SOCIEDAD

El Gitanes y el Gauloises dijeron adiós a Francia

Los famosos cigarrillos, símbolo de la identidad romántica francesa, dejaron de producirse en ese país. La empresa fue vendida y se fabricarán en España. La historia de una leyenda.

Por Eduardo Febbro
Desde París

Podría ser un bolero, una suerte de melodía de despedida entonada en un bar lleno de humo, en un barrio popular de París, con una mujer morena fumando el último cigarrillo Gauloises y su compañero, enamorado, perdido en la contemplación, fumando también, pero no un Gauloises sino el último Gitanes. Es una escena final. Ambos se despiden, emocionados y fieles a lo que aún aman. Se conocieron por un cigarrillo y la globalización está por llevarse el objeto que los unió: el miércoles pasado, Francia dejó de producir en el territorio nacional los legendarios cigarrillos negros Gauloises y Gitanes. Más de un siglo de historia de volutas de humo, de imágenes que acompañaron el mito de personajes como Picasso, Jean Paul Sartre o Albert Camus con sus eternos Gauloises y Gitanes en la boca se detuvo en la norteña ciudad de Lille, patria productora de estas dos marcas de cigarrillos asociadas a la identidad romántica de Francia. Después de los grandes castillos y propiedades vitivinícolas de Burdeos y Borgoña, compradas por los japoneses; de las emblemáticas griffes de la alta costura francesa, compradas por grupos multinacionales; de los restaurantes y palacios parisinos prestigiosos, adquiridos igualmente por capitales extranjeros, y de las marcas de champagne (Taittinger), vendidas a fondos foráneos, ahora les llegó el turno a los Gitanes y a los Gauloises de pasar a otras manos, de exiliarse en esa tierra de nadie que es la rentabilidad. La tabacalera Altadis cerró sus puertas y los “negros” franceses serán producidos ahora en Alicante, España. Como si la yerba mate se produjera en Minnesota y la ginebra Bols en Guatemala.
Mucho de lo que hizo el renombre de Francia, los emblemas del buen gusto y de l’art de vivre francés, han ido cambiando la nacionalidad de sus propietarios con el correr de los años. Hoteles de gran lujo como Le Crillon, Le Bristol o Le Georges V, auténticos paraísos del lujo a la francesa, pertenecen a las llamadas “empresas mundiales”. Los “consejos de administración” velan hoy por la vigencia de los valores culturales, los usos y las costumbres forjadas con los siglos. Ejemplo más reciente de esa transferencia es la venta del grupo Taittinger, toda una dinastía de la industria del lujo francés –800 hoteles, tres palacios, restaurantes, champagne, productos de superlujo como Baccarat, Annick Goutal– hoy bajo control del fondo de pensión norteamericano Starwood capital.
A Gauloises y Gitanes les tocó una suerte algo similar. Objetos de consumo que se volvieron objeto cultural, consagrados en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial y luego, en los años de oro, en los cafés literarios de Saint-Germain-des-Près y Montparnasse, signo supremo de la bohemia entre las dos guerras, los Gauloises y los Gitanes son víctimas de la metódica guerra contra el consumo de tabaco, del ocaso del prestigio de los cigarrillos negros, de los precios prohibitivos y de la supremacía de los cigarrillos rubios. El año pasado, el consumo global de cigarrillos cayó un 28 por ciento. “La reestructuración se hacía inevitable”, explicó Aneta Lazarevic, portavoz de Altadis.
En el curso de 2004 se vendieron en Francia 55 mil millones de cigarrillos, de los cuales sólo 6200 millones eran cigarrillos negros. Gauloises y Gitanes fueron también forzados al exilio español por una transformación cultural. A diferencia de décadas atrás, donde aparecer con un cigarrillo en los labios no quedaba mal, ahora, el universal criterio de lo “políticamente correcto” hizo que esa costumbre fuera un pecado. Las fotos de célebres fumadores de tabaco negro fueron retocadas para borrar lo “incorrecto”. Jean Paul Sartre corrió este año ese destino. La Biblioteca Nacional de Francia le consagró al autor de Los caminos de la libertad una extraordinaria exposición. El afiche y el catálogo de la muestra presentaban uno de los más conocidos retratos de juventud deSartre donde se lo veía sin el famoso cigarrillo. Los diseñadores borraron el cigarrillo que Sartre tenía entre los dedos de la mano izquierda. Antes, parte de la leyenda; hoy proscrito, mal visto y condenado a desaparecer incluso de las fotos.
“Dios es un fumador de habanos, tú sólo fumas Gitanes y, sin ellos, no eres feliz”, dice una canción interpretada por el cantante y gran fumador Serge Gainsbourg. Las dos marcas de cigarrillos empezaron a gestarse en el año 1876. En ese entonces, la Regie Francaise de Tabacs puso en el mercado productos con nombres de ensueño: Odaliscas, Húngaras, Boyards, Rusas. En 1910, las Odaliscas pasaron a llamarse Gauloises. Los dos productos venían envueltos en un paquete azul y, según el historiador Didier Nourrisson, “en el corazón de los franceses ese color representaba la famosa línea azul de los Vosges”. Esa línea situada en la región de Alsacia es para Francia el símbolo de las guerras pasadas con Alemania. Nourrisson señala al respecto que “fumar azul se volvió un acto de patriotismo”. El paquete de Gauloises fue diseñado con su forma actual, un casco con alas, en 1925. La caja de los Gitanes y su célebre gitana es una creación de 1947. El diseñador Max Ponty se inspiró de una conocidísima cantante de flamenco, Nana de Herrera.
Ahora, los seis centros de producción instalados en territorio francés dejaron de producir los dos emblemas azules. Su cierre dejó a casi seiscientas personas sin trabajo. Sin embargo, para muchos responsables políticos y sindicales, el fin de la producción no puede explicarse por factores económicos. Pese a que en Francia el consumo de tabaco negro bajó considerablemente, el grupo Altadis anunció que durante el curso del primer semestre de 2005 sus beneficios aumentaron 2,9 por ciento con respecto al año pasado. Más aún, si los “negros” franceses perdieron terreno en Francia, no fue así en el resto del mundo. Las ventas de estos dos cigarrillos franceses se incrementaron en 3,5 por ciento en el mundo, en particular gracias a Gauloises. Esta marca incrementó sus ventas en más de 10 por ciento.
Quien fume un Gauloises o un Gitanes en un hotel de lujo parisino podrá sentirse extraterritorializado. Los cigarrillos se fabrican en España, los palacios son de otros. El Hotel Georges V pertenece al príncipe Al Wahid de Arabia Saudita; el Plaza Athénée y el Bristol, al sultán de Brunei; el Ritz, al millonario egipcio Mohamed Al Fayed, y, desde julio pasado, Le Crillon, al fondo de pensión Starwood capital, propietario del Lutetia, Hotel du Louvre, Meridien.
Los jeans norteamericanos se fabrican en Macao, los Gauloises en España, las pelotas de fútbol Adidas en Pakistán, explotando a los niños, y algunos vinos franceses pasan por el paladar de un japonés antes de que éste apruebe la calidad de la cosecha del año.

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Los cantantes Serge Gainsbourg (cigarrillo en boca) y Jane Birkin cantaron al tabaco.
 
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