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Cuando aún no era una desaparecida, Fernanda Aguirre había visto por televisión una serie que ahora es una de las claves de interpretación sobre aquella esquela encontrada la semana pasada en Río Hondo, con la palabra SOS. Uno de los personajes de la serie se perdía, como Fernanda. Y era una chica de su edad. “Iba dejando papelitos con la palabra SOS por donde pasaba”, les contó ayer por primera vez la madre de Fernanda Aguirre a los responsables de la intervención federal de Santiago del Estero. Desde hace 48 horas, la provincia moviliza gendarmes y patrulleros para la búsqueda. Ayer inspeccionaron sin éxito un dique, un pantano y sobrevolaron la zona de montes lindera. La Justicia rastrea una Chevrolet doble cabina blanca con vidrios polarizados. Trabaja con dos hipótesis: “O que los secuestradores hayan estado de paso por acá o que hayan terminado con la vida de ella en el lago”.
“Todavía estoy muy nerviosa, no podemos dormir, en un mes entero no supimos más nada de mi hija hasta hace tres días, que apareció esa notita.” A los pies de las escalinatas de la casa de gobierno santiagueña, María Cabrol habló con Página/12 cuando apenas concluía el encuentro con los funcionarios de la intervención. El interventor, Pablo Lanusse, y el ministro de Justicia, Luis Alen, recibieron a esta mujer que desde hace dos días camina por Santiago del Estero buscando las fantasmales huellas de su hija. Durante el encuentro, alguien le preguntó sobre el sticker con el pedido de auxilio que apareció en un camping ubicado a unos metros del lago Frontal de Río Hondo con la palabra SOS. María, entonces, les explicó: “En el último tiempo, Fernanda había visto una serie policial en la que uno de los chicos se perdía. Para que lo encontraran dejaba papelitos con esa palabra en el camino”.
Una pareja de ancianos encontró el sticker con la inscripción cuando pasaban un día de camping a metros del lago Frontal, donde ahora buscan a la nena. El camping está a unos 4 kilómetros de una de las ciudades definidas en el NOA como un “triángulo de las Bermudas”: zona legendaria en la ruta donde confluyen los negocios del narcotráfico y la trata de blancas, un cóctel que se investiga si funciona amparado por personajes del poder político local. Ubicada a 10 kilómetros del límite con Tucumán, sus wiskerías y sus calles se han hecho famosas como centro de redistribución de la droga que entra por Tucumán desde Bolivia. Las relaciones del mundo del narcotráfico y de la prostitución en Río Hondo fueron uno de los puntos de análisis en la investigación por la muerte de Leyla Bshier, una de las dos víctimas del llamado doble crimen de La Dársena. Y es uno de los lugares donde buscan a sus hijas personas como Susana Verón, una tucumana que denunció la desaparición de su hija y la ha buscado, como María Cabrol, en wiskerías y prostíbulos de Río Hondo, La Rioja, Río Cuarto y Tucumán. “Se me ha acercado mucha gente en estos días –contó María–. Incluso Susana Verón, que también está buscando a su hija.”
En esa misma ciudad, el juez que colabora con la causa desde Río Hondo, Néstor Mocoritto, encontró en las últimas semanas a tres chicas tucumanas menores de edad trabajando en dos wiskerías. Las chicas no tenían sus documentos y sólo una de las tres reconoció que era prostituida. Aunque ninguna habló de rapto, captura o trabajo forzado, el juez reconoció que alguno de sus familiares desconocían la situación de las hijas.
Aunque su madre está convencida de que puede estar con vida, los investigadores lo creen poco probable. Bajo las órdenes de Mocoritto, la Gendarmería y policía santiagueña inspeccionó ayer el lago Frontal con lanchas y una cámara subacuática. Durante la mañana, además, la zona fue sobrevolada por un avión de la provincia a la espera de un helicóptero quepuso a disposición el gobierno cordobés. “El avistaje desde el avión se hace difícil –le explicó el juez a este diario– y necesitamos el helicóptero para rastrear el lago, la zona del dique y el área del monte que se abre a cinco kilómetros del centro.”