SOCIEDAD › EN JUJUY, CERCA DE MEDIO MILLAR DE PRODUCTORES DE COMUNIDADES INDíGENAS REUNIDOS

Una red que trabaja lo que da Pachamama

Organizados en una red que reúne organizaciones y comunidades aborígenes, mostraron su producción agrícola, ganadera, artesanal y de alimentos en la capital de Jujuy. Apoyados por el Estado, logran microcréditos que los bancos jamás darían.

Red de Organizaciones de la Economía Social en la Diversidad es el extenso nombre, en sintonía con lo amplio numérica y geográficamente, del colectivo de 500 emprendedores de organizaciones y comunidades aborígenes de los valles y quebradas jujeñas. Y se reunieron para mostrar la producción en agricultura, ganadería, artesanías, alimentos artesanales y otros elementos que producen con la rica materia prima que les ofrece la Pachamama y la asistencia de los microcréditos ofrecidos por el Programa Manos a la Obra del Ministerio de Desarrollo Social.

“Son como hormigas”, decían quienes observaban el trabajo de todos los integrantes de la red para acondicionar el inmenso galpón techado en que se convirtió la antigua estación de trenes de Jujuy, que dejó de recibir locomotoras, vagones y pasajeros a principios de la década del ’90. Todo debía estar preparado para la inauguración de la muestra a las 10.30 y los emprendedores llegaron sobre la hora luego de bajar kilómetros –en los que la relación “por hora” desaparece con el serpenteo del camino de montaña– desde la Quebrada y la Puna, y subir otros tantos desde los valles del Ramal para reunirse en la capital provincial.

Mermeladas, licores, alfajores de quinua, charqui, papines, lechugas, ocas, zanahorias, vasijas, piedras talladas, chalinas, chalecos, ponchos. Con la producción sobre la mesa, la inauguración estuvo a cargo del intendente local, Raúl Jorge; la ministra de Desarrollo Social provincial, Lilian Domínguez; el representante de la Comisión Nacional del Microcrédito, Carlos García, y el representante del Comité de Tilcara, Ismael Vilte.

¿Qué rol cumple un comité dentro de la Red? Está dividida en ocho comités en los que están representadas 65 organizaciones, comunidades aborígenes y municipios. Así, son el último eslabón del programa de microcréditos impulsado desde Desarrollo, que reúne a 1300 organizaciones en todo el país. En esos espacios –una organización, un voto– se decide el monto de dinero que será necesario para otorgar cuántos y qué tipo de créditos por un año. También a qué vecino se le prestará un promedio de dos mil pesos, para que lo devuelva en cuotas con una tasa del 6 por ciento de interés.

Lorenza y Norma Mamani –un símil norteño de López, Pérez o Martínez– llegaron desde Yavi, límite con Bolivia, y explican que el crédito les sirvió para alambrar los corrales de las ovejas y las llamas y construir un galpón para preservar las pasturas. Lo que buscan es mejorar la carne y las fibras de los animales para conseguir mejores precios, porque la “comunidad crece (son 30 familias de la comunidad aborigen del Toral) y las necesidades le siguen”. Además, las hermanas coincidieron en que desde que integran la Red pueden intercambiar los saberes sobre las formas de cría con otras organizaciones y comunidades. “Es más fácil socializar”, aseguró Lorenza, pensando en los cinco kilómetros que recorre a pie hasta la ruta para poder tomar un colectivo.

Mientras las Mamani hablan de su producción, Josefina, Argentina y otras mujeres, hombres y niños con cajas y palillos acompañan sus coplas. Reunidos alrededor de un hueco en la tierra ofrecen chicha, cigarrillos y coca a la Pachamama, a dos días de que termine el mes en que se le agradece “por nuestras haciendas, para que las defienda de las plagas. Por educación y salud”.

Vitalino Salas camina hacia su puesto de cerámicas y artesanías luego de la celebración. La cultura de la “Pacha” está representada en sus artesanías que cada vez son más, gracias al crédito que le permitió agrandar su taller. Sin embargo, no se olvida de sus compañeros de la comunidad de Cuchiyaco: “Lo que nos presta el Estado, además de incentivar la cultura del trabajo, es un desafío porque, aunque el monto sea poco, hay que esforzarse por devolverlo para que se le preste a otro hermano”. Así, a través de un presupuesto inicial de un millón de pesos, todos los préstamos de la Red generaron un movimiento de capital de 8 millones.

“Lo importante en la economía social es el espíritu de solidaridad para involucrarse y comprometerse con los demás. Los que desean crecer solos, no tienen el espíritu de la red”, aseguró Javier Rodríguez, representante de Cauqueva, organización administradora de los fondos.

Con el atardecer, los 34 grados descienden y Benito Mamani ya no se seca la frente, a cada rato, por el esfuerzo que hace al movilizarse con su silla de ruedas. El accidente que le impidió continuar trabajando las seis hectáreas de sus padres en los cerros de Unquía –lejos de los problemas de los grandes arrendatarios– no lo detuvo para ser un autodidacta de la herrería. Con el crédito que le entregó el Comité de Humahuaca, algo a lo que se negaron todos los bancos, compró los hierros para construir una carretilla que permitiría cargar la mayor cantidad de jaulas de lechuga entre los angostos pasillos de sembradío de los cerros norteños. “Cada emprendedor de la Red conoce qué necesita, qué le falta y qué puede producir el resto”, explicó el herrero.

El conocimiento de las necesidades de cada emprendedor de la red se hizo palabra en la asamblea que las organizaciones compartieron para analizar el próximo año de trabajo. Tomando la palabra, los emprendedores acordaron unirse para dar el próximo paso: la comercialización de los productos. Pero el debate no se limitó a los microcréditos y los productores coincidieron en la necesidad de armar una mesa de trabajo para exigir a los organismos de Estado soluciones en infraestructura, comunicación, educación y salud.

El desafío de sumar 30 nuevas organizaciones a la Red y la posibilidad de reunirse con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, para plantear los alcances y problemas de la red, concluyeron en un aplauso cerrado para envalentonarse ante el largo viaje de regreso. Re(d)unidos y con el respaldo de los créditos, seguirán “tejiendo esperanzas”.

Informe: Nahuel Lag.

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En un enorme galpón, que antes era la estación de trenes de Jujuy, se reunieron los 500 emprendedores con sus productos.
 
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