Mientras la Justicia haitiana analiza si consentirá que el juicio a los diez misioneros estadounidenses, acusados de tráfico de niños, se realice en Estados Unidos, ayer se desató un nuevo conflicto por la denuncia del secuestro de quince niños en centros hospitalarios de Puerto Príncipe. Desde Unicef se mostraron más cautelosos e indicaron que las denuncias se investigan, pero que “es demasiado pronto” para confirmar cuántos casos en efecto ocurrieron.

La vocera de Unicef, Veronique Taveau, explicó que no está claro qué entidad y organización de socorro estaba a cargo de los hospitales en el momento en que los niños habrían desaparecido y resaltó que el organismo “está extremadamente vigilante” frente a cualquier situación que pudiese indicar que ello está ocurriendo. “Si un niño tiene que salir del país se verifica atentamente que todos los papeles necesarios estén en regla”, aseguró Taveau.

Mientras, la causa por tráfico de niños que ya cuenta con diez imputados aún está siendo analizada por la Justicia que decidirá si autoriza su traslado y enjuiciamiento en Estados Unidos, según explicó la ministra de Comunicación haitiana, Marie Lassegue. Los misioneros baptistas negaron las acusaciones por “tráfico de niños, secuestro de menores y asociación para delinquir”. La vocera de la New Life Children’s Refuge, Laura Silsby, sostuvo que “no hicieron los papeles (...). No creí que fueran necesarios”.

El primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive, se sumó ayer al debate por el secuestro de chicos haitianos al denunciar que las redes de tráfico de menores e incluso de tráfico de órganos se aprovecharon del caos posterior al terremoto y no dudó en calificar de “secuestradores” a los detenidos.

Las voces de alerta también llegaron de especialistas de derechos humanos de la ONU que advirtieron: “Los niños y huérfanos que vayan sin compañía de un adulto pueden ser secuestrados, vendidos, esclavizados. Los niños que no cuenten con la tutela de un adulto deben ser registrados y, en la medida de lo posible, ser reunidos con miembros de sus familias”.

El organismo internacional resaltó como factor de riesgo a los niños de familias pobres, que suelen ser entregados a personas de mayores recursos para que se hagan cargo de su alimentación y su educación. Según un informe de la Comisión Europea publicado ayer, el número de niños sin tutela de un adulto alcanza el millón, entre quienes perdieron a sus padres o quedaron con sus familias desmembradas.