SOCIEDAD › LA ENFERMERA PILAR BAUZA HABLO SOBRE SU SECUESTRO EN SOMALIA

“Todo era incierto y todo miedo”

La joven contó que no tuvo maltrato físico pero sí psicológico. Dijo que no volverá allí, pero que seguirá en misiones humanitarias.

 Por Emilio Ruchansky

“Quiero expresar mi tristeza al saber que este hecho hizo salir a todo el equipo que estaba en Bosasso. Para mí, fue muy duro dejar a toda esa gente sin la asistencia humanitaria que tanto necesitan.” Con estas palabras, la enfermera más famosa de la Argentina aclaró ayer los motivos que la llevaron a decir a sus colegas de Médicos Sin Fronteras (MSF) que hubiera preferido quedarse en Somalia, después de permanecer secuestrada durante una semana. “Voy a seguir trabajando de esto, es lo único que sé hacer”, respondió Pilar Bauzá Moreno ante la insistencia de algunos periodistas que la trataban como una nena caprichosa y le preguntaban qué pensaba hacer en el futuro. “No voy a regresar a Somalia”, dijo en un momento sin demasiada convicción, “además, no creo que me dejen regresar ni mi familia ni nadie que quiera mi integridad”.

Bauzá Moreno estaba cansada y se encargó de aclararlo varias veces. Sintió el asedio de los medios de comunicación desde que aterrizó el viernes pasado en la Argentina y concedió la primera y última rueda de prensa convencida de que era la única manera de alejar a los paparazzis que rodeaban la casa de su familia en Bella Vista. “Quiero recuperar el ritmo de vida que llevaba antes de ir a Somalia”, confesó. Acompañada por director de MSF España, Aítor Zabalgogeazkoa, y la responsable de esa organización en Argentina, Laura Calonge, la enfermera dio algunos detalles del secuestro durante la charla que duró más de media hora, en el hotel Atlas Power, sobre la avenida Corrientes al 1700. “Ese día íbamos al hospital como todos los días. Llevábamos unos remedios. Ahí nos interceptaron, pero yo no los vi”, contó Bauzá Moreno. “Nos daban de comer y teníamos agua –agregó–, dormimos a la intemperie en medio de las montañas.”

Consultada sobre el trato que recibió por parte de los secuestradores, la enfermera reflexionó que “desde el mismo momento en que uno está secuestrado el trato psicológico deja de ser bueno, aunque el trato físico no fue malo”. “¡Mirá para adelante, Pilar!”, interrumpieron los camarógrafos que no querían perderse la toma, esperando tal vez que Bauzá Moreno llorase. Ella insistía en mirar hacia el costado donde estaban sus padres sentados. ¿Temiste por tu vida?, le preguntaron varias veces. “Siempre. Todo era incierto y todo era miedo. El miedo real de estar en un lugar desconocido con gente que coarta tu libertad.” ¿Y cuántos eran? “Eran somalíes y eran muchos.” ¿Te amenazaron? “No sé. Hablaban en somalí y yo no les entendía, estuve cinco meses allá, pero no aprendí el idioma.”

Por otra parte, la enfermera afirmó que se mantiene en contacto por correo electrónico con la médica española Mercedes García, con quien compartió cautiverio y de quien, según contó, nunca fue separada por los secuestradores. Luego enumeró sus labores en el campo de desplazados: habló de los niños que llegaban con desnutrición, de su trabajo en la enfermería, de los cursos de capacitación que brindaba a las enfermeras locales y aseguró que su “vocación sigue intacta e íntegra”. “Este trabajo me completa, me hace lo que soy, era todo alegría –comentó–. Me da mucha tristeza haberme ido así, no lo imaginaba. Todo eran demostraciones de cariño y es lo que fui a buscar, lo había encontrado y estaba feliz.”

“¿Por qué no ayudar acá en vez de ayudar allá?”, preguntó sobre el final y sin descaro un movilero de radio. La enfermera no se amilanó: “Hice acción humanitaria en Tucumán, Santa Fe y Entre Ríos, allá hice lo que ya venía haciendo acá también”. Sentadas en el piso, dos señoras pidieron el micrófono para felicitarla entre los abucheos de muchos periodistas que gritaban que “esto” era una conferencia. “Somos de la Federación Argentina de Enfermería, queríamos felicitarte por tu labor y decirte que ya estamos buscándote un lugar de trabajo acá”, dijo Elena Perich, presidenta de la Entidad. Bauzá Moreno agradeció el apoyo, se levantó y posó para las cámaras con sus compañeros de MSF. Laura Calonge cerró la conferencia pidiendo que no la molestaran más, que “Pilar no quiere hablar más con la prensa” y la escoltó cerrando la puerta en la cara a todos los que intentaron perseguirla para pedirle una entrevista.

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Pilar Bauzá Moreno se presentó ante los periodistas, cansada del asedio mediático.
 
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