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Jueves, 2 de abril de 2009

CINE › MONSTRUOS VS. ALIENS, DIRIGIDA POR ROB LETTERMAN Y CONRAD VERNON

En recuerdo de los “Sábados de Superacción”

 Por Juan Pablo Cinelli

En un futuro muy, muy próximo, de hecho tal vez mañana mismo, la raza humana se verá involucrada en la lucha cósmica por el quantonio, un elemento todavía desconocido en la Tierra, que es el más poderoso del universo. El problema es que un meteorito de quantonio acaba de aplastar a Susan junto a la iglesia en donde está a punto de casarse con Derek, un narcisista meteorólogo de TV, y la exposición a la formidable sustancia la convierte en una mujer de 15 metros de alto. Por supuesto Susan es capturada por el ejército –el norteamericano, claro: EE.UU. es el único país donde esta clase de cosas suceden– y trasladada a un área militar secreta, donde permanecerá recluida junto a otros monstruos cautivos. Todo parecido con Sábados de Superacción no es mera coincidencia: Monstruos vs. Aliens recuerda con nostalgia a aquel cine clase B de posguerra, pero también homenajea con gracia a otros títulos y personajes del cine y la televisión que son referencias inevitables; clásicos como Encuentros cercanos, La mosca y E.T., o Star Trek y Mork, el extraterrestre que hizo famoso a Robin Williams.

El grupo de monstruos al que Susan deberá integrarse es hijo de ese amor retro. Un científico transformado en cucaracha humana a causa de un experimento no del todo exitoso; el eslabón perdido entre los peces y el hombre de las cavernas hallado en un bloque de hielo; una larva alterada por radiación nuclear, convertida en una mole de cien metros que destruyó Tokio (sin querer); y una masa gelatinosa y sin cerebro producto de un tomate genéticamente modificado. A cada uno de estos personajes se le pueden encontrar una o más películas referentes. Y es que aunque se las presente en envase infantil, el objetivo de fondo que se pone Dreamworks a la hora de planificar sus películas de animación digital parece ser siempre el público adulto. Tanto en este tipo de referencias cinematográficas como desde un humor que sin ser críptico se aleja adrede de los más chicos, Dreamworks marca las diferencias que la separan de Pixar, aunque estos últimos representan con claridad la vanguardia del género. Diferencias que no son defectos en sí mismos. Por el contrario, Monstruos... es un film entretenido en la sucesión de gags (otro clásico recurso de la compañía), asombroso en el diseño digital, sobre todo en la versión 3D, y ágil en lo narrativo. Aun así, la diferencia cinematográfica con un film como Wall-E es grande.

Hay también en Monstruos... una dialéctica ambivalente que no es sorpresa. Por un lado, tras vencer al robot de Gálaxar (el alienígena que quiere destruir a la humanidad para reconstruir en la Tierra su propia civilización extinguida) Susan podrá reconocer a partir de lo monstruoso de su nueva condición, aquello de individual y admirable que hay en sí. Un mensaje de esperable corrección política que llama a valorar y aceptar la diferencia. Pero sobre el final cuando Susan, como buena american hero, lo exhorte a pensar en la gente inocente que morirá, el invasor responde ¿Crees que no había inocentes en mi mundo?, y confiesa que fue él quien lo destruyó, sólo porque no le gustaba. Es que, diría George W., antes de ser una amenaza para uno, el enemigo primero es peligroso para sí mismo.

6-MONSTRUOS VS. ALIENS

Monsters vs. Aliens, Estados Unidos, 2009.

Dirección: Rob Letterman y Conrad Vernon.

Guión: Maya Forbes, Wallace Wolodarsky, Rob Letterman, Jonathan Aibel y Glenn Berger.

Música: Henry Jackman.

Intérpretes: Voces en la versión subtitulada de Seth Rogen, Paul Rudd, Hugh Laurie, Reese Witherspoon, Kiefer Sutherland, Rainn Wilson.

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El film es disfrutable sobre todo en la versión 3-D.
 
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