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Martes, 19 de febrero de 2013

MUSICA › RALY BARRIONUEVO GRABó SóLO UNA CHACARERA EN RODAR

“La tradición es el cimiento”

El cantautor santiagueño dice no estar preocupado porque su último álbum no tenga más chacareras, aunque reconoce que no hubiera podido concebirlo sin la base de la música folklórica. “Trato de despegarme de lo que ya hice”, afirma.

 Por Sergio Sánchez

Raly Barrionuevo es uno de esos músicos que prefiere el riesgo artístico antes que las fórmulas ya probadas. Tal es así que en su último disco, Rodar (2012), incluyó sólo una chacarera, “Mujer caminante”, una oda a la Pachamama (“Los macabros desmontes desangran su corazón”, canta, fiel a su lucha a favor de la vida y la tierra). Esta vez, el músico sacó de su guitarra “un puñado de canciones viajeras” que transitan por variados estilos musicales, pero que conservan la esencia discursiva de sus otros discos. Así, Barrionuevo visita la cumbia en “Luna de Albigasta” (con Ariel Pucheta como invitado), la guaracha en “Mujer de fuego” y la balada folklórica en “Niña fuego de la América sangrada” (con Liliana Herrero). Con la canción como eje y la coproducción de la cubana Yusa, las nuevas composiciones suenan en todos los conciertos festivaleros. Y también lo harán el 18 de abril en el Teatro Vorterix y el 20 en el Teatro Auditorium de Mar del Plata.

El cantor de Frías no está pasando por un buen momento. Su madre falleció a fines de enero y eso se percibe en la sensibilidad de su voz y su mirada. Además, durante su última participación en Cosquín, un verso de su clásico “Ey Paisano” (“El agua envenenada del Andalgalá”, dice una parte de la letra) le trajo algunos problemas políticos. El presidente de la Cámara de Proveedores Mineros de Andalgalá, Daniel Brizuela, declaró a Barrionuevo “persona no grata” en el departamento. “Perjudica abiertamente a quienes queremos el progreso de manera sustentable para nuestro pueblo”, consideró. Lo curioso es que la canción data de 2004. Sin embargo, para el cantor, eso fue “motivo de orgullo” y seguirá firme en la lucha antiminera.

–En los festivales, los artistas suelen hacer los temas más conocidos de su repertorio. ¿Por qué asume el riesgo de tocar los de su nuevo disco?

–Los hago porque estoy disfrutando el disco nuevo. Si no toco canciones nuevas en estos lugares, no las toco más. Las toco sólo en las presentaciones. Acá (en el festival) se ponen más en juego las canciones porque es un clima muy distinto al del teatro. Cada vez que saco un disco me gusta tocar esas canciones. Y el grupo encontró un sonido y una mística valiosa. Cuando toco en un festival no espero que todos los temas sean ovacionados. La idea es dar un concierto, hacer música, y no por eso niego el carácter de fiesta que tienen los festivales.

–¿Tocar en Santiago y en La Salamanca tiene un plus especial?

–Sí, en La Salamanca sí, porque estuve en todas las ediciones. Ya es un rito anual. Tiene esa característica. Después, no es que no sea especial, es mi provincia, pero disfruto de todos los públicos, y no lo digo para quedar bien con nadie. La Salamanca tiene esa particularidad para mí: tal vez fue uno de los primeros festivales grandes que me tuvieron en cuenta. Lo valoro porque dar espacio a changos chicos que están empezando cuesta, porque siempre hay otras prioridades en los festivales. Lo bueno es que una vez me dieron esa oportunidad y seguí yendo desde ese lugar. Voy tranquilo cada año. Lógicamente, nunca va a ser como esas primeras veces, porque la vida ha seguido su curso y las cosas han ido sucediendo. Uno tiene la sensación de estar en el lugar al cual pertenece. Esa quizás es la diferencia que hay con otros lugares. Es un festival donde se ha dado generalmente lugar a nuevos talentos, como Los Lugones, Claudia Acosta, Pucho Ruiz, gente que está escribiendo nuevas canciones.

–¿Cómo definiría el concepto de Rodar?

–Tiene mucho que ver con la búsqueda. El mismo concepto que vengo acarreando hace tiempo: la trashumancia. Detrás de los humus, de la buena tierra. Lo que pasa es que me encontré con canciones que tenían esa misma temática, en general, cosa que no me había pasado en otros discos. Estaban “Chacarera del exilio” y otros temas que hablaban de eso, pero una o dos en cada disco. Pero en este caso me sucedió que todas tenían ese concepto de rodar. Por eso, quizá sea el primer disco conceptual que hago. Pero no fue planeado, se fue dando así. Simplemente junté las canciones y me di cuenta de que hablaban de eso. Desde el asaltante de camiones de caudales hasta la canción de cuna que habla de un ángel que viene de otro lugar, pasando por “Mochileros”, “Al costado del camino” o Mujer caminante”. Todas tienen el mismo concepto, pero con temáticas distintas. Eso hace que el abanico sea más amplio.

–Musicalmente también es amplio.

–Eso tampoco lo he pensado ni planeado mucho. Traté de sacar toda la carga que me podía generar haber hecho un disco como Radio AM (más tradicional), más allá de lo lindo que fue. No me gusta quedarme enganchado con un disco, porque atenta a que uno esté influido y no trabaje libre. Creo en un disco como en un hecho único. Ponerme a pensar si hice tal cosa o tendría que hacer tal otra, ensucia el trabajo. Trato de despegarme de lo que ya hice. La rítmica, los colores y los timbres tienen que ver con mis influencias, con la música que escucho. Pero no me preocupé mucho porque no había más chacareras. Es un disco de canciones. De todas formas, no hubiera podido hacerlo si no hubiera tenido el cimiento de la chacarera y la música folklórica. Me aburre un poco la música sin tradición. La tradición tiene que estar como cimiento de todo.

–Lo coprodujo junto a la cubana Yusa. ¿Qué lo unió a ella artísticamente?

–Nos conocimos tocando en La Plata. Nos hemos hecho muy amigos y este disco tenía varias ideas de trabajo. Y cuando quise empezar a grabarlo la llamé para que me diera una mano en un par de canciones, pero al final se involucró mucho más. Me ayudó bastante con el concepto. Nos une un gusto similar por la música. Ella tiene mucha potencia en su modo de hacer música. Todo el disco fue hecho por gente muy querida, amigos. La banda que toca en vivo es la que en general hizo el disco. Eso es una gran tranquilidad. No me interesa trabajar con sesionistas, sino con gente a la que le guste esta música. Eso es muy poderoso.

–Su apoyo a la lucha del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), ¿le cerró espacios para tocar?

–Soy amigo de mucha gente que está dentro de la organización campesina. Me parece que es muy valioso lo que pasó en estos veinte años. Han hecho una fuerza enorme para detener los atropellos que vive el campesinado. Me une una cuestión afectiva muy grande con los campesinos y mucha gente amiga que está dentro del movimiento. Pero eso, creo yo, no me trajo ningún problema. Hay problemas que uno los recibe muy bien. Hoy me enteré de que un funcionario de Andalgalá me declaró “persona no grata” allá porque “atento contra el progreso” debido a mi lucha antiminera. Eso lo recibo con orgullo.

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Barrionuevo define a Rodar como un disco conceptual, pero asegura que salió así sin planearlo.
Imagen: Dafne Gentinetta
 
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