SOCIEDAD › ENTRO A UNA ESCUELA ARMADO Y LE ROBO UN BOLSO

El chico que asaltó a la seño

Los ladrones también van a la escuela. Esa conclusión puede sacarse después del hecho que conmovió a un barrio periférico de la ciudad de Córdoba: un chico entró a un aula de tercer grado y, tras amenazar a los alumnos, encañonó a la maestra y le robó un bolso. El adolescente resultó ser un vecino del barrio, al que casi todos reconocieron y a quien buscaba ayer la policía. A este caso se sumaron otros dos, de chicos que concurrieron armados a la escuela –en Chubut y en Entre Ríos– no ya para robar sino para hacer alarde o amedrentar a sus compañeros.
El primer caso conmovió a los vecinos de Villa El Libertador, un barrio humilde en las afueras de la capital cordobesa. En la escuela Vicente Forestieri, ubicada en la calle Anizacate al 5800, la maestra de tercer grado, Mabel Torres, de 37 años, daba clases a los alumnos del turno tarde.
La normalidad del curso se quebró a las 14.45, cuando un chico de unos quince años entró sorpresivamente al aula, empuñando un revólver, con el que apuntó a los alumnos. A los gritos, el adolescente amenazó de muerte a los chicos, le arrebató a la maestra el bolso que estaba sobre el escritorio y luego escapó. Según informó la policía, el joven ladrón habría ingresado a la escuela después de atravesar un alambrado roto.
No fue demasiado el botín que obtuvo en comparación al revuelo que provocó: la docente solo tenía en el bolso algunos efectos personales y el dinero para el viaje de vuelta a su casa. Lo peor de todo fue el susto, pese a lo cual los chicos reconocieron al ladrón, un adolescente que ya goza de mala reputación en el barrio. Con la descripción que hicieron, la policía comenzó a trabajar en su búsqueda.
El hecho ocurrió el mismo día en que dos alumnos fueron sorprendidos llevando armas a la escuela. En Comodoro Rivadavia, una chica de 13 años fue denunciada a la policía por llevar un revólver 22 cargado con cinco balas, destinado –se supone– a asustar a una compañera con la que se disputaba el corazón de un joven estudiante. El otro episodio ocurrió en Santa Elena, provincia de Entre Ríos. Un alumno de 16 años fue detenido al descubrirse que llevaba un revólver calibre 22. Había sido visto cuando cargaba el arma por un compañero, que dio aviso a las autoridades. La directora llamó a la policía y a la abuela del chico, para que lo revise. Fue ella misma la que encontró el arma entre sus ropas, aunque el revólver ya no tenía balas.

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