SOCIEDAD › LA RUTA DE LA EFEDRINA

Ataque a testigo

El caso del triple crimen tiene alrededor de 70 testigos, uno de ellos fue atacado brutalmente en su casa. Se trata de la vecina que descubrió hace un año los cuerpos y alertó, tiempo después, sobre la modificación sufrida en el escena del crimen. El abogado de las familias de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, hallados asesinados en un descampado de General Rodríguez, consideró ayer que el ataque se enmarca en la advertencia hecha días atrás por el fiscal del caso, Juan Bidone, quien dijo que la mayor parte de los testigos temen ser “literalmente eliminados”.

“Sufrió un simulacro de robo, porque no tiene ni bienes ni pertenencias para ser robados, y fue golpeada, maltratada”, dijo Pierri, quien supo la noticia ayer, mientras recorría la cava de General Rodríguez (donde aparecieron los cadáveres) en plan de relevamiento. “Es una vecina que vive a 50 metros (del lugar del hallazgo) y fue la primera que tomó contacto con los cuerpos aquel 13 de agosto”, recordó el abogado.

Ahora, según aseguró este letrado, la testigo está internada y “aterrada, muy asustada, con lógicas razones”. “Creemos que esto tiene mucho que ver con lo que el fiscal Bidone denuncia en su comunicado: que hay testigos que temen ser eliminados. Esta mujer, en el medio del monte, en el medio de la nada, no puede ser jamás víctima de un hecho de robo”, completó Pierri. Además, esta testigo “fue quien denunció tiempo después la modificación que sufrió la cava”.

A un año del crimen que develó, en parte, “la ruta de la efedrina”, el abogado insiste en la pista que indica que los asesinatos fueron cometidos por una multiplicidad de factores que confluyeron. “Fue un combo de una discusión por el mercado de efedrina, más una deuda financiera y una enemistad visceral con un competidor de Forza”, resumió Pierri, quien afirmó que las investigaciones están orientadas hacia ese lado y no descartó que “en pocos días más el fiscal pueda dar algunas respuestas”.

El letrado cree que los asesinatos fueron cometidos por sicarios extranjeros y que contaron con colaboración local, debido a que hubo personas que conocían los lugares y cómo moverse, sin ser descubiertos Además, para Pierri, del hecho debieron participar al menos seis personas, para poder reducir a tres hombres de esa capacidad física. “Hubo una operación bien planificada”, fue su reflexión.

El 7 de agosto pasado, al cumplirse un año de la desaparición de las víctimas, Pierri y algunos familiares reclamaron al Estado “seguridad y garantías” para poder seguir con la investigación. Durante esa conferencia de prensa, el letrado admitió, como uno de los principales obstáculos para avanzar en la causa, que los testigos tienen miedo de ser asesinados como los tres jóvenes empresarios y leyó un escrito que le envió el fiscal Bidone que avala esos temores.

Forza, Ferrón y Bina desaparecieron cuando, aparentemente, se dirigían a una reunión de negocios. Los llevaron engañados para la zona de General Rodríguez y, horas después, los vehículos de Ferrón y Forza fueron encontrados en Capital, abandonados. Seis días después, los cadáveres, uno al lado del otro, aparecieron baleados en un zanjón, cerca de la Ruta 5, a la altura de General Rodríguez.

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