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Martes, 19 de febrero de 2013

CINE › A SEIS DíAS DE LA ENTREGA DE LOS PREMIOS OSCAR

Tiempo de pálpitos y apuestas

La pelea de fondo parece ser entre Lincoln (doce nominaciones) y Argo (siete). Hasta hace quince o veinte días, la película de Spielberg era la favorita a llevarse la máxima estatuilla. De allí en más, el film de Affleck empezó a arrasar.

 Por Horacio Bernades

A seis días de la entrega de los premios de la Academia, en Hollywood y sus alrededores (o sea, el mundo entero) todos son pronósticos, pálpitos y apuestas. Lo que se considera “temporada de premios” halló su penúltimo escalón el domingo 10 de febrero, con la entrega de los premios Bafta, que otorga la Academia Británica del Cine. Con eso se cerró lo que podría considerarse “calentamiento previo” para el partido que se jugará el domingo próximo, a las 21.30 hora argentina, en el Dolby Theatre de Los Angeles (transmite TNT). Todas las premiaciones de la temporada, desde los Globos de Oro hasta los Bafta, pasando por las de los sindicatos que agrupan a los representantes de los distintos rubros (actores, productores, directores sobre todo), funcionan como indicios de lo que puede pasar el 24. Lo cual no impedirá que haya sorpresas, claro: para bien o para mal, no hay entrega que no las tenga.

Este año, la competencia se presenta más peleada que la de la temporada pasada. Hay más paridad y más pesos pesados en el ring: todo indica que esta 85ª entrega no será, como la anterior, el más previsible y aburrido trámite del mundo. Por otra parte, y tal como pudo advertirse en la ceremonia de anuncio de las nominaciones, el conductor de la ceremonia, Seth McFarlane (director y guionista de Ted), parece tener la pólvora que en las últimas ceremonias se presentaba mojada. Del lote de nominadas más importantes (las nueve que compiten por Mejor Película), la pelea de fondo parece ser entre Lincoln (doce nominaciones) y Argo (siete). Hasta hace quince o veinte días, Lincoln era la favorita a llevarse la máxima estatuilla. De allí en más, Argo empezó a arrasar. La Sociedad de Actores –a la que conviene tener muy en cuenta a la hora de los pronósticos, por ser la que más miembros aporta a la Academia– le otorgó un premio al elenco completo, mientras que las otras dos sociedades le dieron sus premios mayores: Mejor Dirección y Mejor Película. Confirmando la tendencia, en los Bafta, Ben Affleck fue elegido Mejor Director.

Pero Ben Affleck no va a ganar el Oscar al Mejor Director por la sencilla razón de que... no está nominado. Es uno de esos casos (otro fue Conduciendo a Miss Daisy) en los que el director de la nominada a Mejor Película no es nominado a Mejor Director. Un intríngulis cuya lógica sólo la Academia entiende. Teniendo en cuenta que en su momento Miss Daisy ganó Mejor Película y que la ristra de premios ganados colocan a Argo como favorita entre las favoritas, todas las opiniones coinciden en dar a la película de Affleck como posible ganadora en su rubro y a Spielberg en el suyo. David Rotschild, economista que dice haber perfeccionado un sistema de previsiones estadísticas poco menos que infalible, le asigna a Argo un 93,4 por ciento de posibilidades de triunfo, con Lincoln segunda... pero con sólo un 5,9 por ciento (las otras siete competidoras oscilan, para Rotschild, entre el 0 y el 0,3 por ciento).

Con Affleck fuera del partido, prácticamente todo el mundo descuenta el triunfo de Spielberg como Mejor Director (sería el cuarto de su carrera), con Ang Lee siguiéndolo de muy lejos, por Una aventura extraordinaria. Otras dos “fijas” absolutas son Daniel Day-Lewis como Mejor Actor Protagónico (por Lincoln) y Anne Hathaway, Mejor Actriz de Reparto (por Los miserables). Mr. Rotschild le asigna a Day-Lewis nada menos que el 99,1 por ciento y a Hathaway... el 99,8 por ciento. Con lo cual el actor británico alcanzaría un record de tres Oscar, cifra que ninguno de sus colegas alcanzó jamás. Nadie: ni Brando, ni Pacino, ni Nicholson, ni nadie. En cuanto a Hathaway –cuyo carácter de mimada de la industria quedó a la vista dos años atrás, cuando se le asignó la coconducción de la ceremonia, junto al marmóreo James Franco–, éste va a ser el primero de su vida, por un papel totalmente a contrapierna de las smiling cuties que hasta ahora se le conocían.

Más disputados, y con resultados más impredecibles, aparecen los rubros de Mejor Actor Secundario y Mejor Actriz Protagónica. El primero de ellos tiende a ganarlo Tommy Lee Jones, por su papel del abolicionista Thaddeus Stevens en Lincoln, y el segundo Jennifer Lawrence, por el de joven viuda encaradora en El lado luminoso de la vida. Pero Christoph Waltz y el mítico Robert De Niro pintan para darle pelea al simpático de Tommy Lee. Aunque las estadísticas previas colocan al austríaco inmediatamente por debajo de Jones, hay quienes ven difícil que la Academia vuelva a premiarlo por su papel de dentista-cazador de recompensas en Django sin cadenas. Argumentan que lo hace igual que el perverso Hans Landa en Bastardos sin gloria. Esas mismas opiniones (entre ellas la de Anne Thompson, una de las analistas más respetadas en este rubro) le ponen más porotos a De Niro, teniendo en cuenta que su padre de clase media-baja de El lado luminoso de la vida lo trae de nuevo a la vida académica, tras una larga década de actuaciones “de taquito”. Ojo: si De Niro gana su Oscar, le empata a Day-Lewis: él también tiene dos.

Otro mito, pero del cine europeo, puede dar pelea a la meteórica Lawrence (que ya ganó un Oscar dos años atrás, por su debut en Lazos de sangre) en la terna correspondiente a Mejor Actriz Protagónica. Se trata de Emmanuelle Riva, que cincuenta y cuatro años atrás se dio a conocer con Hiroshima mon amour y ahora, a los 84, resulta la nominada más veterana en la historia del Oscar, gracias a su protagónico en Amour, el film de Michael Haneke. A pesar de que en Hollywood la conocen poco y nada, su actuación en el film de Haneke es absolutamente de antología (tanto como la de su partenaire Jean-Louis Trintignant, quien no tuvo la misma suerte a la hora de las nominaciones). Y encima cumple 85... el 24 de febrero, día de la entrega del Oscar. ¿Querrá la Academia darle un regalo de cumpleaños, anotándola de paso en el Guinness? Nobody knows.

De sus sorprendentes cinco nominaciones (cifra totalmente infrecuente para un film en lengua extranjera), las otras en las que Amour corre con posibilidades son las de Guión Original (a la par de Django sin cadenas y Argo) y, desde ya, Mejor Film en Lengua Extranjera, tal vez el Oscar más cantado de la noche. En Guión Adaptado, la favorita es Lincoln y en los rubros técnicos, Una aventura extraordinaria (podría resultar la ganadora con más premios, que no es lo mismo que la mayor ganadora de la noche), mientras que Ralph el demoledor empezó a sacarles diferencia a sus hasta ahora parejísimas contendoras, Valiente y Frankenweenie. Gane la que gane, gana Disney: las tres fueron producidas por esa compañía. Y la que pierde como en la guerra (nunca más oportuna la expresión) es La noche más oscura. Caso curioso el de la película de Bigelow, que con cinco nominaciones arrancó como favorita y termina como favorita a no ganar ninguna. Salvo que los académicos se compadezcan y le den Guión Original o Edición. Pero es difícil compadecerse de una película que mira la tortura

con buenos ojos.

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¿Argo o Lincoln? Todos los dilemas se dilucidarán el domingo próximo, en el Dolby Theatre de Los Angeles.
 
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