Todas las religiosas del convento aparecen en los videos subidos a la red social.

“Es absolutamente mentira”, “no hay ninguna tortura”, “estoy contenta y feliz en la casa del Señor”, “las penitencias que hago nadie me obliga a hacerlas”, “no son verdad las cosas que dijeron”, testimoniaron las monjas del convento de Nogoyá al que la justicia investiga por las denuncias de torturas psicológicas y físicas. En distintos videos subidos al perfil de Facebook Carmelitas Descalzas Nogoyá ER (que abrieron, a pesar de ser “anti Facebook”, para “decir la verdad”), las 18 religiosas que integran la comunidad del monasterio de la Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmelo se esforzaron por desmentir las versiones dadas a conocer por la denuncia de un semanario entrerriano y que se encuentra bajo investigación judicial, en un proceso a cargo del fiscal Federico Uriburu, quien al menos hasta principios de la semana próxima mantiene bajo reserva las averiguaciones. Por su parte, el periodista Daniel Enz, que realizó la investigación a raíz de la cual fue ordenado el allanamiento al convento, ratificó ante la Justicia que ex religiosas y sus familiares le pidieron que investigara “porque las secuelas físicas y psíquicas han sido muy fuertes”. A esas mujeres, recordar lo que había sucedido puertas adentro de la clausura, añadió, les costaba tanto que “no podían hablar, se quebraban de tal forma que me pedían disculpas y, bueno, recién ahora están pudiendo hablar”.

Las religiosas hicieron diversos descargos en videos en los que las 18 residentes del monasterio de Nogoyá se turnan para presentarse, dar su versión y subrayar que viven allí “una entrega con alegría”. “Nuestro corazón seguirá con todos ustedes, los que ven nuestro Facebook. No era nuestro deseo, siempre fuimos anti-Facebook, nosotras no tenemos Internet, no tenemos acceso a ningún medio de comunicación, pero bueno, nuestra madre (superiora) tuvo la luz del espíritu santo. Le pareció que era un medio para decir la verdad, desmentir lo que han dicho los medios de comunicación”, explicó en uno de ellos la monja que se presentó como “la hermana Lucía”. “Todo lo que hemos visto en estos dias y hemos escuchado nos ha hecho sufrir un monton. No es verdad las cosas que dijeron. Ojalá pudiéramos sufrir mucho más por amor a Cristo y por ustedes, que se olvidaron de Cristo. Ese día terminamos dichosas de haber padecido algo por el nombre de Jesús”, añadió la religiosa.

Un video recoge el momento en que fue tomada una foto grupal de todas las religiosas sonrientes, casi despreocupadas y riendo a carcajadas cuando una voz masculina les sugirió decir “¡whisky!” para aparecer más joviales. En otros, la misma voz guía a alguna que se perdió y no sabe qué más decir. En alguno de ellos, “la hermana Teresita, por Santa Teresita del niño Jesús” procura aclarar también acerca de los elementos secuestrados por el fiscal: los cilicios y las fustas que ellas usan no son las que publicó la prensa, detalla, porque las suyas “eran disciplinas más simples, como instrumentos más sencillos”. La monja “María del Jesús Misericordioso” aseguró que en la clausura prima la voluntad propia. “La penitencia la hago por propia voluntad, yo nunca me había enterado de una cosa así”, como las de la acusación, añadió. “Piensan que estamos acá sufriendo, todo lo contrario”, agregó otra.