogar no se verá afectada” por la epidemia, y el 43 por ciento “ve un problema económico derivado de la gripe A”.


Los miedos

Grado de preocupación respecto de la gripe A (en porcentajes)

Muy preocupado 42,4
Algo preocupado 40,7
Poco preocupado 9,1
Nada preocupado 3,7

Probabilidad de contagio de gripe A (en porcentajes)

Muy alta 25,4
Alta 48,5
Baja 14,5
Muy baja 3,2
Ns/Nc 8,3

Probabilidad de que la gripe A se complique y desencadene la muerte (en porcentajes)

Muy alta 16,8
Alta 45,4
Baja 25,4
Muy baja 3,2
Ns/Nc 9,3


Cuidados

Métodos de prevención (en porcentajes)

¿Usa barbijo?

12
No 88

¿Se lava las manos con frecuencia?

91
No 9

¿Usa alcohol u otros productos similares?

68
No 32

¿Dejó de concurrir a lugares públicos?

73
No 27

¿Suspendió planes para las vacaciones de invierno?

49
No 21 *

* El 30 por ciento no tenía planes.


Sin clases

Impacto en la vida cotidiana por la suspensión de clases (en porcentajes)

Poco impacto 31
Bastante impacto 19
Mucho impacto 10
Nada de impacto 35
Ns/Nc 5

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El 60 por ciento cree que, de contagiarse la gripe A, podría complicarse y desencadenarse la muerte.
Imagen: DyN
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