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IGNACIO GOMEZ ALZAGA UNZUE
consignatario y vicepresidente de Mercado de Liniers S.A.

¿El Mercado de Liniers es transparente?

–Es lo más parecido que existe en economía a un mercado de competencia perfecta. Entre 150 y 250 productores envían ganado diariamente a Liniers y hay más de 70 frigoríficos, matarifes y supermercados comprando. Aparte trabajan 55 consignatarios, con lo cual es muy difícil que se pongan de acuerdo.

Algunos compradores afirman que los consignatarios manejan los precios llamando a los productores y recomendándoles que no envíen la carne hasta que el precio suba.

–Si bien las expectativas juegan un papel importante en el mercado, es imposible manejar totalmente la oferta. Los consignatarios ni aun sacando un aviso en el diario y diciendo que no carguen conseguimos que el productor no cargue o viceversa. Hay productores que no tienen teléfono y otros que mandan sin avisar. La decisión es totalmente autónoma. Lo que sí funcionan son las expectativas, y cuando piensan que se está incubando una suba retienen para ver qué pasa.

¿Ustedes acuerdan con algunos grandes compradores para que convaliden precios altos en el remate y luego los compensan vendiéndoles lotes a un precio más bajo por fuera?

–Es al revés. A los frigoríficos les conviene comprar al precio más barato en el mercado para, a su vez, comprar más barato en directo fuera de Liniers, que es donde compran el grueso del volumen.

El Supermercado Coto, por ejemplo, compra casi toda la carne en Liniers. Por lo tanto, le podría convenir ese acuerdo.

–Coto compra mucho en Liniers porque busca la mejor calidad y esa calidad la obtiene por ver la hacienda antes de comprarla. Paga precios altos, pero compra lo mejor.

También se le cuestiona a Liniers que opera con un sistema de remate holandés porque los consignatarios fijan un precio antes de escuchar ofertas y si nadie lo legitima no venden.

–No es un remate holandés. El consignatario actúa en nombre del productor y está obligado por un contrato implícito a vender la hacienda de la mejor forma posible, como si fuera el dueño. Por eso pide el máximo precio. Esa actitud produce problemas cuando hay escasez de oferta y el precio de la hacienda sube. Todo el resto del año, cuando el mercado está estable, nunca se cuestiona.

Usted afirma que el mercado es transparente, pero el Gobierno presentó una denuncia contra el mercado en noviembre ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.

–Le voy a contestar con una frase de Alexis de Tocqueville, cuando los gobiernos tienen problemas buscan los culpables, no las soluciones. Cuando suben los precios, la suba se ve en Liniers. Por lo tanto, lo que trató fue de buscar un culpable, pero el culpable es el desequilibrio de oferta y demanda. Hace dos años se elaboró un Plan Ganadero en la Secretaría de Agricultura y lo cajonearon. Argentina tiene que hacer un plan para aumentar la oferta de carne y de sustitutos. No se hizo y cualquier medida que tomen ahora para bajar los precios y modificar el mercado probablemente implique un mayor faltante de oferta para el futuro.