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El avión que se estrelló el jueves contra la torre Pirelli en Milán sigue generando más preguntas que respuestas. Una hipótesis habla sobre una confusión del piloto en torno a una orden que el aeropuerto le dio a un helicóptero cercano para alejarse del lugar. Más sorprendente aún resultó la versión brindada por uno de los hijos de Luigi Fasulo: aseguró que se trató de un suicidio por problemas económicos. Otros familiares lo negaron, aunque reconocieron que el hombre tenía problemas de salud que podrían haberle originado un infarto, que a su vez habría desencadenado el accidente. Sin embargo, las autoridades italianas se encargaron de descartar la idea más inquietante: que se haya tratado de un atentado perpetrado con la misma metodología que el del World Trade Center.
“¿Pero qué incidente? Esto fue un suicidio. Quisieron engañarlo, matarlo económicamente, y él se suicidó”, afirmó Marco Fasulo, hijo del piloto. También un amigo del hombre refirió a un diario italiano que Fasulo le habría dicho que “estaba arruinado” y le habían sacado más de un millón de dólares. El hombre, de 68 años, habría hecho una fortuna con el negocio de alquiler de aviones privados. En los últimos tiempos se habría dedicado a realizar operaciones financieras, que lo habrían dejado mal parado.
Fasulo había despegado de la localidad suiza de Locarno y había advertido a la torre de control del aeropuerto milanés que tenía dificultades con el tren de aterrizaje de la nave. Fue en ese momento, según una de las hipótesis, cuando el piloto habría entendido mal una orden que no era para él. La torre le informaba a un helicóptero que sobrevolaba la zona que se alejara del lugar. Pero Fasulo se dirigió entonces hacia el norte, donde está el centro de la ciudad. Después perdió contacto con la central de aterrizaje y no volvió a enviar ningún mensaje de auxilio.
“Esto no tiene nada que ver con las inolvidables imágenes de las Torres Gemelas”, tranquilizó el ministro de Interior italiano, Claudio Scajola. En el mismo sentido se pronunció el jefe del gobierno regional de Lombardía, Roberto Formigoni, quien aseguró que “el terrorismo está descartado, pero no podemos excluir la posibilidad de un impacto intencionado (...). Hay razones para pensar que podría haber sido un suicidio”, porque se trataba de un piloto muy experimentado y el avión volaba bajo y chocó contra el rascacielos en ángulo recto. Sin embargo, tanto la esposa del piloto fallecido como su sobrino rechazaron esa posibilidad. “Mi tío no tenía ningún problema financiero ni de salud, todos los que lo conocían declararían que amaba la vida”, comentó el joven.
Otra de las puntas de investigación indicaba que Fasulo podría haberse sentido repentinamente enfermo. Uno de sus nietos había comentado que “tenía el colesterol muy alto”, lo que podría haberle causado un infarto.
También circulaba la idea de la existencia de un incendio en la avioneta.
El ministro de Infraestructura italiano, Pietro Lunardi, consideró que “hay razones para pensar en alguna cosa extraña en el incidente, ya que el tipo de objetivo y el modo como fue alcanzado son impresionantes”, y solicitó una investigación sobre la personalidad del piloto, su patrimonio, vida familiar y estado de salud.
Aún hay demasiados puntos por dilucidar, pero la seguridad aérea de Italia ya fue puesta en duda. Lo que nadie se atreve a contestar es por qué razón el piloto habría tratado de aterrizar en el aeropuerto de Linate si el objetivo de su vuelo era simplemente suicidarse.