SOCIEDAD › SOLO EL 10 POR CIENTO DE LAS CAUSAS POR DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL LLEGA A UNA CONDENA

El otro abuso

Nueve de cada diez denuncias por violación y abuso sexual terminan en la impunidad, según un estudio de la unidad fiscal especial para ese tipo de delitos.

 Por Mariana Carbajal

Apenas uno de cada diez casos de violación y abuso sexual denunciados en la ciudad de Buenos Aires termina en condena. Es decir, la mayoría de los perpetradores actúan sin recibir castigo, con absoluta impunidad. El dato lo reveló Julio César Castro, director general de la unidad fiscal especializada creada recientemente en la órbita de la Procuración General de la Nación para investigar y realizar un mapa de los delitos contra la integridad sexual, la trata de personas y la pornografía infantil en el ámbito porteño. “Es muy poco”, evaluó el fiscal general y advirtió que encontró deficiencias en investigaciones judiciales sobre estos delitos que habían sido archivadas el último año. En un reportaje a Página/12, Castro analizó además la problemática del abuso sexual de menores en el país: “Es un mito que las causas sean inventadas. Las denuncias falsas no prosperan. Es muy difícil que un chico pueda engañar a un profesional con un relato inventado”, afirmó.

Castro tiene 24 años en la Justicia penal, es docente de Derecho Penal de la UBA y fiscal general Nº 13 ante los tribunales orales en lo Criminal y Correccional con asiento en la ciudad de Buenos Aires. En los últimos años tuvo dos casos de gran trascendencia pública: el juicio por la llamada masacre de Floresta, en la que un policía asesinó el 29 de diciembre de 2001 a tres jóvenes en una estación de servicio, y el caso del “violador de Núñez”, identificado como Claudio Adrián Alvarez, acusado del crimen de Elsa Escobar y de la tentativa de homicidio y violación de su hija de 13 años ocurridos en noviembre de 2001. En ambos casos, Castro pidió reclusión perpetua para los imputados y fue la condena que recibieron.

Desde hace cinco meses, además está a cargo de la Unidad para la Investigación contra la Integridad Sexual, Trata de Personas y Prostitución Infantil (Ufisex) que creó la Procuración General de la Nación a partir de un convenio con el gobierno porteño: la ciudad se encarga de solventar las oficinas donde funciona, su equipamiento y los sueldos del personal administrativo.

La dependencia empezó a trabajar en diciembre. Una de las primeras medidas que tomó Castro fue pasar en limpio las estadísticas. Así encontró que, tomando en cuenta los tres tipos de delitos que abarca la Ufisex, es muy baja la tasa de condenas: del total de hechos denunciados, alrededor del 10 por ciento termina con una sentencia condenatoria. Incluso, es muy bajo el nivel de condenas aun cuando se señala al supuesto autor del hecho en la denuncia.

Las estadísticas de la Dirección Nacional de Política Criminal muestran que en 2005 los delitos contra la integridad sexual tuvieron un 13 por ciento de sentencias condenatorias en relación con la cantidad de hechos denunciados en ese año en la ciudad de Buenos Aires, y un 15 por ciento en la provincia de Buenos Aires.

Dentro del grupo de delitos que abarca la nueva UFI, las denuncias más frecuentes son por abuso sexual y, en segundo lugar, violación simple. Si se analiza el período de 2002 a 2005 se observa que incluso la tasa de condena es menor al 10 por ciento, de acuerdo con los datos procesados por la Ufisex. En ese período se iniciaron 2746 expedientes por abuso sexual (567 NN y 2176 CA o con autor identificado), 414 causas fueron elevadas a juicio y 164 recibieron un fallo condenatorio, es decir, sólo el 6 por ciento. En cuanto al delito de violación, se denunciaron 838 casos (239 NN y 599 CA), 124 causas llegaron a juicio y 37 terminaron con una condena, apenas el 4 por ciento.

Del 2006 se conoce hasta ahora que del paquete de delitos que investiga la Ufisex hubo 329 denuncias con autor desconocido.

Los demás datos procesados hasta el momento corresponden al primer trimestre: se denunciaron 282 delitos con autores identificados, hubo 170 causas que pasaron a juicio y 62 condenas. “Si se suman todas las causas se observa que frente al total de hechos denunciados (611) hay sólo un 10 por ciento de fallos condenatorios. Es muy bajo el porcentaje”, destacó Castro en diálogo con este diario.

¿Qué sucede con otro tipo de delitos? En el caso de homicidios dolosos, la mitad de los hechos denunciados recibió condena en la Ciudad, y uno de cada tres, en la provincia de Buenos Aires en 2005, según los datos recogidos por de la Dirección Nacional de Política Criminal. Es llamativa la diferencia en el porcentaje de condenas en relación con los delitos contra la integridad sexual. En relación con los robos, finalizaron con sentencias condenatorias 4 por ciento de las causas abiertas en el ámbito porteño y 12 por ciento en el territorio bonaerense.

Causas archivadas

“Un dato que me llamó la atención cuando analizamos las estadísticas de 2006 fue que de las 329 causas iniciadas con autor desconocido por delitos contra la integridad sexual, 180 ya habían sido archivadas. Decidí pedirlas, las analizamos y vimos que en muchos casos había medidas pendientes, que se podrían haber tomado en el marco de la investigación para esclarecer el hecho”, señaló el titular de la Ufisex. Por ejemplo, en algunas, la víctima no había sido citada para hacer un relato hablado del agresor; en los casos en que a la víctima le habían robado el celular, no se había realizado un seguimiento de las llamadas posteriores al hecho como para ver si lo usaba el violador y podía localizárselo, indicó Castro.

Según señaló, a mediados de febrero pidió a varias fiscalías que realizaran algunas medidas judiciales en causas que ya habían sido cerradas. En un caso de varias violaciones ocurridas en el barrio de Liniers, ante la sospecha de que el victimario podría vivir del otro lado de la avenida General Paz, Castro pidió que se enviara el relato hablado del agresor elaborado a partir del testimonio de las víctimas a fiscalías ubicadas en la provincia de Buenos Aires.

También ordenó llamar por teléfono a la casa de cada una de las víctimas para saber si habían vuelto a sufrir algún hecho de violencia. “La mayoría nos atendieron muy enojadas. Nunca antes las habían llamado de la fiscalía que tenía su causa”, apuntó.

–¿Surgió algún avance de las medidas indicadas? –le preguntó Página/12.

–Estamos esperando resultados de algunas diligencias.

Un caso le preocupa particularmente: “Hay un violador que anda en una motito desde el año pasado y no se lo puede identificar. Por ahora tenemos cinco denuncias presentadas en distintas comisarías: el hombre se les acerca con cualquier excusa y luego empuja a sus víctimas, mujeres jóvenes, a un lugar oscuro y allí las abusa”. Las denuncias fueron radicadas en las comisarías 41ª (Paternal/Villa del Parque), 42ª (Mataderos), 43ª (Villa Luro), 45ª (Devoto) y 50ª (Floresta). La descripción de la moto y la fisonomía del violador no coinciden en todos los casos, pero sí la forma de actuar.

El abuso sexual es un delito que cada vez se denuncia más en el ámbito porteño. En cuatro años se incrementaron un 60 por ciento las denuncias. “No creo que haya aumentado el delito: sucede que cada vez se tiene más conciencia y por el trabajo de ONG y organismos de derechos humanos se está denunciando cada vez más”, consideró Castro. En 2002 se iniciaron 500 expedientes por abuso sexual; en 2005 la cifra trepó a 799, según las estadísticas de la Ufisex. En el caso de la violación simple, el aumento de denuncias fue en el mismo período de un 35 por ciento: de 181 casos en 2002 se pasó a 245 en 2005.

–¿Se inventan causas de abuso sexual en el marco de divorcios contradictorios o para perjudicar a una ex pareja?

–Es un mito que las causas sean inventadas. Las denuncias falsas no prosperan. Es muy difícil que un chico pueda engañar a un profesional. En tests proyectivos sale si no dice la verdad como también surge el perfil de un pedófilo. Además, estas situaciones van acompañadas por pesadillas nocturnas, enuresis, cambio de humor y de su rendimiento escolar, un vocabulario sexuado, un proceso de disociación que le permite elaborar que su papá que lo tiene que proteger, lo abusa.

Castro se ha especializado en causas de abuso sexual a partir de tener que investigar cientos de casos.

–En los últimos años, personajes reconocidos públicamente, como el padre Julio César Grassi, han sido llevados a los tribunales por abuso sexual. También empresarios...

–La diferencia en esos casos es que tienen un estudio jurídico grande detrás.

–¿Y les sirve para zafar de una condena?

–Tienen más posibilidades de meter chicanas y llegar a la Corte. Hay un elenco estable de abogados que defienden abusadores. Yo ya sé qué van a decir: que descreen del testimonio del chico. Es su estrategia. Otro argumento es decir: “No fui yo, fue otro: el amante de mi esposa, un tío”. Como el hecho no se puede negar, entonces distraen.

–¿Le cuesta a un juez condenar por abuso sexual a un acusado que proviene de su mismo sector social?

–Eso se está revirtiendo por la incorporación de jueces de nuevas generaciones. Todavía se cree que determinados sectores no están involucrados en este delito. Pero la violación de padres a sus hijos es muy frecuente. Cruza las clases sociales. No es un delito de borrachos marginales.

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